Home

Gente

Artículo

LO QUE VA DE WALTER A WENDY

Con nuevo look, el famoso interprete de sintetizador Walter Carlos, ahora Wendy, lanza su álbum numero 15

5 de agosto de 1985

Es una de las historias sexuales más extrañas y más discretas. Diez y seis años atrás, en la habitación de un hotel de San Luis, Missouri, un muchacho lloraba desconsolado e histéricamente porque no quería cumplir su compromiso de un concierto con la Sinfónica de esa ciudad, una de las más importantes del mundo. Se suponía que el chico, de 30 años y llamado Walter Carlos debía tocar el famoso sintetizador Moog mientras su nombre se convertía en leyenda en todo el mundo luego de la aparición del disco Switched On Bach, en el que, utilizando la electrónica, le había dado otra dimensión y otro lenguaje a las obras del compositor clásico. En ese momento ningún otro disco de música clásica había alcanzado tales ventas, tanta popularidad.
Lo que venía ocultando con recelo estalló ante su productora, Rachel Elkind: durante los dos últimos años había estado recibiendo tratamiento con estrógeno con el fin de ayudarlo a convertirse en lo que, en el fondo, realmente era: una mujer. La amiga no creía lo que estaba oyendo, pero entonces entendió las bromas del chico con ropa de mujer en distintas ocasiones. Walter Carlos se miró al espejo, se sintió miserable, palpó su rostro cada vez más suave, ocultó el pelo largo bajo un sombrero masculino, disimuló las ojeras profundas que llevaba y aceptó salir a escena. Fue su última aparición en público.
En el invierno de 1972, el compositor se sometió a un cambio quirúrgico de sexo y sólo siete años después en una entrevista con Playboy, el mundo atónito se enteró de que ese Walter Carlos que hasta esa fecha había grabado ocho discos en los que electrónicamente lograba nuevas y hermosas y agresivas versiones de los clásicos, era ya una mujer mental y físicamente.
Ahora el nombre de Walter Carlos vuelve a ser noticia con la aparición de su album número 15, Digital Moonscapes en el que se nota la maestria y sobre todo la técnica depurada de un artista que ha cumplido los 45 años de edad.
Autor de la banda sonora de películas ya clásicas como "La naranja mecánica", "El resplandor", ambas de Stanley Kubrick y "Tron", ha conseguido en esta nueva obra lo que los criticos ven como la forma más perfecta de relación entre la electrónica y la música, en una suite que está inspirada en las lunas del sistema solar.
Se tomó tres años componiendo y grabando esta obra, creando electrónicamente más de 500 "voces" que recrean los instrumentos sinfónicos.
Robert Moog, el inventor del sintetizador que lleva su nombre, afirma que Wendy (como ahora se llama el muchacho), ha utilizado este aparato como nadie podrá hacerlo jamás.
Es la culminación triunfal de muchos años de miseria y soledad.
Nacido en 1939, era el primero de dos hijos de una pareja de trabajadores de Pawtucket, Rodhe Island. Cuando le preguntan sobre su transformación en mujer, dice ahora: "Dentro de mí siempre sentía, siempre sabía que era una niña. Prefería andar con el pelo largo y usar ropa de mujer y no entendía por qué mis padres me trataban como a un varon.
Siempre guardé celosamente lo que sentía. Era como si me convirtiera en un cucú".
Por supuesto, los más grandes y más fuertes abusaban del muchachito en la escuela, pero la música lo salvó, es decir, lo colocó aparte: a los 6 años ya tocaba piano y a los 16 nadie lo igualaba con el órgano.
Estudió en la Universidad de Brown y trató de ser un muchacho igual a los demás, hasta saliendo con chicas, pero dentro de si mismo sentia que su lado femenino estaba celoso del otro.
De golpe descubrió la electrónica y su aplicación a la música. No sabe cómo. Simplemente se sintió atrapado.
Se marchó entonces al Centro de Música Electrónica en la Universidad de Columbia en Nueva York, y obtuvo su diploma en 1965. En jornadas que iban de las ocho de la noche a las cuatro de la madrugada, creaba nuevos sonidos con base en discos ya existentes, modificándolo todo, volcándolo. Se empleó como editor musical en CotJwm Recording y trabó amistad con Moog quien entonces era un ingeniero de sonido, y apenas desarrollaba la idea de su nuevo sintetizador. Walter Carlos sintió que el sintetizador era una prolongación de si mismo y nadie se sorprendió cuando con un anticipo de 2.500 dólares, la Columbia contrató al muchacho para que creara el disco de Switched On Bach, que abrio el camino a la revolución electrónica dentro de los clásicos.
Mientras tanto el joven recibía asesaría del médico Harry Benjamín autor del libro "El fenómeno de los transexuales": "Me preguntaba, indagaba si acaso no sería más feliz como mujer que seguir en la trampa en que me encontraba".
En 1972 tuvo que esconderse de los amigos, quienes se extrañaban de que desapareciera repentinamente: Stevie Wonder, George Harrison y Keith Emerson iban a buscarlo a su casa todos los días y eran despedidos con la frase enigmática de que el compositor estaba fuera. El secreto mejor guardado durante largo tiempo.
Cuando Stanley Kubrick le pidió que escribiera la música para su pelicula "La naranja mecánica", Wendy se puso ropa de hombre para las numerosas citas que tuvieron. Ella sentía que el director estaba incómodo por algo que no podía precisar.
Cansado de que los amigos lo siguieran a todas partes, que le formularan preguntas incómodas, decidió irse a sitios improbables como Siberia, Bali y Australia. Todos se acostumbraron poco a poco a que el genio, el compositor, quería andar solo, perdido.
Hasta cuando llegó la entrevista de 1979 con Playboy y todo se supo y sintió que la gente entendia su situación y llegó a una triste conclusión: no se necesitaba toda esa charada de los siete años anteriores, porque las cosas iban a salir bien de todos modos. Malgastó todo ese tiempo escondiéndose, viajando, tratando de ocultar la realidad.
Su nuevo disco prueba que Wendy se siente en paz, tranquila con ella misma.
En su estudio del Village, en Nueva York, sigue trabajando en el nuevo album, Catalyst, con un sintetizador más complejo.
Y para demostrar que la tranquilidad la rodea, Wendy hasta planea aparecer de nuevo en público... como mujer, naturalmente. -