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Aquí lo que falta es política. Porque mientras el Presidente es el único que está haciendo política, los ministros están haciendo gerencia

Al paredón con María Isabel

¿Los industriales, al igual que los ganaderos, reconocen su responsabilidad en el ascenso del paramilitarismo?

El presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, le responde a María Isabel Rueda

24 de febrero de 2007

M.I.R.: Doctor Luis Carlos, estuvieron a punto de nombrarlo canciller… Hace meses que usted suena para todo.
L.C.V.: No, lejos.

M.I.R.: Bueno, lejos porque no lo nombraron, pero sí estuvo dentro de los candidatos…
L.C.V.: Pero esa recurrente lista ya me está empezando a preocupar. Los que muy amable o interesadamente dicen esas cosas olvidan que tengo un compromiso con la Asociación de Industriales en una coyuntura que es muy importante, empezando por el TLC. No cuenten conmigo en listas, por el momento…

M.I.R.: ¿Qué tan oscurecido está el panorama de la aprobación del TLC por cuenta del escándalo de la para-política?
L.C.V.: El TLC es un instrumento que el país no puede perder, ni que la política exterior de Estados Unidos puede ignorar. EL TLC hace parte de una relación bilateral. No es sólo comercio e inversión, sino también estabilidad política, seguridad, en el entorno del deterioro de un vecindario en el que Colombia se muestra como uno de los países más estables de América Latina. Vengo de Washington y allá tienen una visión mucho más positiva sobre nosotros, que nosotros mismos. Allá tienen un diagnóstico sobre una institucionalidad en funcionamiento. Lo que aquí dicen, empezando por los ilustres prelados de la Iglesia, es que atravesamos una crisis insoluble y ahí está la diferencia de óptica. Creo que en este trámite del TLC va a pesar más el resultado que se pueda esperar del proceso, que un fracaso de las instituciones.

M.I.R.: Tiendo a estar de acuerdo con usted. ¿O sea que rechaza el catastrofismo que está dibujando la Iglesia?
L.C.V.: En el diccionario la palabra crisis está definida como la incertidumbre de la continuidad de una cosa o de un proceso. Y yo no veo eso en este proceso, en cuanto a la continuidad de la democracia o de las instituciones. Lo que sí está en crisis es la continuidad del paramilitarismo. Y esa crisis le conviene mucho a esta Nación. No sólo ha sido una maldición desde el punto de vista de política exterior, sino un instrumento que si bien en unas regiones pudo haber tenido buenas intenciones, terminó siendo mercenario.

M.I.R.: Y así como los ganaderos, gremialmente hablando, han reconocido que tuvieron responsabilidad en este engendro, ¿lo mismo hacen los industriales?
L.C.V.: Aquí no hay que excluir sectores ni regiones. No es justo con la Costa Atlántica circunscribir ese tema regionalmente.

M.I.R.: Le insisto. ¿Usted también diría, como recientemente lo reconoció el presidente de Fedegán, que los industriales tampoco fueron ajenos a la creación de este fenómeno?
L.C.V.: Creo que la sociedad toda es responsable. Ese fenómeno paramilitar fue una intención de defensa que terminó acaparada por el narcotráfico, con complacencia social. Por eso hay que proteger toda la acción institucional. No puede ser solamente contra personas o sectores. Es una acción contra un cáncer que se nos metió en la sociedad. Su desmonte por la vía institucional y la represión es la clave para que tengamos un proceso de paz con las Farc. Acabado ese argumento de que no negocian por cuenta del paramilitarismo, de alguna manera se despeja el camino.

M.I.R.: ¿Será que algún día las Farc sí reconocen este esfuerzo?
L.C.V.: Bueno, es que en la mitad de todo este conflicto sigue estando el narcotráfico. Mientras aquí no tengamos una erradicación de verdad de cultivos ilícitos y una persecución de verdad de lo que sigue de ahí en adelante en la cadena del narcotráfico, vamos a seguir viendo episodios de gentes armadas que están por fuera de la legalidad.

M.I.R.: ¿A usted le parece legítimo que la oposición utilice el episodio de la para-política para obstaculizar aquí adentro y por fuera del país la aprobación del TLC?
L.C.V.: Este tema de lucha de la institucionalidad contra quienes están por fuera amenazando armadamente o infiltrando a través de dineros a las instituciones públicas y privadas, no debería ser un debate gobierno-oposición, sino un debate Estado de Derecho contra quienes están por fuera. Insisto en esta tesis. Todavía estamos a tiempo para llegar a través de ella a alguna cosa constructiva.

M.I.R.: Al Presidente lo he oído mucho últimamente quejarse de que está solo. Al principio pensé que era un vainazo contra los 'ricos', a quienes les está yendo bien en este gobierno pero no aparecen por ningún lado cuando el Presidente necesita ese reconocimiento público. Después pensé que era un vainazo contra su bancada uribista, pues a veces parece que fuera la oposición saboteando el trabajo parlamentario. Pero le oí a usted una tesis muy interesante: la de que quienes han dejado solo al presidente Uribe son sus propios ministros…
L.C.V.: En otra vida, cuando estuve en el servicio público, aprendí que cuando los ciudadanos acceden a la categoría de ministros pierden su carácter técnico, gerencial o regional. Y adquieren, así no les guste, el carácter de líderes políticos. Uno ve que en este momento la coyuntura no es de gerencia ni de técnica. Aquí lo que falta es política. El Presidente está haciendo política, pero los ministros están haciendo gerencia. El Presidente necesita más gente de su entorno haciendo política donde esta se hace: en el Congreso.

M.I.R.: ¿Se atreve a mencionar nombres?
L.C.V.: Estoy suficientemente metido en enredos generalizando. Nombres no le doy. Pero hay que hacer política. Los que están en el gabinete no están ahí para responder los problemas técnicos ni de la justicia, ni de la agricultura, ni de las carreteras, ni de la educación, están para responder con el Presidente los debates políticos que se le planteen.

M.I.R.: ¿Será por eso que el Presidente ha resuelto tener una exposición que a algunos les parece exagerada en los medios, fustigando a sus contradictores?
L.C.V.: He visto los gobiernos de Colombia desde Turbay para acá, y ahora me parece una novedad que reiteradamente uno vea al Presidente defendiendo ministros, y no a los ministros defendiendo al Presidente.

M.I.R.: ¿No será que es el estilo del Presidente el que impone ese modelo?
L.C.V.: Esa es la excusa que daría el gabinete que quisiera encontrar justificación en su silencio. Pero vuelvo a decir: independientemente de cuál sea la escuela del presidente Uribe en lo técnico y en lo gerencial, en lo político el ministro o la ministra que esté en el gabinete tiene esa obligación, poniendo su prestigio por delante, jugándose el puesto. En cambio, el presidente Uribe se juega su puesto todos los días.

M.I.R.: Se dice que al presidente Uribe le gusta más tener viceministros que ministros…
L.C.V.: Eso depende de lo que los ministros quieran ser: si viceministros o ministros. En las partes gerencial y técnica pueden escogerlo. Pero en la política es absolutamente inexorable que sean ministros.

M.I.R.: ¿Le preocupa que haya muchas empresas que se están cerrando ante el problema de la tasa de cambio?
L.C.V.: Cuando se dice: se están cerrando empresas por la tasa de cambio, hay que ir al detalle. En el caso de Medellín en confecciones, el problema tiene tanto que ver con la tasa de cambio como con la incertidumbre del TLC y las preferencias. En el caso de las flores, además de la tasa de cambio, hay motivos de competencia internacional. Las flores aumentaron sus ventas con unos márgenes muy exiguos. En el problema de la tasa de cambio ha llegado el momento de hacer más cosas y sé que en el Banco de la República y en el equipo económico están pensando en otras opciones. Este país se está enriqueciendo y el peso se fortalece. Pero también tenemos que tener en cuenta una competitividad exportadora a mediano y a largo plazo que en este momento sí tiene una salida. En aquellos casos puntuales en los que se han suspendido los pedidos porque el inversionista no puede trabajar con plazos de seis meses por pura incertidumbre, lo que significa es que ese trámite del TLC se debe dar rápidamente.

M.I.R.: ¿Le preocupan los pasos de animal grande que parecería estar empezando a dar la inflación?
L.C.V.: Hay que esperar. Creo que vamos a tener unos momentos difíciles por cuenta de los problemas del clima, ya lo vimos en enero y probablemente en febrero, que son muy puntuales, cíclicos y que no tienen una formulación de largo plazo. Sin embargo, veo en los otros comportamientos de precios como en tasas de interés, en manufacturas y en servicios que provee el gobierno, unos comportamientos bastante tranquilizadores. El Banco de la República todavía tiene campo para hacer política monetaria activa que pueda repercutir en una mejora en la tasa de cambio.

M.I.R.: ¿Le gustó el nombramiento del nuevo Ministro de Hacienda?
L.C.V.: Mucho. Opino que el ministro Carrasquilla es uno de los grandes ministros de Hacienda que ha tenido el país y deja una economía funcionando sumamente bien. Vamos a tener por primera vez en Óscar Iván Zuluaga, de origen empresarial, con experiencia política y de gobierno, la oportunidad de un Ministerio de Hacienda que no sea de vacas flacas y que pueda mirar la economía política con mayor comodidad.

M.I.R.: Después de haberlo escuchado, me parece que el ministro que necesita el presidente Uribe para que le haga política es alguien tipo usted…
L.C.V.: Terminemos esta entrevista donde la empezamos: no estoy en esas listas, ni es mi interés.

M.I.R.: Pues le hago una apuesta, y se la cobro antes de que termine este gobierno….
L.C.V.: Y yo espero que la pierda…