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“El gobierno Maduro no tiene salida”: Henrique Capriles

El Gobernador de Miranda continúa marchando en Venezuela sin máscara ni casco. Expuesto, asegura que estos 60 días de protesta no han sido en vano. Explica lo que espera de la comunidad internacional y sostiene que en el Ejército venezolano las aguas están revueltas.

3 de junio de 2017

SEMANA: En una marcha reciente, usted fue agredido por la Guardia Nacional.

HENRIQUE CAPRILES: Fue una emboscada. Me estaban cazando. Los guardias tenían el rostro cubierto y los nombres ocultos, para no ser identificados. Pero yo tengo informantes, y ya sé que un mayor comandó la emboscada. Yo me identifiqué como gobernador y me dijeron: “No me importa quién seas tú”. Luego me dieron con un casco en la cara. En cuestión de segundos comenzaron a golpear a los 17 miembros del equipo, ellos eran más que nosotros. Luego un guardia me apuntó con la escopeta. Y por último, se llevaron máscaras, cascos, teléfonos, radios, relojes, todo.

SEMANA: Usted denunció que podrían ser personas que no son guardias nacionales. El ministro de Interior asegura que hay violentos “disfrazados” de ese cuerpo.

H. C.: Mi denuncia pública, que no ha sido refutada, fue que utilizaron menores de edad que están presos en Maracaibo, para hacer ejercicios de brigadas de choque. No he tenido información de que eso se haya hecho con adultos. De lo que sí tengo información es de que quienes están al frente de la represión criminal son los ‘mala conductas’, gente con antecedentes. Además, han estado graduando guardias nacionales con tres meses de formación nada más.

SEMANA: La violencia va en aumento, ¿se encamina Venezuela hacia una guerra civil?

H. C.: No. Aquí no hay escenario de guerra civil, sino una lucha desigual con unas fuerzas que actúan de manera criminal. En la gran mayoría de los asesinatos están involucrados funcionarios de la Guardia Nacional (GN) o de la Policía Nacional (PN). El escenario de guerra civil fue el que yo evité hace cuatro años cuando el país estaba dividido. Hoy Venezuela quiere cambio frente a una cúpula a la que lo único que le queda es el uso criminal de la fuerza. Dentro de la Fuerza Armada además hay una completa división. Muchísimos militares están en desacuerdo con el gobierno, por la represión y por la ruptura del orden constitucional.

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SEMANA: La ONG Control Ciudadano dice que hay un debate entre los militares sobre si deben defender la Constitución o la constituyente propuesta por Maduro.

H. C.: Sí, ese debate ha llegado a los cuarteles. Pero lo cierto es que también hay mucha desinformación. Y eso es adrede. Casi el 40 ciento de los venezolanos no tiene mayor información sobre la convocatoria de Maduro, y eso pasa dentro de los cuarteles. Por eso la prisa del gobierno con la constituyente, con el Consejo Nacional Electoral atropellando el proceso, brincándose normas y procesos. Tienen prisa porque quieren aprovechar el desconocimiento.

SEMANA: Usted ha hablado de militares presos, de más de 80.

H. C.: Hay un montón de militares presos, muchos más que esos 80. No tenemos el detalle de quiénes son ni de dónde están porque no tenemos las listas completas. Están presos por oponerse a la represión. Y eso incluye a miembros de la GN y del Ejército, aunque principalmente del Ejército.

SEMANA: ¿Qué logros han traído 60 días de protestas en las calles?

H. C.: Hay un país que despertó, que dice “no más”. Y eso ha traído logros como el debate en la OEA. Aunque en la reunión de esta semana no se llegó a una resolución, en enero era impensable que casi 20 cancilleres se sentaran a hablar exclusivamente de Venezuela. También es un logro que la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, diga que hay una ruptura del orden constitucional. O que otros voceros que defendían el gobierno hoy denuncien el fraude de Maduro, como el exministro de Interior Miguel Rodríguez Torres, que fue director de la policía política de Chávez. Eso no habría sucedido sin la presión de la calle.

Aquí no hay escenario de guerra civil, sino una lucha desigual con unas fuerzas que actúan de manera criminal

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SEMANA: ¿Al gobierno se le salió de las manos la violencia represiva con la Guardia Nacional y con los llamados ‘colectivos armados’?

H. C.: No. Creo por el contrario que todo fue premeditado. El objetivo es que el miércoles no haya nadie protestando. Por eso están allanando y sembrando el terror en las zonas residenciales populares. Además, hay una orden nacional para robarles sus equipos a los periodistas, para que no quede registro. La fase dos del Plan Zamora implica el uso de las armas de carácter letal. Fíjese que tras su aplicación se ha disparado el número de muertes y de heridos.

SEMANA: Desde el gobierno se dice que a la oposición se le fue de las manos la “resistencia”, que nadie controla a quienes se enfrentan a la fuerza pública o cometen vandalismo.

H. C.: Eso es mentira porque en todas las quemas de camiones y demás siempre está el gobierno. En todas. Yo siempre lo digo: siempre hay alguien viendo, informando. Por algo quieren quitarle al Ministerio Público la responsabilidad de la investigación penal y dársela a las policías. Los hechos de violencia en movilizaciones opositoras son totalmente aislados.

SEMANA: ¿Deben replantear la oposición la lucha de calle?

H. C.: Hay que replantear algunos términos: tener varios frentes, por ejemplo, convocar no en un solo punto, sino en 20. A su vez, el partido Primero Justicia le propondrá esta semana a la Unidad pasar a una mejor organización con los Comités de Rescate de la Democracia. Tenemos que abarcar más territorio para que no esté todo dirigido o concentrado en Caracas. Vamos a seguir en las calles, pero con nuevas estrategias, que no es bueno hacerlas públicas.

SEMANA: ¿La oposición está preparada para negociar una transición, incluso con cuotas de poder o de impunidad?

H. C.: Eso forma parte de la discusión. En la Asamblea Nacional ya se planteó el tema de las garantías de transición. Ese es el deber ser. Pero la cúpula de gobierno es como un secuestrador que está rodeado y cree que va a poder salir. En esos casos, el secuestrador pide garantías, negocia.

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SEMANA: Una de las lecciones del proceso de paz colombiano es que a veces hay que tragar grueso y dejar pasar asuntos, pues el objetivo final es más importante. ¿Pudiera pasar algo así en Venezuela?

H. C.: Son procesos distintos. Allá había guerrilla y gobierno, y el tema de la entrega de armas. Aquí la oposición no tiene armas ni nada que entregarle al gobierno. La oposición está luchando por derechos que están en la Constitución. Es inaceptable plantear esto, como lo pretende Maduro, de “o constituyente o guerra”. Eso es un chantaje. Aquí se trata de respeto a la Constitución, punto.

SEMANA: ¿El objetivo es defender la Constitución o cambiar el gobierno?

H. C.: Ambas. Defender la Constitución y hacer que se respete va a desencadenar un cambio político, que puede ser inmediato si hay voluntad política. Pero si nos ceñimos estrictamente a lo que dice la ley, puede tardar más. La respuesta política frente a la crisis debería ser unas elecciones generales. Esos comicios deben ser libres y democráticos: sin presos políticos ni inhabilitados.

SEMANA: ¿Cómo cree que está jugando la comunidad internacional?

H. C.: Creo que el gobierno se está metiendo en un callejón sin salida, con una comunidad internacional que lo está aislando, sin posibilidad de financiamiento. Hasta Rusia y China están cuestionando. Entonces Venezuela remata bonos para tener algo de caja, como los que compró Goldman Sachs aprovechándose de un país donde hay hambre, represión y un gobierno que asesina gente. Eso no es sostenible en el tiempo. Sin embargo, somos conscientes de que la solución está en nosotros. Lo que le pedimos a la comunidad internacional es que no se preste para que Maduro se lave la cara. Si no hay espacio para el refugio, el gobierno va quedando cada vez más deslegitimado y aislado. Pero, ojo, no le estamos pidiendo al mundo que nos deje sin dinero, no. El tema es para qué se usa. Por ejemplo, estamos haciendo gestiones para que no le vendan material bélico al gobierno.

SEMANA: ¿La política es el medio adecuado para sacar al gobierno del poder?

H. C.: Lo que pasa es que yo soy político y creo en la política. No soy guerrillero ni soldado. Además, la política siempre termina triunfando. Los cambios hay que darlos para que duren. Por eso no quiero golpe ni atajos. Creo en la protesta y en la expresión pacífica, pues lo que se logra con violencia solamente se puede defender con violencia.