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Cientos de judíos ultraortodoxos se reúnen para rezar por las muertes de los cuatro relidiosos asesinados en la sinagoga y el la yeshiva en el barrio ortodoxo de Har Nof en Jerusalén. | Foto: EFE

VIOLENCIA

Atentado contra una sinagoga en Jerusalén dejó cuatro muertos

Se trata del ataque más mortífero de los últimos años en la Ciudad Santa.

18 de noviembre de 2014

Cuatro israelíes han muerto y ocho han resultado heridos este martes en un atentado contra una sinagoga en Jerusalén cometido por dos palestinos, que fueron abatidos en el ataque más mortífero de los últimos años en la Ciudad Santa, escenario de fuertes tensiones.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió este martes que Israel reaccionará "con mano de hierro a este asesinato de judíos", que refuerza el temor de que el conflicto israelo-palestino tome un cariz religioso.

Por su lado, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, violentamente criticado por varios ministros israelíes, condenó rápidamente la muerte de "fieles que oraban en una sinagoga" y también "la muerte de civiles del lado que sean".

El ataque tuvo lugar en una sinagoga del barrio ultraortodoxo de Jar Nof, en Jerusalén Oeste, considerado un bastión del Shass, un partido religioso. Los atacantes, Udai y Ghasan Abu Jamal, dos primos oriundos de Jabel Mukaber, un barrio de Jerusalén Este, entraron a la hora de la oración.

"Escuché disparos y uno de los fieles salió del edificio gritando "¡Hay una matanza!", dijo un testigo a la radio. El ataque dejó ocho heridos, uno de ellos en estado crítico y tres en estado grave.

Los dos palestinos, abatidos luego por agentes, atacaron con "hachas, cuchillos y una pistola", indicó la policía.

Los cuatro israelíes muertos tenían doble nacionalidad, tres de ellos estadounidense y el cuarto, británica.

La muerte de cuatro judíos en un lugar de culto echa leña al fuego en una ciudad donde, desde julio, se vive una fuerte tensión, en particular en la Explanada de las Mezquitas, donde los extremistas judíos quieren obtener la autorización de rezar.

Después del atentado, el ministerio de Seguridad Interior, Yitzhak Aharonovich, decidió autorizar el porte de armas fuera de las horas de servicio a los militares y los guardianes de las escuelas.

Las dos principales fuerzas islamistas palestinas, Hamas y la Yihad Islámica, celebraron el ataque que por el momento no fue reivindicado.

El ataque es una "respuesta al asesinato del mártir Yusef Ramuni", un conductor de autobús palestino hallado muerto el domingo en su vehículo en Jerusalén Oeste, afirmó Hamas. La policía israelí concluyó que se trataba de un suicidio, contrariamente al médico forense que examinó el cuerpo de Ramuni, un palestino de Jerusalén Este de 32 años. Ramuni, padre de dos niños, era un hombre "feliz", afirmó su familia, que rechazó tajantemente la tesis del suicidio.

Israel prometió este martes destruir la casa de los atacantes en Jabel Mukaber, barrio ocupado y anexado por Israel. La policía rodea esta sector, donde detuvo a una decena de sus familiares.

La Ciudad Santa entró en un ciclo de violencia en julio pasado, cuando extremistas quemaron vivo a un adolescente palestino de Jerusalén Este para vengar la muerte de tres israelíes. Desde entonces, se registran enfrentamientos nocturnos cotidianos en la parte oriental y palestina de la ciudad, anexionada por Israel. Los jóvenes palestinos se enfrentan con piedras a los policías israelíes, fuertemente equipados.

La escalada franqueó una nueva etapa hace un mes cuando un palestino embistió con su automóvil una estación de tranvía. Otros dos palestinos siguieron su ejemplo con sendos ataques mortíferos en Jerusalén y Cisjordania ocupada. Después tuvo lugar una serie de ataques con puñales que llegó a las calles de Tel Aviv.

Hamas llama a redoblar los ataques

Ninguno de esos ataques fue directamente reivindicado, pero algunos fueron cometidos por miembros de la Yihad Islámica o de Hamas. Hamas dijo que el ataque era "una respuesta a la serie de crímenes del ocupante" en la mezquita de Al Aqsa, que se encuentra en la Explanada de las Mezquitas. Este movimiento islamista palestino llamó el martes "a continuar las operaciones".

Abas, que debe próximamente pedir al Consejo de Seguridad de la ONU un calendario para el fin de la ocupación de los territorios Palestinos, reiteró el martes que "la ocupación es la causa de las tensiones".

El ministro israelí de Economía, Naftali Bennett, jefe del partido religioso nacionalista Hogar Judío, denunció la responsabilidad de Abas. "Mahmud Abas con sus incitaciones a la violencia declaró la guerra a Israel y debemos reaccionar consecuentemente", declaró Bennet.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, condenó el atentado tachándolo de acto de "puro terror y de brutalidad sin sentido" y exhortó a los dirigentes palestinos a denunciar el ataque.

El presidente Obama, por su parte, condenó el "horrible ataque" y llamó a israelíes y palestinos a la calma. "En este sensible momento en Jerusalén, lo más importante para los líderes israelíes y palestinos y los ciudadanos comunes es trabajar juntos para rebajar las tensiones, rechazar la violencia y buscar un camino hacia la paz", dijo Obama.

Obama identificó a los tres israelo-estadounidenses que murieron en el ataque como Aryeh Kupinsky, Cary William Levine y Mosheh Twersky. "No hay ni puede haber justificación para tales ataques contra civiles inocentes", dijo el mandatario. "Los pensamientos y oraciones del pueblo estadounidense están con las víctimas y familiares de los que fueron asesinados y heridos en este horrible ataque y en otros actos de violencia recientes", añadió.

Por otra parte, el Congreso de los Diputados español debe votar este martes una moción presentada por la oposición socialista instando al gobierno a reconocer el Estado palestino en coordinación con la Unión Europea (UE), informaron fuentes parlamentarias.