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La amante de Fidel

Marita Lorenz, ex amante de Fidel Castro, cuenta su tormentoso idilio con el "comandante" y su intento de envenenarlo por orden de la CIA.

15 de noviembre de 1993

Aburrida en la cubierta del crucero Berlín que había levado anclas frente a las costas cubanas, Marita esperaba que su padre terminara la siesta vespertina.
Era e 28 de febrero de 1959. A lo lejos, la joven divisó una lancha que se dirigía hacia el Berlín con un grupo de 27 hombres a bordo. Todos con la misma barba, recuerda..
Cuando la lancha se acercó al crucero, uno de los barbudos, parado en la proa y con un rifle en su mano gritó: "Quiero subir a bordo".
¿Y quién es usted ?, le preguntó Marita.
"Yo soy Cuba", respondió el hombre. Era el "comandante Fidel Castro".
Castro subió al crucero, y Marita, de 20 años y quien nunca había tenido novio, se enamoró de él inmediatamente. "Hablaba muy decerca y fijaba sus ojos en los míos", dice.
Después de dar juntos un tour por la embarcación de su padre, Marita le pidió a Fidel que la esperara un momento mientras se acicalaba en su camarote. Pero a Fidel Castro nadie lo la hace esperar. Pocos minutos después, Marita escuchó que tocaban a la puerta. Era uno de los cabineros que con la mirada le indicaba que había un hombre que insistía en entrar. Con uno de sus enormes tabacos en la boca y sin esperar respuesta, Fidel se coló en el camarote con la excusa de estar buscando un cenicero. El cabinero desapareció. Fidel cerró la puerta, tomó a Marita de las manos y la besó.
"De conmandante a comandante", le susurró Fidel después del beso. Marita quedó muda mientras Castro continuaba preguntando:-"¿Y no sabes quien soy yo?".
-"No respondió Marita.
Mi papá me dijo que Batista salió de Cuba y que alguien tomó el poder. Me imagino que ese alguien eres tú".
Fidel y Marita hicieron el amor sin desvestirse completamente. "Era un hombre dulce y cariñoso... Nadie puede olvidar su primer amor".

CORTEN! Este cinematográfico episodio hace parte de la memoria no corroborada de Marita Lorenz. una joven aventurera, quien fue contratada por la Central de Inteligencia Americana (CIA) para matar a su primer amor. Marita, nacida en Alemania, de padres polacos y liberada por los aliados de un campo de concentración. vive hoy en Queens (Nueva York) en companía de dos perros y de los recuerdos de su tempestuosa vida.
Sus testimonios de una tumultuosa época en la que Miami era la más grande estación de la CIA. y la CIA soñaba con matar a Castro, serán publicados este mes en Estados Unidos en un libro que lleva su nombre y que escribió con Ted Schward. La obra saldrá a la calle después de que 11 biógrafos fracasaran en su intento de hilvanar y verificar los desordenados recuerdos de Marita. Entre ellos, su relación amorosa en Miami con el dictador venezolano Marcos Perez Jiménez, con quien dice haber tenido un hijo, y su encuentro personal con el asesino de John F. Kennedy, Lee Harvey Oswald.

EL HIJO DE FIDEL
Después del telenovelesco encuentro en el crucero anclado en aguas cubanas. Marita vivió siete meses con Fidel Castro en su cuartel general: el hotel Habana Hilton. Allí tuvo que sufrir en silencio las aventuras del comandante, con otras mujeres. Marita recuerda que Fidel recibía cartas de mujeres de todas partes del mundo que estaban dispuestas a hacer cualquier cosa para conocerlo. Durante el histórico viaje que Castro hizo abril de 1959, para reunirse con el presidente Eisenhower- finalmente fue recibido por el vicepresidente Richard Nixon- Marita supo que estaba embarazada. " Maravilloso- dijo Castro, según Marita-. Un bebé cubano-alemán".
Lo que sigue no lo tiene quien ha dado versiones contradictorias acerca de ese hijo. En 1959 aseguró que cuando tenía siete meses y medio de embarazo alguien le dio un somnífero y la hizo abortar.
Dijo que cuando se despertó encontró a Camilo Cienfuegos, entonces comandante del Ejército cubano, empacándole la maleta y arreglando su regreso a Estados Unidos. Según Marita, Cienfuegos le comunicó que le había quitado el bebé "debido a los enemigos de Fidel" .
Sin embargo, una investigación de la revista Vanity Fair concluye que lo que pudo haber ocurrido fue que Marita tuvo un aborto tardío o que, al perder el bebé, decidió adoptar otro. Cualquiera que haya sido el desenlace del embarazo, lo cierto es que Marita se separó de Castro y viajó a NuevaYork, donde su madre se encargó de transmitirle su rencor contra el hombre que se había burlado de su hija.

MATAR A CASTRO
Marita se hizo entonces espía llevada de la mano de Frank Sturgis, un informante de la CIA después descubierto en el asalto al edificio de Water- gate. Su misión era, nada más y nada menos, matar a Fidel Castro. De acuerdo con la Oficina Federal de Investigaciones (FBl). Marita hizo un viaje a Cuba en diciembre de 1960 con el pretexto de arreglar algunos problemas personales y ver a un niño que había adoptado.
Pero el verdadero motivo era "suavizar", sus relaciones con Fidel y preparar el terreno para matarlo. Antes de partir, un agente de la CIA le entregó dos cápsulas gelatinosas para que las pusiera en una bebida de Castro.
"Supe al momento de llegar a La Habana que no sería capaz de hacerlo", diJo Marita a Vanity Fair. En una extensa entrevista, Marita cuenta que llegó a la habitación 2408, donde Castro se encontraba, y se anunció a los guardias. Pero mientras esperaba ser recibida por el "comandante", fue al baño, reventó las cápsulas de gelatina y las botó por el bidet.
¿Por que nos dejaste tan pronto? -le preguntó Castro-. ¿Estas trabajando con los contrarrevolucionarios de Miami?".
"Si". respondió Marita.
-"¿Viniste a matarme? ", preguntó Castro firmemente.
- "Si, quería verte".
-"Eso está muy bien, muy bien... ¿Estas trabajando para la CIA?".
-"No exactamente. Trabajo para mí".
Entonces Castro le pasó su pistola 45 -recuerda Marita-. Ella la tomó, le sacó las balas y se la devolvió.
-"Tu no puedes matarme. Nadie puede matarme", dijo Castro, mientras sonreía y mordía su habano.