DESDE LAS ZANJAS ANTIAEREAS

La maestra explica una operación de matemáticas. A la mitad de la exposición suena un timbre y, en segundos, los 45 niños que ocupan el aula inician la evacuación del recinto bulliciosamente pero con orden. Se trata de un simulacro para comprobar el funcionamiento de los planes de defensa civil de la escuela.
La escena fue presenciada por este corresponsal en una escuela de primera enseñanza de Managua, pero pudo haber sido en cualquier otra ciudad de Nicaragua donde la población y los organismos de masas han desarrollado métodos de defensa que buscan especialmente la protección de niños y ancianos.
Lo relatado al comenzar esta nota evidencia hasta qué punto la mayoría de los nicaraguenses considera la eventualidad de una guerra generalizada en todo el país como un hecho real e incluso como una posibilidad a corto plazo.
El patio de la escuela, hasta hace dos semanas sitio de juego de los niños a la hora del recreo, se ha convertido en un complicado sistema de zanjas cubiertas con ramas y los niños se deslizan a ellas a través de varias entradas que todos conocen. Según la maestra, no ha sido difícil organizar a los infantes sobre la base de "dar a cada uno de ellos una responsabilidad determinada a fin de que todos sepan al momento de sonar la alarma, cuál es su puesto y cuál su función para garantizar la evacuación".
La estructura de los refugios en ésta y en otras escuelas nicaraguenses pone en evidencia que la mayor aprehensión de los pobladores es la eventualidad de un masivo ataque aéreo. La escuela en cuestión está ubicada en un barrio de Managua que militarmente se considera uno de los posibles objetivos militares, ya que en él está la refinería de petróleo. Los sandinistas consideran que en la capital tiene prioridad la defensa de los barrios cercanos a esa refinería, la única del país, así como los que rodean el aeropuerto internacional "Augusto César Sandino".
"Nosotros", dice la maestra, "tenemos la responsabilidad mientras duren las clases de limitar al máximo las víctimas de un bombardeo entre los niños y en la mayoría de las escuelas ya estamos preparados". En realidad, cuando en Nicaragua se habla de "los niños", se está hablando de más de un tercio de la población. Más de un millón, de los tres que se calcula tiene el país, tienen ahora entre cero y nueve años. Si a esa cantidad sumáramos los casi 500 mil que no llegan a los catorce años se puede tener una idea de lo que significa la orientación sandinista de "proteger a cualquier precio la vida de los niños". "El trabajo, en realidad, ha sido doble" me decía una fuente de los Comités de Defensa del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), "porque ha habido que abrir refugios en las escuelas pero también, pensando en la eventual paralización de las actividades docentes, se ha hecho otro tanto en los barrios". En los barrios capitalinos, particularmente en aquellos populosos y en los que habitan personas de escasos recursos económicos, la construcción de los refugios antiaéreos "para niños, ancianos y mujeres embarazadas", como señala la fuente, ha sido acelerada. "En el último fin de semana la mayoría de esos barrios no sólo cavó refugios sino además trincheras para los combatientes", agrega.
Aquí la cosa es más compleja, pues por orientación de las Milicias Sandinistas Territoriales, incrementadas en un 30% el último mes, cien metros adelante de los refugios se abrieron trincheras hacia los principales accesos a los barrios, "en las que combatiremos a cualquier invasor". En la escuela como en los barrios, los niños no solamente son el objetivo de la defensa civil nicaraguense. En realidad son protagonistas de ella, pues son los más entusiastas en las labores de refugios y cavar trincheras.
El pasado fin de semana, en un barrio de la ciudad norteña de Matagalpa, escenario de esporádicos combates entre los sandinistas y sus adversarios, se imprimió una foto que después apareció en un diario local. Mientras mujeres de avanzada edad y niños cavaban los refugios, apenas unos metros más allá, hombres, mujeres y hasta niños entrenaban posiciones de tiro con los nuevos fusiles G-3 de las milicias sandinistas.
Arqueles Morales (Managua)
SALDRAN ASESORES CUBANOS DE NICARAGUA
Como un golpe diplomático de los sandinistas, que fortalece la posición internacional de ellos y refuerza las posibilidades pacificadoras del Grupo de Contadora, fue calificada en diversos medios la decisión del gobierno de Managua de pedir la salida de los asesores cubanos de Nicaragua. Dada a conocer oficialmente el 24 de noviembre, a través de un discurso de Tomás Borge, ministro del Interior, la decisión conduciría a la salida de más de mil asesores militares cubanos, los que se unirían a los 1.200 maestros y técnicos que hace dos semanas regresaron a la isla, por terminación de su período de labores en Nicaragua.
Tal disposición también implicaría la salida de Nicaragua de un puñado de (siete o nueve) dirigentes revolucionarios salvadoreños quienes vivían en Managua con sus familias.
Tal retiro de asesores sorprendió por el momento político en que fue anunciado. En las últimas semanas han crecido los rumores según los cuales el gobierno norteamericano se apresta a invadir a Nicaragua. Sin embargo, la medida sobre los asesores cubanos obviamente está vinculada a las últimas propuestas del grupo de Contadora en el sentido de que para un arreglo pacítico de la crisis centroamericana debe haber un retiro de todos los asesores extranjeros del istmo.
Pero la salida de extranjeros de Nicaragua no sólo estaría diseñada para mostrar la disponibilidad del gobierno sandinista al diálogo y a las soluciones políticas, sino que apuntaría también a mostrar que Nicaragua no es un "satélite" de Cuba o de la Unión Soviética y que su gobierno se siente capaz de encarar él solo, sin asesores extranicaraguenses, cualquier invasión extranjera sobre su territorio.
Los asesores militares y civiles cubanos habían llegado a Nicaragua a petición del gobierno sandinista.
Tomás Borge, en su discurso del 24, además de anunciar la partida de los cubanos, desafió a los gobiernos de El Salvador, Honduras y Estados Unidos a retirar simultáneamente los asesores militares del área y limitar los arsenales de los ejércitos centroamericanos como un primer paso para lograr la paz en la región.
El mismo día, el gobierno nica inició un proceso de diálogo con las agrupaciones políticas opositoras nicaraguenses, en acción dirigida a disminuir las tensiones internas. Fue así como en la noche del 24 de noviembre se produjo una reunión entre los dirigentes del Consejo de Estado (CE), órgano colegislativo del gobierno, y representantes de la Coordinadora Democrática, que reúne a los partidos que hacen oposición legal al gobierno sandinista. En tal reunión, el subcomandante Rafael Solis, secretario del CE, explicó las medidas que ha tomado el gobierno y la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para dialogar con la Iglesia, así como la decisión de continuar con el proceso electoral, elíminar la censura al opositor diario "La prensa" y proseguir el diálogo con el sector empresarial privado.
El dirigente sandinista agregó que el 4 de diciembre próximo, el CE aprobará la ley electoral, fijará fecha para las elecciones, el período de propaganda para los partidos y la forma del proceso eleccionario. Les pidió a los partidos, eso sí, asumir una posición frente a una eventual agresión militar externa.
En cuanto al levantamiento de la censura a "La Prensa" dijo que los gobernantes nicaraguenses esperan que ese medio de comuicación desarrolle su labor "con más madurez".
Respondiendo el pedido del Partido Social Cristiano de que los gobernantes sandinistas dialoguen a negocien "con todos los nicaraguenses", incluyendo a las organizaciones contrarrevolucionarias, Solis dijo que los autores de tal propuesta deberían "pensar a más esa posición, porque no vamos a negociar con ARDE (Alianza Revolucionaria Democrática, de Edén Pastora) ni con el FDN" (Fuerza Democrática Nicaraguense, integrada por ex guardias somocistas).
Esta búsqueda de la distensión interna del gobierno de Managua no quiere decir que los peligros que acechan a Managua han pasado. Dos aviones de combate norteamericanos sobrevolaron Puerto Sandino el 28 de noviembre, mientras una flota naviera estadounidense realizaba maniobras frente a dicho puerto, en el Pacífico. Por otra parte, Tomá Borge, cuatro días antes, había denunciado que se estaba dando una inusitada concentración de tropas hondureñas y de "contras" en la frontera con Honduras y que la CIA está planeando asesinar al arzobispo de Managua, Miguel Obando y Brave Borge dijo que fuentes de intelgencia de Nicaragua han confirmado este último plan en Honduras y en Miami. Según Borge, con la eliminación del prelado opositor "pretenden buscar un levantamiento popular" contra el régimen revolucionario. "Este macabro plan contempla también el asesinato de dirigentes de partidos políticos opositores", con el fin de culpar posteriormente a las autoridades sandinistas. "De todo son capaces los ex guardias somocistas y la CIA", agregó, al recordar que cuando asesinaron al periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, también pretendieron culpar del crimen al FSLN. En cuanto al impacto del retiro de los asesores extranjeros en Nicaragua, los observadores son más bien escépticos. Reconocen que es muy difícil lograr que al gobierno de Alvaro Magana acepte el reto nicaraguense y pida el retiro de los 55 asesores militares norteamericanos en El Salvador. El ejérito salvadoreño hoy no atraviesa por su mejor momento -muchos aseguran que las guerrillas opositoras tienen la iniciativa militar- y los rumores de un nuevo golpe militar no logran ser disipados del todo, a pesar de las promesas gubernamentales de realizar en los próximos meses elecciones.
Contadora, que reunirá a sus cancilleres nuevamente a mediados de diciembre en Panamá, tendrá así su última oportunidad para probar que su existencia tiene razón de ser, consiguiendo que en dicha reunión se firme uno o varios tratados de paz entre los países centroamericanos.