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Walt Disney: la leyenda negra

Según una nueva biografía, Walt Disney no era como lo pintan. El famoso productor de cine era alcohólico, neurótico cazacomunistas y no fue quien creó a Mickey Mouse.

10 de enero de 1994

El nombre de Walt Disney está asociado con diversión. Es sinónimo de personajes de la fantasía infantil, como el ratón Mickey, Aladino, Dumbo, Bambi y el Pájaro Loco. Según el diccionario Larousse, fue un productor de cine estadounidense (1901 - 1966), creador de dibujos animados. Pero si la investigación del escritor Marc Eliot, publicada en Estados Unidos, es cierta -y todo parece indicar que lo es- la nueva imagen de Walt Disney podría producir muchas decepciones. Y la pequeña biografía del diccionario tendría que ser cambiada en un 70 por ciento. La nueva versión, corregida, tendría que decir algo así como "Disney, Walt: nombre de productor de cine que fue agente del FBI y simpatizante de los nazis. Se cree que su verdadero nombre es Jose Guirao, hijo de una casquivana española que se refugio en Estados Unidos. Participó en la producción de Mickey Mouse pero no fue su creador. El legendario productor era alcohólico y neurótico".

Será posible que el padre de tiernos personajes del mundo infantil fuera un "sapo" del FBI? Hasta ahora la biografía de Eliot no ha sido desmentida. Su libro "Walt Disney, el príncipe oscuro de Hollywood", ha sido objeto de expresiones de indignación e incredulidad de los sucesores del personaje, pero no de rectificaciones. "Considero este libro -que irónicamente se entrega a la fantasía más de lo que mi padre hizo- un asesinato de un gran hombre que llevó diversión a la gente alrededor del mundo", declaró una de sus hijas, Diane Disney Miller. Por su parte William Webster, director del FBI de 1978 a 1987, sostiene que leyó todos los documentos entregados por esa oficina al autor y que de ellos no se puede inferir que Disney fue informante secreto.
Pero una investigación de The New York Times logró confirmar los principales y más delicados hallazgos del autor. El más grave de los cuales es un memorando en el que la oficina del FBI de Los Angeles recomienda a Disney ante el director de la agencia para que sea aceptado como SAC (Special Agent in Charge), debido a su estratégica posición en la industria del cine. Disney no quería tener bajo el mismo techo a líderes sindicales que promovieran el desorden y el inconformismo en sus estudios. Y la táctica que pensó podría resultar más efectiva fue postular sus nombres a una temible lista negra que llevaba el FBI en los años 40. Quien quedará fichado tenía problemas para conseguir empleo o enrolarse en el servicio militar.

El autor sostiene que la valiosa colaboración de Disney tenía una contraprestación. El entonces director del FBI, Edgar Hoover, que también ha sido objeto de un libro revisionista, puso a disposición de su amigo productor todo lo que estuviera al alcance de esa dependencia para investigar su verdadero origen. Para Disney, se había convertido en una obsesión tratar de establecer dónde y cuándo había nacido y quién era su verdadero padre. A los 16 años había recibido un certificado de nacimiento de la oficina de registro de Chicago en el que se le informaba que en la fecha de nacimiento que suministraba -diciembre 5 de 1901- no aparecía ningún Walt Disney.

Aunque posiblemente Disney nunca supo su verdadera identidad, la falta de esta le ofreció una explicación del por qué la animadversión de Elías Disney, el hombre a quien conoció como su padre y marcó el guión de sus primeros éxitos cinematográficos en los que el común denominador -segun Eliot- es el subconsciente de la orfandad-. En Blanca Nieves, Dumbo, Bambi, Peter Pan, Los Cien Dálmatas y la Isla del Tesoro hay personajes ensombrecidos por la idea del abandono familiar.
INFANCIA DESDICHADA
La infancia de Disney fue desgraciada. Ante la más mínima falta, su padre o padrastro, un viejo agricultor, se quitaba la correa y lo castigaba. Walt y su hermano Roy eran forzados a trabajarla tierra hasta el cansancio, pero él sacaba tiempo para dibujar a escondidas sus fantasías. "En las tardes, despues de las palizas -dice Eliot-, Walt se acostaba en su cama a sollozar. Roy, el mayor, físicamente más fuerte, resistía mejor que su hermano los castigos y lo consolaba hasta que se dormía con la promesa de que todo estaría bien al dia siguiente". Pero al otro día venía otra reprimenda. Roy no aguantó más y abandonó la casa, no sin antes darle a su hermano la fórmula para enfrentar a su padre. "Cuando esté a punto de golpearte -le dijo- aguántale la mano y míralo fijamente a los ojos". Así lo hizo y funcionó. Elías Disney no volvió a pegarle a Walt.

La familia se trasladó de Illinois a Missouri, en Kansas City, luego de que el padre sufrió una fiebre tifoidea complicada con neumonía. Elías compró una ruta de distribución de un periódico de mil ejemplares. Walt consiguió puesto como distribuidor de medicamentos y se ganó el prestigio en su colegio por sus habilidades para el dibujo y su inclinación por la literatura fantástica.

Disney había llegado a la conclusión de que la mejor forma de eludir la situación en su casa era enrolarse en las filas estadounidenses que participaban en la Primera Guerra mundial. En vista de que sus padres no le dieron torización, Disney falsificó la firma e ingresó a la Cruz Roja Internacional en 1918. Durante su primera semana como aprendiz de chofer de ambulancia en Chicago, se enfermó de gripe y fue enviado a casa de sus padres. Aunque el armisticio se acababa de firmar, Disney fue llamado a colaborar con la atención de heridos en Francia. En un castillo, convertido en hospital militar celebró sus 18 años. "Esa noche -dice Eliot-, los muchachos de unidad le hicieron una fiesta sorpresa, durante la cual bebió licor y fumó por primera vez, el comienzo de dos hábitos que conservaría por el resto de su vida".

UN MAL DIBUJANTE

De regreso a Chicago, su primer negocio fue pintar insignias alemanas en cascos que un amigo suyo perforaba con balas y después vendía como reliquias de guerra. Luego de reunir el capital más grande que hasta entonces habían tenido -300 dólares- se mudó a Kansas City, donde fue aceptado como dibujante del periódico Kansas City Star. Pero al mes de estar pintando vacas y gallinas fue despedido por su "particular falta de habilidades para dibujar". Profundamente deprimido, tuvo que aceptar un puesto en la oficina de correos en la Navidad. A su rescate llegó un amigo de infancia, Ub Iwerks, quien casi por toda su vida se convertiría en su más cercano colaborador. Eliot afirma en su libro que fue Iwerks y no Disney el inventor del ratón que le abrió las puertas hacia la inmortalidad.

Iwerks y Disney abrieron una empresa cuyo primer cliente sería un amigo común que era, irónicamente, miembro del sindicato de la industria del cuero y les había pedido asesoría para un boletín en la organización. Pese a los esfuerzos, el negocio no era muy bueno. Así que en enero de 1920 Disney empezó a dibujar su futuro al ser aceptado en una compañía publicitaria, donde fue encargado de pintar figuras para las propagandas con dibujos animados. Estos habían sido no más que un pie de página del cine, hasta que en 1919 ganaron importancia con el éxito taquillcro de "El Gato Félix", el personaje más popular de los años 20 junto con Charles Chaplin y Buster Keaton.

La fiebre del dibujo animado contagió a Disney, quien sacó de la biblioteca los libros básicos sobre la novedosa técnica, y con una máquina filmadora vieja, que le compró a la compañía, empezó a hacer ingeniosos experimentos en el garaje de su casa. Después de varios trabajos en los que la ayuda de su amigo Iwerks fue fundamental, Disney se convenció de que podía competir con la empresa en la que trabajaba y creó la suya propia: "Laugh-O-Grams". Allí concibió el que podría ser su primer personaje público, el profesor Whosis, un viejo que contaba chistes entre mensaje y mensaje en los cines.

Cuando sus producciones ganaron un modesto reconocimiento a nivel nacional, Disney se mudó a Los Angeles imbuído en una autoestima que no era proporcional a sus éxitos. En la oficina de trabajo presentó una solicitud para ser director, que fue respondida en forma descortés. Al final del día en que llegó a Los Angeles había sido rechazado por los principales estudios. Una vez más, Disney comenzó su cuenta en ceros. Abrió su propia companía, y en 1924 la serie de Alicia (en el mar y cazando en Africa) debutó en varias ciudades del este de Estados Unidos.

LUNA DE HIEL

En julio del año siguiente, Disney se casó con Lilian Bounds, una de sus empleadas que trabajaba en el departamento de coloreado. La noche de bodas, a bordo de un tren que se dirigía a Los Angeles, no dejó muy buenos recuerdos a los recién casados. Dice Eliot que en la mitad de la noche Disney se excusó para dejar el camarote, quejándose de un supuesto dolor de muela y salió al estrecho corredor del vagón donde se paseó de un lado a otro nerviosamente por una hora. Incapaz de aliviar su ansiedad, visitó el vagón restaurante donde un lustrabotas le emboló los zapatos decenas de veces...
De otros extraños ritos de limpieza -como el de encerrarse en el baño a lavarselas manos por largo tiempo- fueron testigos sus allegados a lo largo de su vida. La depresión y las manías se recrudecieron a medida que pasó el tiempo. "A su llegada a Los Angeles -explica el autor-, la pareja de recién casados se embarcó en un vapor que iba a Seatle, y sólo cuando llegaron a Washington, Walt se relajó lo suficiente para consumar su matrimonio".

EL CUENTO DEL RATON

Cuando a Disney se le preguntaba cómo nació Mickey Mouse, contaba que la idea de crear el ratón le vino a su cabeza en su viaje en tren hacia Hollywood, inspirado por un ratón que siempre aparecía en su vieja oficina de Laugh-O-Gram en Kansas City. "Los ratones se reunían en la caneca cuando trabajaba hasta tarde -contaba Disney-. Los sacaba y los ponía en pequeñas cajas sobre mi escritorio. Uno de ellos era mi amigo particular".

La idea podría haber sido de Disney, pero el hijo le Iwerks, su socio inseparable, le dijo al autor del libro que el verdadero creador del personaje animado era su padre. De acuerdo con David Iwerks, cuando Disney llegó a Hollywood con la idea de crear un ratón, hizo su propio bosquejo, pero este fue rechazado por Iwerks, quien, lápiz en mano, le cambió las orejas y le redondeo los ojos, dando así a luz a Mickey. El personaje había nacido cuando el cine dejaba de ser mudo. De manera que Disney decidió, sin importarle que doblara el presupuesto, que la primera película del ratón fuera sonora. La idea era que todo lo que tocara Mickey produjera un sonido.

Además de sonido, de ahí en adelante casi todo lo que tocó Mickey se volvió oro. El muñeco conquistó a los estadounidenses y se convirtió en símbolo del rescate moral en momentos en que Hollywood comenzaba su carrera de sexo y violencia. Una carrera cuyos promotores, según Disney, eran una legión de judíos ambiciosos a quienes no les importaba la moral sino el dinero.

EL SINDICATO

La empresa de Disney creció hasta convertirse en un estudio de centenares de empledados donde Walt recibió mansos y reverentes a muchos de los empresarios que alguna vez le habían tirado la puerta en la nariz y rechazado sus propuestas. La compañia sufrió dos grandes reveses. En 1941, después del ataque de los japoneses a Pearl Harbor, se vio obligado a desocupar los estudios para dar paso a las tropas estadounidenses que se preparaban para un nuevo ataque japonés.
Meses antes, Disney había manejado personalmente una huelga de 580 trabajadores que protestaban por la negativa de autorizar su vinculación al sindicato. Desde la oficina ordenó tomar fotografías de los huelguistas que fueron pegadas en las paredes para su identificación. Uno de los líderes era el animador Arthur Babitt, cuyo nombre fue borrado, por órdenes de Disney, de todas las producciones que llevaban su firma. Según Eliot, Disney buscó colaboración de organizaciones criminales para intimidar a los huelguistas.

Pero ahí no terminó su decisión de acabar con quien se interpusiera en su camino. Denunció a los principales cabecillas del movimiento sindical ante la temida comisión UAC del Congreso de Estados Unidos, que investigaba la infiltración comunista en la industria del país. "Usted tiene en su estudio en la actualidad alguien que crea que sea comunista o fascista?", le preguntó el senador H.A. Smith. "No -respondió Disney-. En el momento creo que todos en mi estudio son 100 por ciento estadounidenses ". A renglón seguido, Disney identificó a quienes habían promovido la huelga en su estudio.

AGENTE ESPECIAL

Temiendo que un grupo de escritores de Hollywood, considerados izquierdistas, pudieran usar las películas para provocar una insurgencia nacional, el FBI había concentrado su atención en la industria cinematográfica. "Cuando Edgar Hoover, director del FBI, necesitaba un soldado de comprobada lealtad, llamaba a Disney", afirma el escritor. En 1940 Disney se convirtió en un informante del FBI.

Ese mismo año, dos gringos bien vestidos se presentaron en la pequeña villa de Mojacar (España), en la costa del Mediterráneo, y pidieron entrevistarse con el alcalde, Jacinto Alarcón. Su misión era obtener la partida de bautismo de un niño que había nacido alrededor de 1890, hijo de la señora Isabel Zamora. De acuerdo con el periodista español Paco Flórez, hijo del archivador oficial de Mojacar, los dos hombres eran del FBI y su tarea era destruir cualquier evidencia que indicara que Walt Disney había nacido en el remoto pueblo español.

Sobre la extraña visita de los dos gringos a España se han tejido muchas hipótesis. Una de ellas sostiene que Isabel Zamora era una lavandera del pueblo que se entendía muy bien con los hombres, hasta cuando quedó embarazada de un desconocido. Su padre, Jose Guirao, bautizó al niño con su nombre y envió a Isabel -quien era conocida con el apodo de "La Bicha"- en un bote a Estados Unidos. Aunque no se sabe cómo ella conoció a Elías Disney, por muchos años en casa de este hubo una criada que se dice era de ascendencia española, de un remoto pueblo llamado Mojacar y que no se llamaba Cenicienta.