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INDEPENDENCIA GRITA

La tragedia de la católica Timor Oriental regresa a las primeras planas ante el 'referéndum' sobre <BR>su separación de Indonesia.

4 de octubre de 1999

Apesar de las amenazas proferidas por las milicias pro-Indonesia la población de Timor
Oriental salió a votar en masa el lunes pasado en un referéndum sobre su pertenencia a ese país. Aunque al
cierre de esta edición los enviados de la ONU no habían entregado sus resultados todo indicaba que la
independencia sería la ganadora absoluta.
La conciencia de ese resultado inminente fue el detonante de los ataques de los paramilitares que al final de
la semana causaron la muerte, entre otros, de dos de los 4.000 funcionarios destacados por la ONU para
realizar la votación.
La victoria de la independencia sería el premio para un movimiento que luchó durante años en el más
absoluto olvido a pesar de que su legitimidad fue reconocida por la ONU en 1983.
Pero la violencia hizo temer que el caos impida alcanzar la ansiada separación del país que invadió a la ex
colonia portuguesa en 1975, poco después de que fuera abandonada por su antigua metrópoli.
La razón es que a Indonesia, un país que se encuentra en medio de la crisis desde que cayó Suharto, su
dictador de muchos años, nada le podría caer peor en este momento que la separación de su 'provincia' de
Timor Oriental. En efecto, ese es un país formado por 13.000 islas que abarcan varios cientos de grupos
étnicos que durante el gobierno anterior se mantuvieron bajo la férula de un centralismo excluyente. Pero el
actual régimen del presidente Habibi está tan debilitado por los graves problemas económicos y sociales que
afectan al país que se vio obligado a aceptar el referéndum sobre Timor.
En esas condiciones la independencia del enclave católico podría ser fatal, sobre todo si se tiene en cuenta
que hay movimientos independentistas en otras islas.
Y lo que es peor, la independencia de Timor Oriental no es bien vista por los países que enfrentan sus
propias luchas independentistas, como China. Así lo explicó a SEMANA la politóloga india Rhada Kumar,
del Council for Foreign Relations, "el Consejo de Seguridad tendría dificultades para decidir enviar una fuerza
de paz porque los movimientos independentistas del mundo entero están pendientes de lo que pase en
Timor Oriental. De ahí que Indonesia pueda estar planeando retirarse muy pronto del todo para jugar la carta
del caos".
Por eso crecen los temores ante la posibilidad de que estalle una guerra civil abierta entre el Falintil, la
legendaria guerrilla timorense que mantuvo todos estos años la llama de la independencia, y los 10.000
milicianos pro-Indonesia patrocinados por debajo de cuerda por el ejército de ese país. Timor Oriental perdió
en 1975, luego de la invasión de Indonesia, a 200.000 habitantes, lo que convierte el suyo en el mayor
genocidio de la historia en relación con el total de su población. El mundo tiene la oportunidad de detener por
fin la tragedia de ese pequeño enclave de católicos en medio de un universo musulmán.

Los próceres
Jose Alexandro 'Xanana' Guzmao se convirtió en 1979 en el líder de la moribunda guerrilla independentista y
sus 13 años de andanzas lo convirtieron en una leyenda. Capturado en 1992 y condenado a 20 años, está
a punto de ser liberado y es el personaje más opcionado para presidente.
El obispo Carlos Belo, quien ganó el premio Nobel de Paz junto con el activista José Ramos Horta, es
el líder espiritual de los timorenses y se ha encargado de mantener la presión moral sobre el gobierno
indonesio. Si Xanana es el Mandela, Belo es el Desmond Tutu del proceso timorense.

País remoto
Población: 800.000 habitantes
Geografía: Ocupa la mitad de la isla de Timor, con 3.000 kilómetros cuadrados
Economía: El principal producto es el café. Si logra la independencia, reclamaría su porción de la zona
petrolífera al sur.