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MALAS NOTICIAS PARA GIULIO

¿Ha sido herida de muerte la carrera política del canciller Andreotti?

19 de noviembre de 1984

No hay escándalo en el cual no aparezca su nombre. Nadie mejor que él para salir a flote. Indemne de todas las borrascas políticas, de todas las acusaciones y zancadillas, Giulio Andreotti, es el jefe político del principal partido italiano, la Democracia Cristiana y actual ministro de Relaciones Exteriores. También ha sido 14 veces ministro y 5 presidente del gobierno. Hoy tiene 65 años, lleva 40 años sin dejar la política activa, desde que De Gasperi fundó la Democracia Cristiana después de la II Guerra Mundial, y de cuyo primer gobierno fue sub-secretario de la presidencia a los 28 años.
Hay quienes aseguran ahora que su vida política acaba de ser herida a muerte, que los 101 votos del parlamento pidiendo su dimisión el pasado 6 de octubre (en la que salvó la cabeza gracias a la abstención comunista),le han despojado de sus aspiraciones a la presidencia de la república, cuando expire en junio de 1985 el mandato del actual Presidente, Sandro Pertini. Y es que Andreotti ha sido acusado nada menos que de complicidad con mafiosos y políticos corrompidos, de haber "apoyado y cubierto" la quiebra fraudulenta del siciliano Michale Sindoma, el banquero de la mafia, detenido en Estados Unidos y ahora prisionero en Italia.
Andreotti se ha visto envuelto también en el escándalo de la logia masónica P-2. Se le acusa de haber tenido "amistades estrechas" con Roberto Calvi, el presidente del famoso Banco Ambrosiano, que fuera asesinado bajo un puente de Londres. Muchos incluso lo consideran la "eminencia gris" de tal logia masónica. En estos últimos días ha sido además acusado delante de la comisión parlamentaria antimafia por un ex alcalde de Palermo, Giuseppe Insalaco, (miembro también de la DC) de controlar la vida política de Palermo, estrechamente ligada a las "familias" de la mafia, y de oponerse y obstruir cualquier tentativa de limpieza. Su nombre se ha citado en el caso de las desviaciones de los servicios secretos, en el caso de la matanza de Plaza Fontana de Milán, en el escándalo del petróleo Enin-Petromin. Peto nadié ha podido hasta el momento presentar una sola prueba testimonial contra él.
"Un capital de largo recorrido en política", se autodefine Andreotti para responder a las acusaciones que esta vez le están lloviendo y a las cuales ha calificado de "bandidismo escrito y verbal" en un artículo que tituló Otoño melancólico.
Sarcástico, cortante, buen escritor, periodista profesional, con un sentido del humor enorme, jorobado (defecto que le cuesta las más sutiles caricaturas), es un personaje que en Italia va mucho más allá de su partido. Dicen que del Vaticano y del trato con los cardenales que pasan por su casa con más frecuencia que los politicos, le queda "la sabiduría del jesuita". Ya desde la época de su juventud se rumoraba que "De Casperl y Andreotti iban a misa siempre juntos, pero mientras De Casperi hablaba con Dios, Andreotti hablaba con los padres". Y es que ha sido, desde los tiempos del Papa Pío XII, la cremallera entre el Vaticano y la DC. Sólo Aldo Moro en el panorama político italiano lo igualaba después de su muerte en 1978 a mano de las Brigadas Rojas. Andreotti se ha quedado como el primer estadista del país.
Ahora hace una política exterior progresista, filosoviética y filoárabe abierto hacia América Latina. Moscú lo recibió con los honores de un jefe de Estado, fue uno de los primeros políticos europeos que pudo conversar largamente con Chernenko recién elegido Presidente de la URSS. Y pensar que era el hombre de confianza de la Casa Blanca. Por esto los comunistas están en apuros justificando por qué lo salvaron en el parlamento, mientras 50 diputados de la coalición de gobierno (DC, socialistas, republicanos, liberales y socialdemócratas) votaban a favor de su dimensión junto con los radicales (partido radical) y los neo-fascistas del MS (Movimiento Social Italiano). Su paciencia, su "desprecio por los maliciosos" --como él mismo lo dice-- y su "calma prudente para con los acusadores" han "colmado la medida" escribe.
Sin embargo, y por primera vez, el más brillante y hábil político democristiano italiano, representante de todo un "sistema de poder", puede caer víctima de su propio dicho: "El poder desgasta a quien no lo tiene".--
Kelly Velásquez, corresponsal de SEMANA en Roma