El primíparo

Antes de ingresar a la universidad el príncipe Guillermo de Inglaterra manifestó en varias oportunidades que quería ser tratado como cualquier joven de su edad. Pero al parecer eso le resultará imposible ya que las cosas no han empezado como él esperaba. Para evitar levantar revuelo con su presencia se abstuvo de ir a las reuniones de inducción con sus nuevos compañeros de semestre. Como si fuera poco los paparazzi no dejaron de asediarlo en su primer día de clase en St. Andrews, Escocia. Y si aspiraba a pasar inadvertido su padre, el príncipe Carlos, no contribuyó pues lo acompañó como si se tratara del primer día en el kínder y repartió saludos a todos los estudiantes al mejor estilo de una visita real. Aun más, con la obsesión que hay a nivel mundial a causa del terrorismo su seguridad se ha incrementado: una docena de guardaespaldas dormirán en los cuartos adjuntos al del joven en el claustro.