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Julian Assange es el fundador de Wikileaks

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Julian Assange, el “egocéntrico”, “obsesivo” y “paranoico” fundador de Wikileaks

La justicia británica rechazó su extradición a Estados Unidos para juzgarlo por espionaje. Amado y odiado. Esta es la polémica vida del hombre que develó los secretos del gobierno americano.

4 de enero de 2021

Este lunes, Julian Assange volvió a llenar de titulares la prensa en el mundo. La justicia británica rechazó la extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos, que lo reclama para juzgarlo por espionaje por la publicación de ciento de miles de documentos secretos. Desde que se destapó ese escándalo, Assange es una figura controvertida que polariza opiniones: infatigable defensor de la transparencia para unos, es para otros un peligroso divulgador de secretos.

El australiano, de 49 años, piel pálida, cabellos canos y expresión sobria, que esgrime a veces una media sonrisa sarcástica, ha pasado más de ocho años privado de libertad. Ese tiempo ha estado lleno de anécdotas y episodios de película. Primero, refugiado desde junio de 2012 en la embajada de Ecuador en Londres para no ser extraditado a Suecia por unas acusaciones de violación que él denunciaba como una trampa para entregarlo a Estados Unidos.

Un grupo de personas sostiene caretas del fundador de Wikileaks, Julian Assange, frente a sus caras durante una manifestación a su favo en Brisbane (Australia).

Después, desde su espectacular detención por la policía británica en abril de 2019 cuando el presidente ecuatoriano Lenín Moreno le retiró la protección ofrecida por su predecesor Rafael Correa, recluido en una prisión de alta seguridad cerca de Londres. Con graves problemas de salud según sus abogados, coordinados a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, ha luchado desde allí contra el proceso de extradición iniciado por Estados Unidos, que lo quiere juzgar por espionaje, acusación que podría costarle una condena de 175 años de cárcel.

Assange y WikiLeaks se hicieron famosos en 2010 con la publicación de cientos de miles de documentos secretos estadounidenses que dejaron al descubierto sus prácticas en las guerras de Irak y Afganistán. Pacifistas y defensores de la transparencia lo alabaron por haber revelado muertes de civiles, actos de tortura y operaciones militares clandestinas. Pero la difusión en línea de documentos no editados, que dejaban al descubierto nombres de informadores, le valió el distanciamiento de algunos periódicos que habían colaborado inicialmente con él y Washington lo acusó de poner vidas en peligro con su irresponsabilidad.

El político

Su largo encierro en la embajada ecuatoriana había ido apagando su protagonismo mediático, hasta que en noviembre de 2016 se inmiscuyó en las elecciones estadounidenses y en octubre de 2017, en el proceso independentista catalán. WikiLeaks contribuyó probablemente a la victoria de Donald Trump al publicar miles de mensajes secretos de la campaña de su rival demócrata Hillary Clinton, aparentemente filtrados por Rusia. Y respaldó a los independentistas catalanes contra el gobierno español de la época, difundiendo imágenes de la dura respuesta policial al referéndum de independencia prohibido.

Se le acusó de divulgar “propaganda rusa”, pero Assange negó estar al servicio de Moscú: “WikiLeaks ha publicado más de 800.000 documentos relacionados con Rusia o [su presidente Vladimir] Putin, y la mayoría son críticos”, dijo.

“Egocéntrico” y “obsesivo”

Assange nació el 3 de julio de 1971 en la localidad australiana de Townsville. Su madre, la artista teatral Christine Ann Assange, se separó de su padre antes de que naciera Julian, quien durante 15 años vivió en más de 30 ciudades, antes de establecerse en Melbourne. Alumno inteligente, estudió matemáticas, física e informática en la universidad sin llegar a licenciarse. Lo sedujo entonces la piratería informática y llegó a entrar en las webs de la NASA y el Pentágono con el seudónimo de “Mendax”.

Julián Assange, fundador de WikiLeaks. | Foto: AP

Cuando WikiLeaks saltó a la fama, se lo saludó como a un genio informático y un mesías libertario. “El hombre más peligroso del mundo”, se titulaba una biografía suya. Pero rápidamente arreciaron las críticas. Viejos amigos y colaboradores lo describieron como “egocéntrico”, “obsesivo” y “paranoico”. “El hombre que presume de desvelar los secretos del mundo, no soporta los suyos”, sentenció Andrew O’Hagan, a quien pidieron que escribiera una biografía de Assange y acabó por tirar la toalla.

“Determinado” y “comprometido”

Pero otros, como la veterana periodista australiana Mary Kostakidis, que lo visitó en la legación ecuatoriana en 2013 y en la cárcel londinense en 2019, aseguran que es “todo lo contrario a un narcisista”. Es un hombre “con principios, muy determinado, muy comprometido con el proyecto”, aseguró hace un año al diario Sunday Morning Herald, dando a entender, como ya lo han hecho otros y pese a la falta de un diagnóstico formal, que puede sufrir síndrome de Asperger, un tipo de autismo que afecta a las relaciones sociales.

Entre sus defensores figuran famosos como la actriz estadounidense Pamela Anderson, la diseñadora británica Vivienne Westwood, el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis o el roquero Roger Waters. Durante sus años en la embajada de Ecuador, donde denuncia que todos sus movimientos fueron espiados, tuvo en secreto dos hijos con la abogada sudafricana Stella Morris. Assange tiene al menos otro hijo, Daniel, de unos 30 años.

La solicitud de extradición

La jueza Vanessa Baraitser de la corte penal de Londres desestimó la petición de extradición del australiano, de 49 años, presentada por la justicia estadounidense, en un caso que sus defensores denuncian como clave para la libertad de prensa. Estados Unidos tiene ahora un plazo de 14 días para recurrir esta sentencia y su representante legal confirmó ante la corte que así lo hará. Por su parte, la defensa de Assange anunció que pedirá su libertad bajo fianza.

La abogada Stella Morris, compañera sentimental del australiano con quien tiene dos hijos, había llegado al tribunal media hora antes del inicio de la vista, pero no quiso hacer declaraciones. La víspera había dicho al diario alemán Der Spiegel que “la defensa de Julian se ha visto seriamente obstaculizada” en la prisión londinense de Belmarsh, donde lleva 20 meses recluido.

Una pequeña protesta se organizó a las puertas del tribunal, donde una docena de personas se había reunido desde primera hora de la mañana para expresar su apoyo al australiano.

La defensa de Assange anunció que pedirá su libertad bajo fianza.

“No extraditen a Assange, el periodismo no es un crimen” o “Liberen la verdad, excarcelen a Assange” podía leerse en sus pancartas. “Paren el juicio espectáculo de Julian”, decía otra, enarbolada por un hombre en bicicleta. Se produjeron algunas fricciones con la policía, que pidió a los manifestantes abandonar el lugar debido a las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.

“Estoy aquí esta mañana porque apoyo a un hombre que, en mi opinión, ha sido injustamente encarcelado por decir básicamente la verdad. No ha hecho nada malo. La venganza de Trump tenía largos tentáculos”, dijo una manifestante, Myra Sands, de 78 años, en referencia a la administración estadounidense de Donald Trump.

Con información de AFP