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El atentado terrorista, que dejó 22 personas muertas y otras 64 heridas, estuvo dirigido a un público infantil y femenino. El victimario era un joven británico de 23 años, radicalizado, que viajó a Siria poco antes de cometer la atrocidad.

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Manchester: la masacre de los inocentes

El primer ataque del terrorismo islámico contra mujeres y niños en Europa conmocionó al mundo. Detrás parece estar una nueva y macabra estrategia de Isis.

27 de mayo de 2017

Padres que acompañaban a sus hijas a su primer concierto, adolescentes y jóvenes, la mayoría mujeres, aún eufóricas, disfrutaban del final del espectáculo de la cantante Ariana Grande que deleitó a 21.000 personas en el Manchester Arena. Pero esa noche de ensueño se convirtió en pesadilla cuando explotó la bomba terrorista que cobró la vida de 22 personas y dejó heridas a otras 64, muchas de ellas menores de edad. Este atentado recordó la tragedia del Bataclán en París en 2015, cuando terroristas armados asesinaron a 89 personas después de un concierto de rock. Pero con el ataque en Mánchester, por primera vez el terrorismo islámico le apuntó a un público tan joven y predominantemente femenino.

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El terrorista suicida no era mucho mayor que sus víctimas. Salman Abedi, principal sospechoso de haber detonado la bomba, tenía 23 años y era hijo de padres refugiados que habían huido al Reino Unido para escapar del régimen de Muamar el Gadafi en Libia, un país azotado por la guerra civil que derrocó a ese dictador y que dejó un vacío de poder que llenaron grupos como Al Qaeda e Isis. El victimario, que nació y se crio en Mánchester, regresaba de una visita a su padre en Trípoli que realizó antes de viajar a Siria. Por lo tanto, es muy probable que Abedi pertenezca al grupo de 800 jóvenes británicos que después de radicalizarse viajaron a Siria para recibir entrenamiento militar y adoctrinamiento de parte de Isis. Así, el episodio en Mánchester parece cumplir la promesa del supuesto califato islámico de aumentar los atentados terroristas en Europa para compensar su pérdida de territorio y sus derrotas militares en Oriente Medio.



Ante el temor de un nuevo ataque, la primera ministra, Theresa May, declaró el estado de emergencia crítico y envió a cerca de 1.000 soldados para apoyar a las fuerzas policiales e incrementar las medidas de seguridad. Mientras tanto, la reina Isabel visitó a algunas de las víctimas del ataque que reciben cuidado médico en un hospital de Mánchester, y  miles de personas les rindieron homenaje a las vidas perdidas en la tragedia.

En efecto, Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por los hechos, aunque no se ha establecido la relación de Abedi con la organización, que lo describió con el término genérico de ‘soldado del califato’. Así, la alerta roja se encendió en el Viejo Continente, ya que, después de analizar restos del artefacto explosivo, los expertos señalaron que el alto nivel de sofisticación de la bomba indica que Abedi tuvo ayuda para fabricar el dispositivo. Por ello, el gobierno británico confirmó que este hace parte de una red terrorista más amplia y ha arrestado a una decena de personas presuntamente ligadas al ataque, incluyendo a su hermano menor Hashem, detenido en Libia por sus vínculos con Estado Islámico.

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Como respuesta al temor de un atentado “inminente” en los próximos días, la primera ministra británica, Theresa May, declaró el estado de emergencia crítico y ordenó el despliegue de 984 soldados que apoyarán a la Policía en sus tareas de vigilancia. Igualmente, aunque líderes mundiales le expresaron sus condolencias, a May no le han faltado críticos. El alcalde de Mánchester, Andy Burnham, había advertido que un atentado similar a los de París y Bruselas podría ocurrir en ciudades más pequeñas de Europa, y afirmó que los cortes presupuestarios le han restado músculo a las fuerzas policiales para incrementar las medidas de seguridad. Además, el ataque llega en un momento crucial para la política británica, pues las elecciones en las que May defenderá su cargo, vistas como un segundo referendo sobre el brexit, se realizarán el 8 de junio. Muchos consideran que el atentado beneficiará al Partido Conservador de May, quien antes de asumir su puesto fue ministra del Interior y restringió el flujo migratorio en Reino Unido.

La Policía británica difundió dos imágenes del terrorista suicida Salman Abedi captadas por cámaras de seguridad antes de que cometiera el atentado. Foto: AFP.

Igualmente, los críticos de su rival laborista, Jeremy Corbyn, aprovecharon para recordarle su supuesta simpatía con el grupo paramilitar del Ejército Republicano de Irlanda, activo en el conflicto armado de Irlanda del Norte, que realizó atentados en ciudades de Reino Unido. Con todo, en medio del caldeado ambiente electoral y ante las divisiones que ha generado la salida de la Unión Europea, May supo unir a los británicos en torno a la solidaridad con las víctimas. “El espíritu de Mánchester y el de Reino Unido son más poderosos que los esquemas enfermos de terroristas depravados”, reiteró.