| Foto: Comercial

EMPRENDIMIENTO

Emprendedores ambientales desde las aulas

Los jóvenes colombianos le apuestan a formarse en habilidades empresariales y financieras que les permita hacer propuestas innovadores, rentables y responsables con el medioambiente.

2 de octubre de 2018

Que jóvenes estudiantes de secundaria piensen en hacer del reciclaje de bolsas plasticas y llantas usadas una idea de negocio, enfocada en su proyecto de vida. Que otros trabajen en una mezcla de celulosa y almidón para preparar una pasta que simula el plástico, o que le apunten a plantas aromáticas para hacer extractos que permitan dar sabor a la miel de abejas son logros de una iniciativa llamada Escuela para el Emprendimiento BBVA. A lo largo y ancho del país forma a estudiantes con habilidades en temas empresariales y financieros.

Eco-Muebles

Las calles de Calarcá, Quindío se han convertido en el almacén perfecto para Juan David Parra, un estudiante de grado noveno de la IE General Santander. De allí toma  cuanta llanta vieja y abandonada encuentra. Las usa en Eco Muebles, una idea de negocio que combina con sus estudios y en la que su mamá, lo apoya. No solo con ideas sino también con la experiencia para cortar telas y combinar colores. Juntos diseñan las piezas que, como lo muestra el catálogo de su empresa, son pequeños sillones tipo puff, decorados, con patas en madera o rodachinas y cuyo precio oscila entre los 45.000 y 60.000 pesos, dependiendo del material.

“Le apuntamos a la búsqueda de solución al problema de las llantas usadas abandonadas que se han convertido en un grave inconveniente para el medio ambiente y para la salud humana debido a los innumerables insectos que pueden albergar”, dice Juan David que a sus escasos 13 años. Ya ve en esta fórmula un negocio con futuro.

Lo mismo sucede en Pueblo Bello, Cesar  donde un grupo de estudiantes arhuacos de la Institución Educativa Minas de Iracal han hecho de las llantas usadas, una fuente de ingresos al convertirlas en alpargatas o albarcas, un calzado típico de las comunidades indígenas y campesinas de la Sierra Nevada de Santa Marta y que consiste en una suela de llanta y unos lazos de cuero que permiten amarrarlas.

Artesanía reciclada

“Hemos hecho un proceso de inclusión educativa a través de Escuela para el Emprendimiento de BBVA. Con este grupo de estudiantes hemos estado ideando un proceso en el que participan todos. Vemos en el emprendimiento un punto importante de partida para que comunidades indígenas como esta, y en estos momentos de crisis económica, encuentren una forma de mejorar la calidad de vida”, dice el profesor Juan Klaus Freyle Naeder, un “bonachi” (blanco) que trabaja hombro a hombro con esta comunidad arhuaca en diferentes proyectos.

Es así como han desarrollado una idea de negocio a partir de las bolsas plásticas usadas. “Se trata de recuperarlas.Todo el mundo las desecha en cualquier parte ocasionando un grave daño al planeta. Nosotros las recogemos, las lavamos bien y posteriormente las cortamos en tiras de las que obtenemos un hilo con el que fabricaos mochilas que con la misma técnica de nuestros ancestros, nos permite ofrecer un diseño y darles un nuevo uso”, dice una de las estudiantes arhuacas que integra Art Antiguo, nombre de esta idea de negocio.

Miel sostenible

Caso aparte son los estudiantes del grado noveno del Núcleo Escolar Rural de Quinchía, Risaralda. Ellos trabajan desde hace dos años en un proyecto enfocado en la producción y comercialización de miel de abejas en el marco de Escuela para el Emprendimiento BBVA, bajo la dirección de la profe Alba Mery. En abril de este año llegó una profesora de química, quien aportó a esta idea, un valor agregado: dar sabor a la miel a partir de extractos naturales de plantas aromáticas.

“Buscamos diferentes maneras de sacar el extracto. Un día con una olla a presión y una manguera logramos obtener, por medio de un proceso que se llama condensación, el primer extracto que fue de limonaria. Después seguimos con toronjil y con romero, entre otras”, dice Santiago Restrepo, estudiante de grado décimo y director de calidad de Productos Iener, una idea de negocio que ya se comercializa en la misma institución educativa entre los padres de familia y la misma comunidad de maestros.

“El aporte de Escuela para el Emprendimiento ha sido excelente, además del material formativo, la asesoría y el acompañamiento en el proceso pedagógico, al que los estudiantes han respondido de manera responsable y práctica quedando en ellos la idea de formar empresa y tener una proyección más adelante como una opción de sostenimiento y microempresa familiar”, dice la docente Ana Silvia García

Ambiente de negocio

Hilo dental Fiesta: un proyecto que nace en la IE Miguel Antonio Caro de la vereda Cuchilla del Salado a 10 minutos de Manizales. Consiste en sacar las fibras de los costales o estopas en donde se empaca grano o harinas y procesarlas para obtener una seda dental económica, resistente y de buen sabor con procedimientos científicos y de salubridad estrictos.

Bioplástico: en esa misma vereda otros estudiantes están trabajando con buenos resultados hasta el momento en la creación de un “plástico” ecológico que se degrada con facilidad. Se trata de Bioplástico, una pasta endurecida con la que se puede trabajar en impresiones 3D y que puede tener otros usos industriales. Esta pasta la han obtenido de mezclar celulosa que obtienen por medio de la cocción de las cajas de huevos y almidón, en proporción 70-30 y que se forma luego de mezclar, dar forma y congelar por varias horas.

Briquetas ecológicas: una idea de negocio desarrollada en la IE El Naranjal, de Quimbaya, Quindío. Utilizan todo el desecho del café, cáscaras, mucilago y pasilla y que a través de la mezcla con otros ingredientes se obtienen unos leños que pueden reemplazar a los de madera para hacer combustión, aromatizar o como insecticida.