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Charreteras de paz

Por su seguridad al caminar, la altivez de su rostro, pero ante todo por su uniforme militar del cual penden insignias y soles, cualquiera pensaría que Milton Siriaco Amu es un verdadero general.

3 de marzo de 2003

Por su seguridad al caminar, la altivez de su rostro, pero ante todo por su uniforme militar del cual penden insignias y soles, cualquiera pensaría que Milton Siriaco Amu es un verdadero general. Incluso, cuando pasan por su lado los mismos policías y soldados lo saludan al estilo militar. Ha estado en importantes actos oficiales, estrechó la mano del presidente Alvaro Uribe en el sepelio del ministro Juan Luis Londoño y en la marcha de protesta por el atentado al club El Nogal caminó hombro a hombro con el vicepresidente, Francisco Santos, y la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez. Pero en realidad Milton es un humilde carpintero residente del barrio Olaya, en el sur de Bogotá, quien se hace llamar el General de la Paz. Desde hace 15 años este hombre, nacido en Buenaventura, empezó su misión de luchar por la paz caminando por todo el país. Sin embargo sólo recientemente se uniformó para darle mayor altura a su causa. Eso sí, ha tenido que enfrentarse a los guardias de seguridad que no creen ni en su pinta, ni en sus credenciales, ni en su escolta.