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LOS NIÑOS DEL TERROR ULTRA

¿Cómo operan y por qué las bandas terroristas de derecha en España? Un ex-miembro de ellas hoy arrepentido de esas acciones, reveló bajo el anonimato todo lo relativo a tales grupos...

4 de octubre de 1982

El 13 de octubre de 1979 seis terroristas de extrema derecha asaltaban a un joven en el madrileño parque del Retiro y le partían la cabeza con bates de béisbol. Horas más tarde, el joven herido, José Luis Alcazo, licenciado en historia, 25 años, fallecía camino del hospital, con el parietal roto y un profundo derrame cerebral.
"Casualmente", revela a "Cambio 16", "ese día tenía la resaca de una juerga que me había corrido la noche anterior y no actué con los bateadores. Gracias a ello, hoy estoy en libertad"
J.L.S. tiene 21 años y cicatrices en una oreja y en el costado. Es un terrorista ultra arrepentido que dice odiar la violencia y estar dispuesto a acabar sus estudios de derecho y a vivir en paz.
Hijo de un marino de guerra, prefiere que su nombre completo y su foto no aparezcan en los periódicos "por si acaso". Hasta hace pocos meses era uno de los responsables de un grupúsculo nazi, Nueva Guardia de España que se dedicaba a dar palizas en el Retiro y a perseguir drogadictos y delincuentes para quitarles el dinero. Sus declaraciones a "Cambio 16" son una especie de catarsis que le permite iniciar un nuevo camino.
"Dos días después del asesinato de Alcazo, comenta, me encontré con uno de los bateadores del Retiro. Sin remordimientos me confesó que Eduardo Liminana, Fernando Pita, él y cinco jóvenes más habían sido los autores de la brutal paliza al joven licenciado porque eran gente 'sucia' que vestía pantalones vaqueros raídos y probablemente también fumaban porros" Los ocho delincuentes fascistas que en un santiamén acabaron con la vida del licenciado en historia eran todos, menos uno, menores de edad.
Niños terroristas que manejaban los núnchacos (palo terminado en una cadena con una bola de hierro), los puños de hierro, las porras y los bates de béisbol como nadie. Y que como nadie, sin problemas de conciencia, mataban también.
"También conocía, dice J.L.S., a José Llobregat, cuando en abril de 1980 asesinó a Jorge Caballero en el cine Azul de Madrid. Apenas tenía 16 años. Y para él, haberse cargado a un rojo era lo más natural del mundo. Además, según nos confesó en el café Comercial quince días más tarde, el rojo llevaba una pegatina de la CNT en la solapa y le había mirado de forma que no le gustaba"
EL IMPERIO DE LAS BRAGAS
Otras 44 muertes igualmente trágicas y absurdas hay que añadir a la extrema derecha desde el primer año de la transición política. Para J.L.S. la situación no sería tan dramática si detrás de cada muerte o detrás de cada acto violento de la extrema derecha no hubiera personas mayores que incitan constantemente a la acción a los militantes más jóvenes e irreflexivos.
"Cada vez que ha habido que salir a la calle, comenta, siempre han aparecido por las sedes de los partidos personas mayores que daban órdenes y desaparecían cuando venía la policía. Y eso ocurre así porque desde Blas Piñar hasta José Antonio Assiego, todos han querido utilizarnos como 'carne de cañón o carne de prisión', para sus fines "
Sentado en la terraza de un restaurante en Benidorn, J.L.S. pide un café y comienza a beberlo a sorbos. De los líderes de la extrema derecha, sin embargo, Blas Piñar es el que más decente le parece. "Es el único, dice, que sabe lo que quiere, aunque en Fuerza Nueva quien manda es el 'imperio de las bragas' "¿Qué es el "imperio de las bragas"? J.L.S. se quita las gafas de sol, se pasa la mano por el tupé engominado y se estira el cuello de la camisa. "Las mujeres, naturalmente. En Fuerza Nueva hay toda una cohorte de mujeres que le tiene comido el coco a Blas Piñar. Le escriben las cartas, le corrigen los discursos, le sirven el café, le filtran las visitas y lo dominan completamente"
NIÑOS DE PAPA
En este ambiente, según J.L.S., no se puede hacer nada. "Por esa razón --señala-- Blas Piñar ha perdido seguidores. Los militantes jóvenes quieren acción. Saben que por la vía parlamentaria no se consigue nada y que en esta vida no vale la pena perder el tiempo"
Tal vez por eso, en los tres primeros meses de 1982 cerca de 15 militantes de Fuerza Joven, la rama juvenil de Fuerza Nueva, abandonaron el partido de Piñar para enrolarse en el Frente de la Juventud, el grupo más violento de la extrema derecha, al que se achacan por lo menos siete asesinatos en cuatro años y más de cien agresiones con heridos. "Los militantes jóvenes creen --dice el confidente de 'Cambio 16'-- que nada más llegar al frente van a tener una pistola". Lo que más asusta del Frente de la Juventud es la corta edad de sus militantes. De 42 jóvenes que se inscribieron en esta orgamzación, casi en los tres primeros meses de 1962, dos tenían menos de 14 años, 14 no habían cumplido 15 y 10 estaban en torno a los 16. A estas edades, cuando la mayoría de los jóvenes españoles empieza a cogerle gusto a las motos y a las discotecas, los jóvenes cachorros de fascistas encuentran su mística en los uniformes, las botellas de líquidos inflamables, las porras y pistolas.
"Otro dato significativo revela J.L.S es que más de un 50% de los miembros de la extrema derecha son hijos de funcionarios del Estado y que otra 20% procedemos de familias de militares".
De las 42 microfilmaciones de fichas del Frente de la Juventud que J.L.S. facilita a "Cambio 16" se desprenden dos nuevos datos significativos: el 90% de los niños del terror ultra viven en Madrid en los barrios de Salamanca Bernabeu y Ciudad de los Periodistas y estudian en colegios como Retamar Nuestra Señora del Pilar, Rosales o Maravillas; son por lo tanto, hijos de papá.
DISPARAR A BOCAJARRO
J. L. S. pide un nuevo café y enciende un cigarrillo. Le da una chupada larga y se queda extasiado contemplando el humo. El fue uno de los primeros en abandonar, hace 4 años, Fuerza Joven para enrolarse en el Frente de la Juventud. Entonces también había en el Frente chicos de 15 años a los que entrenaban para matar. "Nada más al entrar les enseñábamos a desplegarse y replegarse en orden de combate para agredir al enemigo o repeler cualquier ataque. Las primeras armas utilizadas eran cadenas, porras de goma, núnchacos y puños de hierro. Las porras y los nunchacos se pueden comprar en Madrid en cualquier tienda de deportes y los puños de hierro te los venden en Fuerza Nueva por unas mil pesetas"
Pasada esa primera fase, los militantes eran seleccionados. Los menos combativos se encargaban de poner puestos de venta por las calles y de colocar carteles. Los más violentos, pasaban a los comandos especiales y tenían derecho a llevar pistola. Todos los militantes recibían, según cuenta, clases teóricas de defensa personal. "Si vas en caravana y alguien sospechoso se acerca a tu coche --dice uno de los manuales de autoprotección-- saca la pistola e intimídale. Si no obedece vuestras órdenes, dispárale a bocajarro". Eso, sin embargo, no era lo que más repugnaba a J.L.S. "lo que más me disgustaba, porque empezábamos a desviarnos de la idea nacional sindicalista para convertirnos en vulgares chorizos, eran los atracos"
Cuando a finales de noviembre de 1980, J.L.S. dejó el Frente de la Juventud para crear Nueva Guardia de España, cuatro antiguos camaradas suyos, Juan Antonio Córdoba Naranjo, Ramón Cisneros Menoyo, Carlos Méndez Carpintero e Ignacio José Tejero Cabrera acababan de asaltar la sede de "Pepsicola" de la calle Antonio López de Madrid para llevarse el dinero que había en la caja. "Como el cajero se resistió --dice J.L.S.- Cisneros Menoyo le dio un tiro en una pierna para llevarse las 4.500 pesetas que había en efectivo"
Meses antes, la misma banda terrorista había secuestrado y extorsionado en Valencia a Santiago Sanz, presidente del Club Levante. "Por lo que pude saber entonces --relata el arrepentido- Ramón Cisneros y otros tres militantes del Frente se presentaron en su casa y sustrajeron 283 mil pesetas. Pero como además le pareció poco dinero, mantuvieron secuestrados durante dos horas a toda la familia hasta que el suegro del presidente del Club Levante, fue a un banco y cobró 455 mil pesetas que les entregó en mano"
Cuando a mediados del año pasado la policía detuvo a la plana mayor del Frente, los ultra llevaban cometidos más de veinte atracos a bancos, gasolineras, parkings automovilísticos y domicilios particulares, a drogadictos y a delincuentes. "Entre los implicados había jóvenes que aún no habían cumplido los 17 años" dice J.L.S. "Por entonces habían comenzado a experimentar con vacunas para exterminar alimañas con el fin de aplicárselas a drogadictos, le habían hecho comer alimentos para perros a algunos disidentes y habían matado a un mendigo en un parque de Madrid"

LA SOMBRA DE GIRON
El ultra J.L.S. no se explica hoy cómo esta galería de horrores le dejaban indiferente hace dos años, tampoco se explica cómo ha podido estar un año entero --el último año- al lado de José Antonio Assiego, Jefe Nacional de Acción Sindicalista Nacional de Trabajo. "Assiego --dice- es el verdadero líder de la extrema derecha, pero es un loco de atar.
Cuando hace un año dijo en 'Cambio 16' que tenía dos hombres armados al servicio de Girón y de España, no mentía; sólo en Madrid la ASNT tiene más de 300 militantes y en uno de los puntos del esquema de organización interna del sindicato se dice que una de las misiones de ASNT es ir creando milicias armadas como garantía de resistencia civil a la destrucción nacional de los gobiernos liberales".
La mayor parte de los afiliados de ASNT son taxistas y empleados municipales. "Estos fueron --relata J.L.S.- quienes en junio de 1981 formaron los piquetes anti-huelga que atacaron salvajemente a los obreros de 'Gráficas Jiménez Caballero' que querían evitar el 'lock out' empresarial". Al final "Jiménez Caballero" cerró como quería y José Antonio Assiego para cobrarse los "servicios prestados" instaló la sede de su sindicato en General Lacy 21, edificio propiedad de Ernesto Jiménez Caballero el gran ideólogo y propagandista del nacional sindicalismo en tiempos de Franco, propietario de la imprenta y el hombre que quiso casar a Pilar Primo de Rivera con Adolfo Hitler.
Así las cosas, a mediados de agosto pasado Assiego rompe con el exministro de Trabajo de Franco, José Antonio Girón de Velasco. "En realidad -dice J.L.S.-- fue Girón quien rompió con Assiego. Lo hizo cuando supo que el abogado malagueño y líder de ASNT se dedicaba a pedirle dinero a empresarios amigos suyos, a punta de pistola".
A J.L.S. le preocupa hoy mucho más que tanto Assiego como De las Heras los hayan utilizado constantemente, a que bajo la hojarasca de su verborrea fascista se los haya convertido en un par de chorizos. "Dos meses después de haberse peleado con Girón --relata-- el 7 de octubre de 1981, cinco grupos ultras firmábamos un compromiso de colaboración con Acción Sindicalista Nacional del Trabajo para crear un frente fascista.
Los grupos firmantes éramos Frente de la Juventud, División Azul, Movimiento Revolucionario Nacional y Nueva Guardia de España. Todos teníamos una cierta aureola de grupos violentos y combativos y pensábamos que uniendo nuestros esfuerzos íbamos a provocar en unos meses un golpe de Estado. Assiego era quien más convencido estaba, pero además escondía una carta marcada en la bocamanga. Quería absorbernos e integrar a toda la extrema derecha dura en un solo grupo, el suyo. Los primeros que se dieron cuenta fueron los del Frente de la Juventud. Una noche asaltaron la sede de ASNT, robaron los ficheros del sindicato y elaboraron una lista de militantes para "desorganizar " ASNT cuando hiciera falta. Inclusive estaban dispuestos a cargarse a algún dirigente de la Junta Nacional del Sindicato si hubiera hecho falta"
"El Movimiento Revolucionario Sindical también elaboró inmediatamente una lista negra de líderes de ASNT peligrosos para su partido y en Nueva Guardia de España se formó un comando especial y secreto que tenía como misión espiar a Assiego y tenerle controlado" J.L.S. enciende un segundo "Ducados", repite mecánicamente el gesto de alisarse el cabello y continúa: "De todas maneras la idea de 'salvar a España' seguía vigente, lo teníamos todo preparado para el veinte pasado. Pero aquella noche en que hubo 'generala' y estábamos todos concentrados en General Lacy debió fallar algo. Cuando a las trés de la mañana llegó una persona con uniforme militar a avisarnos que había luz verde para actuar. Los del Frente ASNT estaban todos borrachos y los del Movimiento Revolucionario Nacional y Nueva Guardia de España estábamos durmiendo".