David Ospina quería ser delantero y marcar goles

David Ospina quería, como cualquier niño enloquecido con el balón, meter goles: patear la pelota, no detenerla, hacer goles, no impedirlos. Cuando tenía 3 o 4 años, hacía una pelota con medias y la lanzaba por toda la casa, a costa de los floreros y las porcelanas. David Ospina, cuando era niño, no cogía el balón con las manos, le daba patadas con la furia del aprendiz.

Héctor Ospina Usme, el padre, jugó fútbol aficionado y cuenta: “Como desde los 3 años David amaba los balones. Pero él no era arquero, a él le gustaba hacer goles”.

Vea aquí el especial multimedia El valor del fútbol de SEMANA y Canal Capital

Sin embargo, en un partido muy importante cuyo rival nadie recuerda, el arquero del equipo de Alexis García se enfermó y David lo reemplazó. “Le fue muy bien tapando. David es excepcional desde pequeño, como persona y estudiante. Pero hay que decir que David siempre ha estado por debajo del promedio en cuanto a la estatura de un portero, pero es muy ágil y muy vivo”, dice Ramiro García, su entrenador en la escuela de Alexis.

Cuando tenía 13 años, David dejó el colegio y se dedicó al fútbol del todo. Pero su padre se quedó sin trabajo y se veía obligado a pedir ayuda a amigos y familiares para sacar a su hijo adelante. Los frutos llegaron en 2005, cuando David tenía 17 años y comenzó a jugar en el fútbol profesional con Nacional, que ganó el torneo apertura. En 2007 ganaron el apertura y el finalización. En 2008, con 19 años, el OGC Niza, de Francia, lo compró por 2,4 millones de euros.

Luego todo fue muy rápido: la Selección Colombia, el Mundial de Brasil, su fichaje en Arsenal. En Inglaterra repite hoy lo que ha hecho desde que empezó a jugar al fútbol cuando tenía 5 años: es terco, disciplinado, sereno y espera a que el tiempo le dé las oportunidades.