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Anders Breivik detonó un carro bomba en el centro de Oslo, Noruega, y disparó contra docenas de civiles desarmados en la isla de Utøya. | Foto: AP

INTERNACIONAL

El asesino de Oslo quiere reclutar adeptos desde la cárcel

Anders Breivik, autor de una masacre en Noruega, iba a enviar 220 cartas con el fin de reclutar adeptos radicales, informaron las autoridades.

23 de diciembre de 2014

Las autoridades noruegas impidieron el envío de al menos 220 cartas de Anders Behring Breivik, autor de los atentados del 2011 en Oslo en los que murieron 77 personas, porque consideran que el ultraderechista trataba de reclutar adeptos radicales.

Así lo reveló el diario VG, que cita documentos internos de las autoridades penitenciarias noruegas y que destaca que Breivik intentaba enviar todas estas misivas a destinatarios a quienes no conocía antes de los atentados.

Las autoridades noruegas, según el rotativo, temen que Breivik trate de formar una red dispuesta a trabajar por su causa política, el radicalismo xenófobo e islamófobo.

"Breivik no pretende trabar amistades ordinarias y saludables. Su estrategia parece ser la de asociar a cuantos contactos sea posible", indica el texto de una resolución de las autoridades penitenciarias con fecha del 5 de diciembre citada por VG.

El asesino, quien confesó los hechos, pero no reconoció la sentencia, pretende consolidarse como "líder" de un movimiento que acepta "la violencia extrema y el terror" como instrumento, prosigue el documento.


Centro de Oslo, luego de una explosión causada por Anders Breivik (i). Víctimas de Breivik en la isla de Utøya (d). (Daily Mail / AFP)

El diario noruego explica que Breivik recibe decenas de cartas "de todo el mundo", principalmente declaraciones de amor de mujeres, pero también manifiestos de apoyo a sus ideas políticas.

La defensa del ultraderechista, por su parte, indicó que actualmente prepara una demanda por la generalidad del bloqueo y para exigir que las cartas sean examinadas una a una.

En el verano del 2011, Breivik hizo explotar una bomba en el distrito gubernamental de Oslo y acto seguido se trasladó a la isla de Utøya, donde abatió a tiros a decenas de personas del partido socialdemócrata, en su mayoría jóvenes.

El hombre se encuentra pagando la pena de prisión más dura posible disponible en el sistema de justicia de Noruega y es probable que permanezca en la cárcel por el resto de su vida.

Desde su encarcelamiento, Breivik ha hecho intentos cada vez más desesperados para ganar publicidad, como la emisión de una serie de demandas extravagantes, dado que se encuentra en estricto aislamiento.

En febrero de este año, amenazó con iniciar una huelga de hambre a menos que las autoridades penitenciarias cedieran a una lista de demandas para mejorar sus condiciones de encarcelamiento. Por ejemplo, exigió que su consola de juegos PlayStation 2 fuera actualizada a Playstation 3 "con acceso a más juegos para adultos que yo mismo pueda elegir", citó la agencia AFP.

Con información de Efe