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¿COMO TUMBAR A PINOCHET?

Las fuerzas de oposición chilenas buscan una formula unitaria para responder a esta pregunta

10 de junio de 1985

El reciente triunfo de la lista de la alianza opositora en las elecciones estudiantiles de la Universidad Católica de Santiago da una lección concreta a los partidos políticos chilenos, que sólo hasta ahora parecen haberse percatado de que su unión es el único camino para terminar con la dictadura del general Augusto Pinochet. "El delirio de Pinochet de perdurar a sangre y fuego hasta 1989 y después mediante la farsa constitucional que impuso hasta 1997 sólo sería posible si la oposición estuviera tan irresponsablemenle desunida como para no dar forma al clamor de un país entero que exige el fin de la dictadura", dijo Volodia Teitelboim, miembro del comite central del Partido Comunista Chileno durante su paso por Buenos Aires.
Conscientes de esa realidad y en vista de que las jornadas de protesta que habian hecho trastabillar al régimen "en el 83 y el 84" estaban perdiendo su efecto, las principales fuerzas opositoras al dictador--la Alianza Democrática (AD), que reúne 8 partidos; desde el derechista Partido Nacional pasando por la Democracia Cristiana e incluyendo el ala del Partido Socialista presidida por Carlos Briones; el Movimiento Democrático Popular (MDP), constituido principalmente por el PCCh, el Movimiento de Izquierda Revolucionario y el Paro Socialista que responde a Clodomiro Almeyda, y el Comanda Nacional de Trabajadores dirigida por Rodolfo Seguel--. sacaron el pasado 12 de abril una declaración conjunta en la que prometen "postergar legitimas aspiraciones ideológicas e intereses, frente a la ineludible tarea de reconquistar ahora la libertad y la democracia" .
Esta contundente declaración quizás responde más a la necesidad de reacccionar ante el asesinato de Manuel Guerrero, presidente regional de la Agrupación Gremial de Educador de Chile (AGECh), José Manuel Parada, sociólogo funcionario de la católica Vicaría de Solidaridad y Santiago Nattino, pintor y dibujante vina AGECh --secuestrados y degollados aparentemente por fuerzas de seguridad--que a la existencia de una sólida conciliación de sus políticas. La AD y el MDP continúan teniendo dificultades de fondo para concertar en cuanto a los métodos que se deben emplear en la lucha contra la dictadura. "Queremos una transición ordenada, pacífica, en forma civilizada", dijo Gabriel Valdés, presidente de la AD y de la Democracia Cristiana, principal partido de esta coalición.
Días antes de esa declaración, Valdés había escrito una carta abierta en la que criticaba al MDP por utilizar métodos violentos, "ya que esto ubica la lucha contra la dictadura en el sitio exacto en que le conviene a Pinochet: el enfrentamiento armado continuo y ascendente que termina un conflicto enmarcado en la contienda Este-Oeste". Por su parte dirigentes del MDP critican la posicíón blanda de Valdés que en sus diálogos con Pinochet a fines del 84 intentaba redimir al régimen de sus pecados cayendo en la trampa inmovilizadora que éste le tendió". Las Brigadas Manuel Rodríguez--grupos armados de autodefensa barrial que dependenden del frente Patriótico Manuel Rodríguez--han sido duramente criticadas por líderes de la AD por la aventura de rebelión en que están metiendo a la juvenlud chilena" y en cambio son reivindicadas por el MDP. "Son jóvenes marxistas y cristianos dispuestos a desarrollar el derecho a la legítima defensa del pueblo de a un régimen genocida", dijo el comunista Teitelboim. "Lo contrario sería poner la cabeza debajo del a del verdugo".
Sin embargo, la fragilidad de la unión opositora no es, lo único que fortalece las intenciones de Pinochet.
Según la carta informativa de circulación privada La Prensa, el mismo Pinochet confió a un colaborador su deseo de quedarse hasta 1997 ya que cree que "en el país no hay otra persona capaz de terminar su labor anticomunista empezada en 1973". También cuenta con el visto bueno que tácitamente le dio el enviado de la administración Reagan, el subsecretario adjunto del Departamento de Estado Langhorne Motley quien al dejar Chile declaró: "Occidente le debe gratitud a Pinochet por eliminar un régimen extraño al hemisferio", y "Chile está en buenas manos".
La cohesión de las Fuerzas Armadas y su lealtad al régimen también han contribuido a que esta etapa de recrudecida represión se siga prolongando y que los intentos de la AD de persuadir algunos militares para que condujeran un gobierno de transición hayan fracasado. Además, a pesar de que el desempleo llega a más del 30% y el hambre se extiende en los alrededores de Santiago a pasos agigantados, Pinochet aún cuenta con adeptos. "Alrededor de un 15% de la población apoya al tirano--grupos empresariales y del sector público- por razones familiares, de interés o simplemente por miedo", dijo Valdés a un periodista argentino.
Empero no todo el panorama es negro. Existen fuerzas que debilitan esta aparente estabilidad del régimen militar. El desprestigio internacional que ha conseguido Pinochet al recrudecer la violencia contra sus opositores, desde que implementó el Estado de Sitio y la total censura de prensa el pasado 6 de noviembre, sigue actuando contra él. En las últimas jornadas de protesta a fines de marzo hubo varios heridos y detenidos aunque una de estas era una marcha pacífica en solidaridad con las víctimas del terremoto que dejó a medio millón de personas sin techo. "La lucha pacífica da más resultados que la violenta para enfrentar a estos bárbaros", dijo el sacerdote Pierre Dubois del poblado La Victoria, quizás uno de los más violentados por el régimen; La Iglesia Católica que se ha destacado por su resistencia permanente contra la dictadura ha recibido respaldo a su gestión desde Roma cuando el Papa Juan Pablo 11 nombró cardenal al obispo de Santiago, monseñor Juan Francisco Fresno.
Pese a lo dicho por Motley, la posición norteamericana es reticente en su apoyo a Pinochet. En enero Reagan bloqueó un préstamo del BID por 130 millones de dólares a Chile y algunos de sus funcionarios han manifestado el deseo de su gobierno de apoyar las fuerzas moderadas para imposibilitar el acceso al poder por parte de la ultra izquierda. Segun Prensa Libre, el candidato del Departamento de Estado sería Juan Hamilton, ex senador democrata cristiano quien se disputará la presidencia del partido con Valdés en este mes. Finalmente, la reciente reestructuración de la AD --que había quedado acéfala desde febrero- por la cual el dirigente de cada uno de los 8 partidos que la componen presidirá por seis meses, dará más solidez a la propuesta que esta coalición ha hecho con el MDP.
La lección que les han dejado los últimos meses a las fuerzas democrálicas chilenas entonces es que la supuesta apertura del régimen del año anterior fue sólo una respuesta de Pinochet quien, al sentirse debilitado vio que su única posibilidad de sobrevivir era aparentar una apertura aunque nunca existió una legitima inlención de hacerla. Sólo en la medida en que las fuerzas opositoras se unan, ya que, en palabras del socialista Ricardo Lagos de AD "no basta con que la población diga no a Pinochet sino que también quiere decir sí a una propuesta coherente", caerá Pinochet. Y es necesario que éste salga del gobierno antes de que el desespero que lleva hoy a hambrientos y desempleados a la violencia se extienda aún más. Entonces Chile no estaría muy lejos de una guerra civil.-
María Teresa Ronderos corresponsal de SEMANA en Buenos Aires -