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EL REGRESO DEL "BRUJO"

A punto de ser extraditado de EE.UU. el personaje más siniestro del peronismo.

4 de agosto de 1986

Se convirtió en una leyenda. Se dijo que sus poderes ocultos le habían permitido desvanecerse de la Tierra, pero que aparecía en varios lugares, con caras diferentes y que nunca se lo podría encontrar. No obstante hoy José López Rega -ese bufón terrible del último gobierno peronista en la Argentina y encarnación del comienzo de la etapa más trágica de este país- está a pocos días de ser extraditado a Buenos Aires desde Miami, donde está preso desde el pasado 13 de marzo.
El ex ministro de Bienestar Social y ex secretario privado de la Presidencia (1973-1975), buscado por la justicia argentina por más de diez años, por sorprendente que parezca, se entregó a las autoridades norteamericanas. Según fuentes consultadas por SEMANA, López Rega creyó que blandiendo su ferviente anticomunismo y mostrándose viejo y enfermo, lograría borrar su imagen fatídica y obtener el asilo político.
Pero los jueces consideraron que los crímenes por los que se le acusa -haber fundado y dirigido la organización paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que cometió varios asesinatos, haberse apoderado ilegítimamente de fondos reservados de la Presidencia y de fondos para la Cruzada de la Solidaridad-, trascienden el terreno de lo político.
Al cierre de esta nota, una corte de apelaciones de Estados Unidos habia rechazado el alegato de la defensa de López Rega que insistía que su cliente era un "perseguido político" y había ratificado su extradición, faltando así solamente el visto bueno del Departamento de Estado.
Curiosamente, "Lopecito", como le decían sus amigos, se presentó tan seguro ante la justicia que contrató dos abogados defensores que ni él mismo conocía.
"Los eligió la Virgen", dijo su compañera e "hija espiritual", María Elena Cisneros, con quien vivió sus años de persecución.
Si la farsa de la imagen del anciano diabético no conmovió a la juez en Miami, y la declaración de la Cisneros sobre sus "30 títulos universitarios" la hizo sospechar, los argumentos de uno de sus defensores, el cubano-norteamericano, Luis Fours, debieron acabar de convencerla que debía sacar de su país a este personaje lo antes posible.
"A Hitler se lo acusa de infinidad de hechos criminales, de haber asesinado y torturado, pero nunca se le vio un arma en la cintura", dijo Fours en la Corte. "A López Rega le pasa lo mismo ".
Semejante comparación le hizo un flaco favor al "Brujo" -mote que le pusieron sus enemigos en Buenos Aires. Sin embargo, su origen es, al igual que el del Fuhrer, oscuro e insignificante.
A pesar de que cuando asumió el Ministerio de Bienestar Social se dijo que había sido "fundador del peronismo", lo más cerca que estuvo López Rega de Perón durante su primer gobierno fue como guardia de su residencia en la calle Austria. Algunas veces, también actuó como su guardaespalda.
Fue hasta muchos años después, cuando López Rega tenía 49 años y ya se había retirado como cabo de Policía, que logró ser presentado a Isabel Perón, quien había venido a la Argentina como enviada especial del general.
El ex cabo sirvió de maletero y ayudante de la tercera esposa de Perón y logró que esta lo llevara a la casa de Puerta de Hierro en Madrid, donde residía el líder exiliado.
Por ese entonces, López Rega ya estaba entregado al mundo del espiritismo. Antes había fracasado como cantante. Se dice que cantó en un restaurante en Nueva York por los años 30. De vuelta a su patria, fue contratado en la radio y cuentan que gastaba su magro sueldo en alquilar trajes de ópera. Al fin, abandonó este camino en vista de que nunca accedió al estrellato.
En 1962, ya casado y con una hija, puso su propia imprenta y comenzó su carrera en las ciencias de lo oculto. Allí publicó su obra maestra: "Astrología esotérica: secretos develados", en la que decía revelar los misterios del universo. Luego abrió un instituto de belleza en el que aconsejaba a las mujeres cómo combinar sus vestidos con sus signos zodiacales. También publicó, en colaboración con el arcángel San Gabriel, "Alpha y omega: un mensaje para la humanidad", en el que relató pasajes tan iluminados como este: "Las vacas... en su encierro (¿campo de concentración?) están alejadas de toda manifestación de cariño humano, y pareciera ser un lugar destinado a cobijar criminales de guerra y no a fortalecer el alimento de la raza humana".
López Rega -o el "hermano Daniel", como lo llamaban sus colegas espiritistas de la secta Anael- también conocía los ritos de la macumba brasileña, y ya en el poder, hizo varios viajes al Brasil para participar en ellos.
Una vez en la casa de Perón, "Daniel" puso toda su sabiduría al servicio del general. A pesar de que su influencia sobre los Perón es innegable, según el historiador Joseph Page -quien hizo una cuidadosa investigación sobre la vida de Perón- esta ha sido exagerada, y lo que es peor, muchas veces inventada por aquellos peronistas que querían quitarle responsabilidad a su líder en algunas de sus decisiones.
En Madrid, López Rega pasó de mucamo a secretario privado del general. Acrecentó su poder al impedir que muchos de sus colaboradores se le acercaran, según varios testimonios de personas que lo visitaron en esa época.
Una de las actividades más escalofriantes que desarrolló "Lopecito" en Puerta de Hierro, es relatada por Page y por el historiador Tomás Eloy Martínez, en su "Novela de Perón" (ver sección Cultura). Cuando el cadáver embalsamado de Evita fue llevado a Madrid, el "Brujo" lo puso en una habitación de la casa, y se dice que hacía que Isabel se acostara sobre el ataúd "a fin de transmudar la esencia espiritual de Eva de su cuerpo a la psique de quien iba a ser su sucesora".
A comienzos de la década del 70, López viaja con Isabel a Argentina y ahí, junto con su yerno Raúl Lastiri, funda el boletín Las Bases, por medio del cual extiende su influencia sobre el peronismo.
Una vez electo el presidente peronista Héctor Cámpora en 1973, López Rega da el salto más importante de su vida política: valiéndose de su cercanía a los Perón y del apoyo que tenía en ciertos sindicatos, logra ser designado ministro de Bienestar Social. Luego se convierte en secretario privado del Presidente y cuando éste muere y asume Isabel la primera jefatura argentina, éste conserva sus cargos.
Es durante su estadía en el ministerio que López Rega consolida su tenebroso poder. Aunque hasta hoy lo niega, varios testimonios indican que "Lopecito" fundó la Triple A, la financió y le proveyó armas. Con sujetos vinculados a las mafias -muchos de los cuales se integraron más tarde a los servicios de inteligencia del gobierno militar-, la Triple A secuestró, torturó y asesinó a todo aquel que ésta considerara comunista o que se opusiera a los designios del ministro.
También durante esta época, López Rega sustrajo ilegalmente miles de dólares de fondos reservados y según fuentes allegadas a la justicia argentina, se ganó más de 35 millones de dólares en un contrato de armas largas con Libia. Muchas de las cuales se encontraron después dentro del ministerio. No sin razón, hay quienes dicen que López fue más bien el "ministro del malestar social".
Tampoco cesó el astrólogo en sus hechicerías. En los últimos días de Perón, el "Brujo" no se despegó de su lado y decía ser la fuente de vida del general.

El creciente poder que acumuló el ministro y su capacidad para manipular a la viuda de Perón comenzaron a preocupar a varios dirigentes peronistas. Se empezó a decir que "había que romper el cerco del "Brujo" alrededor de Isabel". La desastrosa situación económica y la debilidad de la Presidenta, hicieron que finalmente sindicalistas y militantes pidieran la cabeza de López Rega. El régimen, creyendo salvarse de la caída si hacía saltar a López Rega, lo forzó a renunciar y lo envió al exterior con el ambiguo título de "representante de la Presidenta de la nación".
"Lopecito" se instaló en la mansión madrileña hasta que se produce el golpe militar en Argentina en 1976. Los nuevos gobernantes despojan al destronado ministro de sus derechos constitucionales. Este desaparece y durante 10 años no se conoce con certeza su paradero. Ahora, gracias a su compañera, la Cisneros, se sabe que pasaron gran parte de ese tiempo en Suiza "en un mundo ideal, nos dedicamos a la música, a la pintura, a la filosofía y a los libros".
Más allá de los que creen que López Rega escaló tan alto por las ramas del poder debido a sus dotes esotéricas, parece más razonable atribuir el ascenso de este cantante mediocre y ambicioso,a la profunda confusión en la cual se encontraba la sociedad argentina en esta época. Así, quien en una sociedad sana no hubiera sido más que un payaso, se transformó en el Rasputín del gobierno.
"Cuán bajo se tuvo que hundir la Argentina para que López Rega pudiera subir tan alto", escribió Robert Cox, quien fuera editor del matutino Buenos Aires Herald, en aquel momento.
Su regreso no sólo pone a los argentinos de cara a su triste pasado, sino que además asusta a muchos de sus cómplices. "Si López Rega habla, serán varios los que tendrán que esconderse", dijo a SEMANA, Guillermo Patricio Kelly -quien ha desatado una verdadera cruzada contra todas las mafias argentinas de los últimos años- a su regreso de Miami, donde fue querellante en la causa contra López Rega.
También le temen los militares que profundizaron la era del terror que López Rega había empezado. El mito del villano les sirvió para encubrir sus propios crímenes, y por eso se convirtieron en sus principales detractores. Con el retorno del "Brujo", se le hará justicia a un criminal y se destaparán "muchas ollas". ¿Lo dejarán volver?