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| Foto: AFP

ESTADOS UNIDOS

¿Aceptará Trump su derrota si pierde en las elecciones?

La posibilidad de que el magnate republicano desconozca una eventual victoria de Hillary Clinton les abre las puertas a la incertidumbre y al caos institucional.

8 de noviembre de 2016

Uno de los momentos más polémicos de estas elecciones ocurrió el 20 de octubre, durante el segundo debate en el que se enfrentaron los candidatos demócrata y republicano. Cuando el moderador Chris Wallace le preguntó al magnate si respetaría el resultado electoral, este le contestó: “Lo veré en su momento. Voy a mantener la intriga, ¿de acuerdo?”.

La afirmación no cayó del cielo. Desde que el candidato nombró como director de su campaña a Stephen K. Bannon, el director de Breitbart News, las teorías conspirativas se han convertido en las protagonistas de la contienda. Entre ellas, la idea según la cual las elecciones estadounidenses están amañadas a favor del ‘establishment’, por lo que todo el sistema político está listo a meter la mano para favorecer a Hillary.

Aunque hasta el propio partido republicano criticó a Trump por sus declaraciones, este se burló de las objeciones y dijo un día después en un mitin en Ohio: “Aceptaré gustoso el resultado de estas elecciones... si yo gano”.

De hecho, uno de los argumentos de la campaña de Trump ha sido que, por cuenta de los líos que tiene con la Justicia, la candidata demócrata debería renunciar a su candidatura. Lo que lo dejaría a él como el único candidato de la contienda.

Desde entonces, este ha insistido en sembrar dudas tanto sobre su contrincante como sobre el proceso electoral. Y eso hasta el último minuto. El aspirante republicano expresó dudas el martes acerca de la integridad del sistema electoral estadounidense en el mismo momento que depositaba su voto.

"Veremos cómo se dan las cosas hoy. Esperemos que todo salga bien y no nos tendremos que preocupar de eso y que ganemos", dijo Trump cuando la cadena Fox le preguntó por la posibilidad de aceptar el resultado electoral.

La afirmación abre las puertas a una gran incertidumbre, pues que el perdedor reconozca el resultado es la garantía del traspaso pacífico del poder.

De hecho, el temor de muchos especialistas es que tras haber exacerbado las pasiones de su base, de decir que su contrincante es “la persona más corrupta de la historia” y de animar a la gente con armas “a parar a Hillary”, Trump esté jugando al aprendiz de brujo.

De resultar ganadora, la primera tarea de Hillary será desactivar esa bomba que el desafiante Trump dejó plantada en el corazón de la democracia estadounidense.