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Las cifras de turismo en la ciudad se desplomaron por la inseguridad. | Foto: A.F.P.

MÉXICO

Acapulco, el paraíso tomado por los narcos

La emblemática ciudad mexicana en la que vivían las estrellas de cine, hoy es un hervidero de violencia e inseguridad.

9 de abril de 2016

El idilio soleado de las playas de Acapulco, por las que se paseaban John Wayne y Elizabeth Taylor, parece haberse esfumado como espuma en la arena. Los actores de Hollywood fueron reemplazados por soldados armados, que patrullan las costas mientras los turistas se broncean aturdidos en las asoleadoras.

Los cuerpos de seguridad hacen parte del contingente de más de 4.500 soldados y policías que el gobierno desplegó para hacerle frente a la ola de violencia. Pero nada logra contener la degradación del puerto del Pacífico mexicano. Según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública, Guerrero es el estado más violento del país (no hay que olvidar que Iguala, donde desaparecieron 43 estudiantes en 2014, también queda allí). Las cifras no mienten. En lo que va del año, se cuentan más de 230 homicidios dolosos, 38 de estos en Semana Santa, que se suman a la media de 105 homicidios por cada 100.000 habitantes (y ubican a Acapulco como la cuarta ciudad más violenta del mundo según el informe de 2016 de la ONG CCSPJP).

La situación es tan grave que la presidenta de la Asociación de Comerciantes Establecidos en la Costera, Laura Caballero Rodríguez, convocó a un ‘Pacto con todos por la paz’ el 13 de abril y pidió al gobierno que les condonen los impuestos para poder pagar las extorsiones. “Tenemos un doble gobierno y este es un llamado respetuoso a ambos. Al Ejecutivo, porque sabe lo que estamos viviendo. Y a la delincuencia organizada, porque también son seres humanos y les pedimos que se pongan de acuerdo sobre quién y dónde van a gobernar”, dijo la representante de los comerciantes, que busca evitar que más de una banda criminal extorsione al mismo local. “Nos tienen de rodillas”, añadió.

El principal problema es que Acapulco, además de ser históricamente turístico, es un puerto de entrada que conecta a México con el oriente y tiene múltiples vías de acceso a la capital y al norte del país. “Esto lo hace atractivo para los narcos, pues hay demanda local de drogas y una ruta importante de tráfico. Antes la ciudad estaba controlada por el cartel Beltrán Leyva pero, cuando se descompuso en 2005, la competencia comenzó a pelearse el dominio del mercado”, dijo a SEMANA Eric Olson, director del programa latinoamericano del Wilson Center.

En 2011, el expresidente Felipe Calderón lanzó el plan Guerrero Seguro, para aumentar la vigilancia policial; sin embargo, el Estado ha sido débil para responder a la avanzada del hampa. “Además, ha habido muy poca voluntad política de combatir el flagelo y una evidente complicidad entre el crimen organizado y el Estado, que se hace el de la vista gorda”, sostuvo Olson. Y la problemática no se limita a los 200 locales cerrados en los últimos meses, sino que en múltiples ocasiones los profesores han dejado de dictar clase, pues los delincuentes entran a las escuelas a amenazarlos y a robar (sobre todo en época de prima navideña).

Acapulco ve cada día más lejano su esplendor setentero. Según cifras de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas y de la Confederación de Cámaras de Comercio en Guerrero, el turismo, que antes no bajaba de un 90 por ciento de ocupación, hoy no llega a un promedio del 40 por ciento. En Semana Santa, el recrudecimiento de la inseguridad provocó pérdidas en el sector de casi 1.000 millones de pesos mexicanos. Para atajar el desastre, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, lanzó la campaña ‘Habla bien de Acapulco’ y pidió a los medios un pacto de silencio sobre la violencia de la ciudad, que en 2013 conmocionó al mundo con el secuestro y violación de un grupo de turistas españolas.

El futuro del puerto dorado es sombrío y la impunidad está en su más alto nivel. Algunos turistas no entienden bien lo que pasa, y aún menos, cuando, mientras los niños construyen castillos de arena, un sicario dispara desde una moto acuática.