La guerra fría entre los príncipes William y Harry

Si había algo claro sobre la familia de la reina Isabel II de Inglaterra era que sus nietos, los príncipes William y Harry, parecían inseparables.

Los frutos del sonado matrimonio entre Carlos y Diana de Gales crecieron juntos, compartieron los momentos más importantes de su infancia y tuvieron que afrontar dificultades como el divorcio de sus padres y, sobre todo, la trágica muerte de su madre en un accidente en París. Este hecho, al parecer de muchos, los había unido para siempre.

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Por eso, ha causado sensación entre los expertos y los periodistas que cubren la realeza el supuesto abismo abierto entre los dos. Algunos ya hablan de una especie de guerra no declarada y dicen que desde hace varios meses solo se ven en eventos oficiales.

Los rumores aumentaron cuando Harry y su esposa, Meghan Markle, se mudaron del palacio de Kensington, donde vivían junto con William y Kate Middleton desde su matrimonio, a una casa de campo a casi 38 kilómetros, cerca del palacio de Windsor.

Eso también llevó a que separaran su staff. Hasta entonces los hermanos habían tenido el mismo equipo que se encargaba de las comunicaciones, la agenda, la seguridad y otras cuestiones importantes, pero ahora cada pareja tenía el suyo.

Aunque Harry y Meghan tomaron la medida más simbólica para el público, cuando abrieron su propia cuenta de Instagram, que hasta entonces compartían con William y Kate.

Al parecer, hay varias posibles causas para el distanciamiento. Para algunos, se debe a que William siempre ha sentido recelo por la relación de Meghan Markle con su hermano.

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Según la revista People, cuando Harry le contó que planeaba casarse, él, preocupado, le dijo que pensaba que las cosas iban muy rápido. Eso habría causado una primera pelea, que aumentó cuando las dos parejas comenzaron a vivir en el mismo palacio.

Foto: Harry y William solían ser inseparables, sobre todo después de la trágica muerte de su madre, la princesa Diana de Gales. Pero todo indica que sus dos esposas se llevan mal y que eso terminó por afectar su relación. (Getty Images)

Porque si hasta entonces William, Kate y Harry habían conformado un trío inseparable que salía de fiesta y asistía a los eventos oficiales, con Meghan la cosa cambió.

No es un secreto que ambas mujeres no se llevan bien y, según la prensa, la animadversión aumentó cuando la nueva miembro de la familia real le gritó a alguien del equipo de su concuñada. Harry, obviamente, habría tomado partido por su esposa.

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Otras personas cercanas a la familia real dicen que se trata de una cuestión de estilos. Mientras que William y Kate se preparan para asumir el trono algún día y viven apegados a las tradiciones de la familia real, Meghan llegó con la intención de darle un aire fresco a la realeza. Y como tiene mucho más margen de acción, ha intentado revolucionarlo todo.

Ella es una reconocida feminista, activista social y defensora de los animales. Incluso se armó una polémica cuando algunos de sus amigos dijeron que planeaba criar a su hijo, a punto de nacer al cierre de esta edición, con género fluido; es decir, sin imponerle estereotipos de hombre o mujer.

Ese tipo de cosas los han puesto a ella y a Harry bajo los reflectores. Tanto, que algunos en la familia real creen que le han robado protagonismo a la otra pareja.

Por eso, varios medios británicos, como The Times, incluso llegaron a decir que la casa real planeaba enviarlos por un año a Botswana, en África, justo después del nacimiento del bebé.

La idea no solo sería aprovechar su popularidad para hacer activismo social y manejar programas de la realeza en esa zona del mundo, sino alejarlos de los reflectores. Y aunque la noticia no se ha confirmado, hace poco salió otra versión que decía que en realidad los propios Harry y Meghan habían planteado la idea originalmente.

La versión del affaire

La otra teoría sobre la pelea entre los dos hermanos tiene que ver con un rumor que ha tomado fuerza en las últimas semanas. Según The Sun, William le fue infiel a Kate con una de sus mejores amigas: Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, justo mientras la duquesa esperaba al príncipe Louis.

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Aunque al comienzo pocos tomaron el rumor en serio, las sospechas crecieron por el intento desesperado del príncipe por acallarlo, con demanda incluida, y por un tuit de un periodista de The Times en el que afirma que él también había oído los rumores acerca de una infidelidad.

Poco después de la publicación, además, se supo que la pareja había decidido alejar de sus vidas a David Hanbury y a su esposa, con quienes eran bastante cercanos.

Foto: Los tabloides afirman que William engañó a Kate Middleton con Rose Rocksavage Hanbury, marquesa de Cholmondeley, mientras ella esperaba al príncipe Louis. La casa real desmintió los rumores. (Getty Images)

In Touch Weekly, una revista de farándula estadounidense que también publicó la noticia, llegó más lejos: dijo que cuando Harry se enteró de que su hermano le había sido infiel a Kate, se había molestado bastante, y que le había recordado, bastante enfadado, el infierno que ambos vivieron de pequeños por culpa de la infidelidad mutua de sus padres. Esa habría sido la verdadera causa del distanciamiento.

Por supuesto, tanto la infidelidad como la pelea de los dos hermanos por esa causa no han pasado de ser rumores sin confirmar. Hasta ahora, Kate y William parecen tan cercanos como siempre y no muestran signos de desgaste.

En todo caso, la prensa británica coincide en que los hermanos ya no son tan cercanos como antes.

Al parecer, y según los reportes, la propia Kate estaría intentando reparar la relación cercana, como la de una hermana mayor, que tenía con su cuñado Harry.

De hecho, el domingo de pascua, y ante la insistencia de ella, William y su esposa visitaron a Harry y a Meghan en su nueva casa. Llegaron con la intención de mostrarle su apoyo ante la cercanía de su parto, y compartieron la tarde juntos.

El encuentro, en principio secreto, salió a la luz cuando los rumores sobre la enemistad aumentaron y Harper’s Bazaar publicó la noticia, confirmada por la familia real.

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Unos días después, cuando Meghan estaba en la casa por su embarazo y William de viaje oficial por Nueva Zelanda, Kate apareció junto a Harry en un acto oficial en la Abadía de Westminster. Se vieron sonrientes y gastándose bromas frente a las cámaras.

Pero apenas unos días después, cuando un neozelandés le preguntó a William, también frente a las cámaras, si sabía alguna novedad sobre el inminente nacimiento de su sobrino (o sobrina, pues el sexo no se sabrá sino después del parto), su respuesta volvió a sembrar dudas:

“No tengo mi teléfono conmigo –le dijo–. No tengo idea. Ustedes se enterarán antes que yo a este paso”. Al otro día, los periódicos estaban otra vez llenos de historias sobre cómo los una vez inseparables hermanos ahora andaban distanciados.