La larga marcha ecuatoriana

Lo que empezó como una protesta de un puñado de indígenas en El Pangui se convirtió en una multitudinaria marcha que sumó simpatizantes durante los 700 kilómetros de recorrido hasta Quito. El 22 de marzo se desplegaron por la capital miles de personas, sobre todo indígenas, en contra de los proyectos de minería industrial del presidente Rafael Correa que, según los manifestantes, contaminarían el agua y pondrían en riesgo los ecosistemas. Por su parte, Correa convocó una contraprotesta, también numerosa, que marchó el mismo jueves a favor de su gestión con la consigna de que "nada ni nadie podrá detener la revolución ciudadana". Pero aunque sostuvo que la marcha antiminería había sido una contundente derrota y que la manifestación fue una fachada de "la prensa corrupta de la derecha saqueadora", la ruptura de su régimen con la inmensa población indígena del país no parece tener reversa.