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Foto: Artcurial

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La pasión tardía de Zola

9 de diciembre de 2017

Se hizo famoso por sus novelas Thérèse Raquin, Nana y Germinal, por las causas por las que defendió y por ser el padre del movimiento naturalista de finales del siglo XIX, pero ahora sale a la luz un lado desconocido del francés Émile Zola. Se trata del material fotográfico que produjo y que, según varios expertos, demuestra que para el ícono francés tomar fotos era una pasión antes que un simple pasatiempo. La colección de imágenes pasó del célebre novelista a su hijo Jacques y luego a su nieto François Emile, quien murió en 1989. Ahora, en manos de un coleccionista privado luego de una subasta llevada a cabo por Artcurial, la faceta fotográfica de Zola sale a la luz y revela detalles interesantes. La fotografía llegó tarde en la vida de Zola, a los 48 años, pero la adoptó de lleno a sus 54. En los 8 años siguientes, justo antes de morir en 1902, el autor y periodista tomó más de 1.000 imágenes en una decena de cámaras, y desarrolló fotos y hojas de contacto en los varios cuartos oscuros que instaló en sus residencias. Zola utilizó formatos insólitos para registrar a sus amigos, a su familia, construcciones, trenes y animales, y jugaba con la luz, pues en sus palabras “dibuja y colorea. Es la vida misma”.