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FRACASO EN DAMASCO

8 de agosto de 1983

Y siguen los tropiezos de la diplomacia norteamericana. El último fue protagonizado por el secretario de Estado, George Shultz, quien siguiendo una orden del Presidente Reagan se hizo presente en el Oriente Medio con la intención de sacar del atolladero el pacto de retiro de las tropas israelitas y sirias del Líbano. No obstante, las intenciones del funcionario se vieron obstaculizadas de nuevo por la reticencia del Presidente sirio Hafez Al Assad que ve los acuerdos firmados como inclinados en favor de Israel. El hecho generó críticas en Washington debido a que el gobierno ha sido presionado por los judíos norteamericanos y los políticos prolibaneses para que obtenga algo concreto. Se ha llegado a decir que si la gestión inexitosa de Shultz continúa, éste peligra en el puesto.