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Zara Tindall, nieta de Isabel II, da a luz a su tercer hijo
El décimo bisnieto de la reina es el tercer hijo de la pareja conformada por Zara Tindall y el exjugador de rugby Mike Tindall.
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La nieta de la reina Isabel II, Zara Tindall, ha dado a luz y la bienvenida al último bebé de la familia real. Sin embargo, el nacimiento estuvo cubierto por un acontecimiento peculiar, pues este nació en el piso del baño de su casa. Lucas Philip Tindall nació el domingo pasado y pesó un poco más de tres kilogramos.
“Llegó muy rápido, no alcanzó a llegar al hospital, por lo que tuvo que ser en el piso del baño”, reveló el padre de Lucas, Mike Tindall, ex jugador y estrella del rugby en Inglaterra, durante una charla del podcast del que es coanfitrión. A su vez, dijo que “afortunadamente” una amiga de su esposa se encontraba en el lugar para ayudar a la pareja mientras llegaba la partera, quien alcanzó a llegar justo a tiempo para el nacimiento del bebé.
De esta manera, Lucas es el décimo bisnieto de la reina y el príncipe Felipe. De este modo, el nuevo inquilino de la familia ocupa el puesto número 22 en la línea de sucesión al trono. Sin embargo, no se llevará el título de Su Alteza Real. Lucas es el tercer hijo de la nieta de 38 años de la reina Isabel II, Zara Phillips, por su nombre de soltera, y se une a Mia de siete años y Lena de dos. “La reina y el duque de Edimburgo están encantados con la noticia y esperan conocer a su décimo bisnieto cuando las circunstancias lo permitan”, dijo un portavoz del Palacio de Buckingham a The Times of London.
Las buenas noticias no paran en la familia real
Tras semanas agitadas por la explosiva entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry con Oprah Winfrey, los ánimos estaban un poco tensos en el palacio de Buckingham. Sin embargo, a la gran noticia del nacimiento de Lucas, se le suma el regreso a casa del marido de la reina Isabel II tras un mes hospitalizado.
El duque de Edimburgo regresó al castillo de Windsor este martes tras permanecer un mes hospitalizado. Los 99 años del príncipe Felipe eran un motivo de peso por el que la monarquía británica temía por su vida. “El duque de Edimburgo ha sido dado de alta hoy y ha regresado al castillo de Windsor, tras haber sido tratado por una infección y sometido con éxito a una intervención por un trastorno previo”, explicó después del palacio de Buckingham.
Su hijo mayor, el príncipe Carlos, de 72 años, se declaró “encantado” de que su padre hubiera sido dado de alta, durante una visita a un centro de vacunación contra el covid-19 en Londres. A la pregunta de si ya había hablado con Felipe, el heredero al trono dijo: “Oh sí, he hablado con él muchas veces”. El príncipe consorte, que en junio cumplirá 100 años, fue ingresado en el primer centro el 16 de febrero como “medida de precaución” tras haberse sentido mal.
Ante las especulaciones y preocupación por su avanzada edad, la casa real informó pocos días después de que la hospitalización no estaba relacionada con el covid-19, sino que se debía a una infección. Bajo una fuerte expectación mediática, a principios de marzo fue trasladado a King Edward VII, situado en el barrio londinense de Marylebone, al gran hospital público St Bartholomew que, según su página web, posee el mayor departamento especializado en enfermedades cardiovasculares de Europa. Allí fue sometido a una operación quirúrgica “para tratar una enfermedad cardíaca preexistente”, antes de regresar en ambulancia pocos días después al hospital que finalmente abandonó este martes.
En las últimas semanas, varios miembros de la familia real se habían esforzado por tranquilizar a la opinión pública sobre su estado.
Con información de AFP.