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ANÁLISIS

¿Estamos listos trabajadores y empleadores para la nueva normalidad?

La respuesta: deberíamos estarlo. Hablando abiertamente, para nadie es un secreto que el Sistema General de Riesgos Laborales (SRGL) es un respaldo para los empleadores y trabajadores en Colombia.

Miguel Gómez*
1 de diciembre de 2020

Actualmente, el Sistema General de Riesgos Laborales (SRGL) protege a 10,1 millones de trabajadores colombianos y podemos afirmar con hechos que es un sistema que funciona, y bien. 

Con la reactivación paulatina de las empresas, el SGRL y las ARL serán actores fundamentales, aliados de la salud de los trabajadores, de la productividad, de los empleadores y, sin duda, del Gobierno, en el camino de la prevención y protección de la fuerza que mueve a Colombia frente a la covid-19.

Desde el SGRL se lideran innumerables iniciativas de promoción y prevención de la salud laboral, para garantizar la seguridad y la integridad de los trabajadores.

A junio de 2020, la tasa de accidentes laborales disminuyó, pasando de 7,5 en 2015 a 5 por cada 100 empleados, mientras que la tasa de muerte por origen laboral cayó un 25%, ubicándose en 4,4 por cada 100.000 trabajadores. Con la nueva normalidad el reto es mayor, pero, sin duda, las bondades del sistema permiten que haya certeza de lograr responder a él.

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Es claro que las experiencias vividas por las empresas durante y después de las medidas de aislamiento generarán cambios en la forma tradicional de producción, y desde el SGRL, las ARL deberán apoyar esta transformación reconociendo los nuevos riesgos laborales que emergen de dicha transformación, ayudando a los empleadores y trabajadores a desempeñar su actividad, así como mitigando la accidentalidad y la enfermedad laboral asociadas a estos nuevos riesgos y, por supuesto, a la covid-19.

Pese a ello, si bien el Sistema cumple un rol fundamental en la reactivación de la economía del país, gracias al apoyo que brinda en la construcción de ambientes seguros para nuestros trabajadores y empleadores, estar preparados para el regreso a la normalidad no solo depende de las acciones de promoción y prevención que realiza, sumadas a las prestaciones económicas y asistenciales otorgadas por este a la enfermedad laboral; también depende de la voluntad de empleadores y trabajadores.

Como parte de la responsabilidad del SGRL ante este problema de salud pública, se continuará impulsando protocolos que funcionen como método de prevención durante la reincorporación y se trabajará de la mano con los afiliados para garantizar un conocimiento adecuado de todas las medidas de prevención y control.

Eso sí, es deber de los empleadores comprender que nada de lo que se haga para la protección de la salud de nuestros trabajadores es en vano. Incluso, es fundamental ir más allá de los planes obligatorios y así proteger la estabilidad del negocio, hoy amenazado por múltiples factores derivados de los cambios bruscos que experimentamos.

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Así mismo, como trabajadores, también estamos en la obligación de cumplir con los protocolos y exigirlos en caso de que no existan o sean mínimos.  Ser más conscientes de la importancia del autocuidado en nuestros lugares de trabajo, sea nuestra casa o nuestras oficinas, será muy importante para estar protegidos. 

Ante esta nueva realidad, se hace más evidente la importancia y la razón de ser del SGRL, su compromiso con la protección de la salud de los trabajadores y la reactivación progresiva del aparato económico del país.

El sistema ha mostrado su capacidad de reinvención, asumiendo nuevas responsabilidades y enfrentándose a nuevos modelos de operación de las empresas. No obstante, nada de esto será suficiente para estar listos, si no hay compromiso de parte de empleadores y trabajadores, pues solo unidos podemos enfrentar esta pandemia.

*Miguel Gómez, presidente de Fasecolda.