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ORLANDO ALZURU. Presidente de la Federación Venezolana de Maestros

VENEZUELA

“Menos de la mitad de los niños van a clase en Venezuela”

La situación social en el vecino país está tan grave que las escuelas viven medio vacías, y un 20 por ciento de los profesores abandonaron su profesión. SEMANA habló con Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros.

11 de mayo de 2019

SEMANA: Usted declaró recientemente que este año escolar en Venezuela se perdió. ¿Qué pasó?

Orlando Alzuru: Hasta la Semana Santa, el gobierno había suspendido 40 días de clase en todo el país por diversas razones. Por ejemplo, hace unas semanas el presidente Nicolás Maduro adelantó cuatro días el carnaval que se celebra en Semana Santa sin ninguna justificación. A veces al presidente le da por decir “yo no quiero que mañana haya clase y le doy el día libre a todos”, sin ninguna razón. Este año los estudiantes han dejado de ver unas 80 horas de Matemáticas y de Lenguaje. Desde el punto de vista pedagógico, eso es imposible recuperarlo en 15 días de compensatorio al final del año escolar, que es lo que propone el Ministerio de Educación. Además, porque no son solo las suspensiones de clase, sino la cantidad de jóvenes que no pueden ir un día al colegio por las condiciones de seguridad o porque no tienen plata para el transporte. La ausencia se debe, en gran parte, a que muchas veces no tienen cómo trasladarse al centro de estudio.

SEMANA: ¿Qué tanto se redujo la asistencia de los estudiantes en los colegios por los problemas sociales que viven en el país?

O.A.: Nosotros calculamos que baja entre un 50 y un 60 por ciento. Claro, no es siempre. A lo mejor un día van más estudiantes y al siguiente van menos. Cuando saben que hay comida en el colegio, va todo el mundo. Pero este servicio es muy irregular, y no nos llega todos los días. Entonces, por supuesto, cuando la alimentación deja de llegar, los padres pierden el interés por mandar al niño.

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SEMANA: ¿Y abandonan por completo sus estudios?

O.A.: Algunos. Por lo general, se van a trabajar con sus padres, ya que las carencias en las familias son muy grandes.

SEMANA: ¿Qué tanto ha afectado eso la calidad de la educación que reciben los niños?

O.A.: Muchísimo. Es que no es solo la inasistencia y la constante pérdida de clases, sino que hay otras variables que han perjudicado el año escolar. Hacen falta recursos didácticos, porque el profesor ya no tiene un salario que le permita hacer lo que antes hacía: comprarlos de su bolsillo. Hoy, el docente nacional gana menos de un dólar diario. Muchos se ven obligados a tomar un segundo trabajo para subsistir. Otros optan por dejar su trabajo e irse a Colombia u otro país. Esto nos deja sin suficientes maestros en algunas escuelas o con suplentes que no están capacitados.

SEMANA: ¿Cómo es eso?

O.A.: Por la escasez de maestros, muchas veces los propios padres de familia se ofrecen voluntariamente para ir a enseñar a la escuela. Ellos están preocupados por la falta de profesores y no quieren que sus hijos pierdan el tiempo de estudios. Pero no están preparados para enseñar. Una persona puede saber mucho, pero si no sabe transmitir esos conocimientos, no sirve de nada.

SEMANA: ¿Y sabe qué tantos profesores han venido a trabajar a Colombia?

O.A.: Esa es una cifra muy difícil de determinar. Por lo general, el educador se va y no dice si renuncia o si saca un permiso médico para volver. Nosotros calculamos que de cada colegio se han retirado al menos tres; eso da unos 81.000 profesores en toda Venezuela. Ahora, normalmente, cuando un docente emigra a otro país, no va a dedicarse a la docencia, porque la educación en los diferentes países es distinta y las condiciones de ingreso a la carrera no son tan fáciles.

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SEMANA: ¿En qué condiciones están las escuelas en Venezuela?

O.A.: Están muy mal, es una de las calamidades que tiene el sistema. Hace mucho no se construyen colegios públicos. El ministerio ha tenido que habilitar casas viejas para poner ahí los centros de estudio. Los apagones también nos han afectado mucho. De hecho, varios días de clase perdidos fueron por eso. Por otro lado, el Gobierno tumba el internet cuando hay situaciones que no quiere que la gente se entere, y nos deja desconectados.

SEMANA: ¿Las divisiones políticas que se ven en la sociedad venezolana se reflejan también en las escuelas?

O.A.: Mire, hoy hay un problema muy grave y es que al docente se le allanó su libertad de cátedra. El profesor ya no puede enseñar de acuerdo con lo que él crea conveniente. Se le han impuesto una serie de elementos que confunden al alumno por introducir la política partidista y un concepto ideológico sobre lo que es el socialismo del siglo XXI. No se le da la oportunidad al estudiante de que elabore su propio criterio.

SEMANA: Desde enero, han realizado varias movilizaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro. ¿Qué le piden? ¿Los está escuchando el Gobierno?

O.A.: Nosotros estamos en la calle hace mucho tiempo reclamando porque se redujo el 90 por ciento del poder adquisitivo de los trabajadores al hacer la reconvención monetaria. En agosto habíamos pactado un aumento salarial, pero este se diluyó con la hiperinflación. Estamos reuniéndonos mensualmente con el ministerio y el Gobierno nos escucha, pero no nos cumplen lo que nos habían prometido.

SEMANA: ¿Por qué no se van a paro?

O.A.: Hemos hecho un esfuerzo por no convocar a un paro nacional y buscar el camino negociado. Pero no descartamos ninguna opción. Una huelga general para reclamar lo que nos corresponde por derecho está sobre la mesa.