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Misterios moscovitas

La acción contra los terroristas chechenos que se tomaron el teatro capitalino dejó más preguntas que respuestas.

3 de noviembre de 2002

Los arquitectos sovieticos nunca imaginaron que su falta de creatividad sería provechosa algún día. La costumbre de construir en el país edificaciones iguales en muchos sitios de una misma ciudad fue lo que permitió a las fuerzas especiales de los servicios de seguridad 'Alfa' y 'Vimpel' entrenarse en un teatro existente al sur de la capital federal rusa igual al tomado por los rebeldes chechenos.

Pero el entusiasmo inicial con el que fue recibida la operación pronto dio paso a la incertidumbre por culpa de la vieja costumbre rusa, que se remonta no sólo a los soviéticos sino a la era zarista, de mantener los temas oficiales en la penumbra Sólo ocho horas después de terminada la operación se conocieron las primeras informaciones oficiales dadas por Vladimir Vasiliev, viceministro del Interior, quien aseguró que habían sido rescatados 750 rehenes, 67 murieron dentro de la sala, 50 terroristas dados de baja, además que entre los rehenes muertos no había extranjeros -75 en total dentro de la sala-, ni niños, ni artistas del musical, afirmaciones éstas que después se conoció no eran verdad.

A partir de ahí comenzaron a circular toda clase de rumores sobre el operativo de rescate y el gas utilizado para dormir a los asaltantes y, de paso, a los rehenes. Se necesitaron cinco días para que el médico cardiocirujano Yuri Shevshenko, ministro de Salud de Rusia y quien, entre otras cosas, preside por la federación la comisión de cooperación bilateral existente entre Colombia y Rusia, revelara en la noche del miércoles 30 que el gas utilizado en el operativo fue 'fentanil', un derivado del opio muy común en intervenciones quirúrgicas, elemento que en principio no es letal para el organismo humano. Shevshenko aclaró que la muerte hasta este momento de 119 rehenes se debió no al gas en sí sino a las condiciones en que se encontraban los rehenes, después de más de dos días de inmovilización, con falta de oxígeno, con hambre, sometidos a un elevado nivel de estrés.

Lev Fiodorov, especialista en armas químicas, dijo a SEMANA que el fentanil está contraindicado para personas con problemas respiratorios, para los que utilizan insulina -diabéticos- y en general sólo se usa en pacientes con problemas del corazón. Según Fiodorov, Rusia tuvo que reconocer la utilización del fentanil después de que médicos alemanes en Munich revisaran a dos ex rehenes de dicha nacionalidad, un joven empresario de 43 años y una estudiante de 18 años, a quienes encontraron restos del gas utilizado y estos fueron los primeros en hablar del mismo.

Por eso hubo rumores en el sentido de que se había utilizado un arma química prohibida por las convenciones internacionales, a las que Rusia adhirió en 1996, y que forma parte de las 40.000 toneladas de armas químicas que Rusia está obligada a destruir en los próximos 10 años.

Otra pregunta que quedó en el aire fue la razón por la cual los terroristas no explotaron las bombas que tenían, una de ellas con 50 kilogramos de trotil, después de que muchos vieran que en la sala por los conductos de ventilación se introducía un espeso gas amarillento. Tampoco está clara la cifra exacta de rehenes liberados, de terroristas muertos y la suerte de alrededor de 70 personas que son declaradas como "desaparecidas", cuyos familiares no encuentran ni en las listas de vivos ni en la de muertos.



Nueva doctrina

Lo que sí quedó claro es que lo sucedido logró recordar a la sociedad moscovita que existe el problema checheno, que la guerra no sólo está en dicho territorio caucásico sino en Moscú. La población ahora se divide entre quienes piden dialogar con los dirigentes separatistas, a los que Rusia llama "terroristas". Todo parece indicar que el presidente, Vladimir Putin, ya tomó la decisión de acabar a los terroristas y por eso ordenó redactar una nueva doctrina de defensa nacional, en la que se contemple el uso de todos los tipos de armas de que dispone Rusia para enfrentar a los terroristas chechenos, los que según el mandatario "no pusieron de rodillas al país". El interrogante es si dentro de esas armas se encuentran las químicas, biológicas y bacteriológicas que están prohibidas.

Otro factor que indica que Rusia reforzará la guerra contra los chechenos es que Putin ordenó que durante el mes de noviembre se construya la base legal para crear la policía de Chechenia, con 12.000 hombres de distintas regiones del país, ya que las filiales policiales existentes no gozan de plena confianza. Se estima que de la policía chechena actual sólo el 30 por ciento no tiene ningún pasado relacionado con la primera guerra, que se libró entre diciembre de 1994 y agosto de 1996, o con la segunda, que comenzó en septiembre de 1999 y continúa en la actualidad.

Durante el período entre agosto de 1996 y septiembre de 1999 en el territorio checheno no hubo guerra declarada, pero tampoco se consiguió la paz pese a los acuerdos firmados en dicho sentido en la localidad de Jasaviurt entre el entonces presidente de Chechenia, Aslan Masjadov, y el ya fallecido general ruso Alexandr Lebed, en ese entonces secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.

La guerra rusa contra la musulmana Chechenia se produce no sólo dentro del territorio federal sino también por fuera de él y es así como, gracias al pedido federal, en la madrugada del miércoles 30 en Copenhague fue detenido Ahmed Zakaiev, representante de Masjadov y quien participó en el congreso mundial checheno que se realizó en la capital danesa los pasados 28 y 29 de octubre.

Rusia solicita también que sean clausurados los centros culturales chechenos que bajo ese nombre funcionan en Varsovia, Cracovia, Ankara, Estambul, así como en Francia, Dinamarca, Holanda, Ucrania, Letonia, Lituania y Estonia y que, en concepto de la dirigencia federal, escudan a los terroristas.

Sin embargo ya se alzan alrededor del mundo voces para que el independentismo checheno no sea criminalizado y se busquen salidas dialogadas al conflicto. En Moscú recuerdan que en 1996, cuando los independentistas expulsaron al ejército ruso e iniciaron un período de independencia de facto, el presidente Aslan Masjadov no logró controlar al país, que descendió al caos. La nueva intervención rusa, iniciada en 1999 tras una serie de atentados atribuidos a chechenos, fue, según el Kremlin, el único recurso para devolver a la región a la normalidad. Pero la salida militar nunca ha sido la más adecuada para manejar un país de gente combativa y valiente como los chechenos. Y el fantasma de la colaboración del extremismo musulmán gravita sobre todo el proceso.