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Lo peor para la presidenta es que las denuncias llegan en un momento pésimo de la economía. | Foto: AFP

ARGENTINA

Nubarrones para Cristina Fernández

Las denuncias con visos melodramáticos contra ella y su difunto marido, junto con la inflación y una controversial reforma a la Justicia tienen contra las cuerdas al gobierno de Fernández.

18 de mayo de 2013

Cómo es la vida. Al cumplir diez años en el poder, el kirchnerismo atraviesa sus horas más sombrías. El gobierno de la viuda de su fundador, Cristina Fernández, enfrenta denuncias cuyos visos de telenovela solo subrayan su gravedad. A ello se suman el dólar paralelo, que ha llegado a niveles insospechados, y la controvertida reforma a la Justicia para conformar un gran coctel que mina cada vez más la imagen del gobierno. Un régimen cuyo mayor soporte es la ausencia de una alternativa opositora, que por ahora no se vislumbra por ninguna parte.

En el centro están las denuncias de corrupción y lavado de dinero que han surgido en primer lugar contra Lázaro Báez, el empresario más cercano al fallecido Néstor Kirchner y a la presidenta, que afectan al entorno de sus funcionarios más cercanos. En su programa Periodismo para todos, que casi nadie se pierde a las diez de la noche los domingos, el periodista Jorge Lanata lleva semanas denunciando cómo Lázaro Báez habría enviado al exterior más de 50 millones de euros. 

No es una sorpresa que los argentinos no quieran separarse de las pantallas. En uno de los programas, uno de los empleados de Báez y el propietario de una financiera describieron con lujo de detalles cómo se traía el dinero desde Santa Cruz, la provincia de los Kirchner, en vuelos privados, en billetes de 500 euros, y que en lugar de contar la plata, la pesaban. Relataron cómo este dinero pasaba por una financiera ubicada en Madero Center, el edificio donde, casualmente, vive el cuestionado vicepresidente Amado Boudou, y donde la propia Cristina tiene un lujoso apartamento.

Las denuncias continuaron con las cifras de enriquecimiento de los funcionarios más cercanos al matrimonio presidencial, como Julio de Vido, ministro de Planeamiento; Ricardo Jaime, exsecretario de Transporte; Ricardo Echegaray, director de la Administración de Impuestos AFIP; varios exsecretarios de Néstor y Cristina, y otros que llegaron a la administración desde posiciones muy modestas. Entre ellos está el sorprendente caso de Ricardo Barreiro, que pasó de ser el jardinero de los Kirchner a dueño de un hotel de cuatro estrellas en Tucumán.

Para agregar color, Miriam Quiroga, la exsecretaria y supuesta examante de Néstor, a quien Cristina sacó sin indemnización cuando este murió, declaró en el programa de Lanata que vio llegar bolsas de dinero a la Casa Rosada, que luego eran enviadas a Santa Cruz. Y el broche de oro llegó cuando Lanata mostró los planos y una reconstrucción en estudio de la enorme bóveda de seguridad construida en la casa de El Calafate, que Cristina llama “su lugar en el mundo”, en las cercanías de los famosos glaciares. 

‘Venezuelización’

Aunque desde hace años varios abogados y la diputada Elisa Carrió venían haciendo denuncias en ese sentido, hoy han formado una masa crítica porque la situación del país se ha ido ‘venezuelizando’, con una inflación cercana al 25 por ciento con una escalada del dólar paralelo, que superó la barrera de los diez pesos, el doble del oficial. 

Lo confirma la consultora Graciela Römer, quien dijo a SEMANA que si bien en América Latina la corrupción es algo que la gente ve como un mal endémico, “aparece como un hecho importante cuando se vincula con una retracción de la economía, con una percepción de deterioro del salario por la inflación, con la inseguridad. Sobre todo cuando deja de convertirse en algo etéreo a tener nombre y apellido”.

Y está el dólar. En contravía de casi toda América Latina, donde sobran, en Argentina las reservas del Banco Central cayeron a 39.000 millones de dólares, el nivel más bajo en seis años, y los argentinos siguen sacando su plata de los bancos para enviarla al exterior o meterla debajo del colchón. Está vivo el recuerdo de 2001, cuando el gobierno decretó la pesificación de los depósitos en dólares, y la población, acostumbrada a ahorrar en esa moneda, teme las medidas del gobierno. Por fuera del sistema bancario, se calcula que los argentinos tienen 170.000 millones de dólares. 

Con el fin de recuperar parte de ese dinero y de aumentar las reservas, el gobierno propuso un blanqueo impositivo para los que inviertan sus dólares en el mercado inmobiliario. Se emitirá un bono llamado Cedin, denominado en dólares, que se podrá utilizar para comprar propiedades, y nadie va a preguntar nada sobre el origen de los fondos, que estarán exentos de impuestos y de sanciones.

Según denuncian los opositores, la decisión parece a la medida para que los acusados blanqueen sus capitales. Por eso, la oposición se comprometió a derogar el blanqueo si gana las parlamentarias de octubre.

Pero al mismo tiempo, el blanqueo busca descomprimir la presión en el mercado de divisas, pues desde que el gobierno impuso el “cepo cambiario” hace más de un año, el dólar paralelo empezó subir hasta el doble del oficial. Esto paralizó la actividad inmobiliaria, pues las operaciones se realizan en esa moneda y nadie sabe a cuánto se cotiza. 

Desde entonces, hay variedad de tipos de cambio: el ‘blanco’ u oficial (5,25 pesos), el paralelo o blue; el ‘celeste’, para operaciones inmobiliarias, un intermedio entre el paralelo y el oficial; el green, que es el de los ‘arbolitos’ que cambian en la calle; el ‘contado con liqui’, que surge de operaciones bursátiles; el ‘turista’, para los que gasten en el exterior con tarjeta de crédito; el ‘soya’, para los exportadores después de retenciones; y para terminar el ‘Lázaro’, o dólar ‘electoral’, a cuyo valor se descuentan los bonos del blanqueo impositivo.

Justicia y medios

Las leyes de reforma al sistema judicial, promulgadas la semana pasada, son otro foco de conflicto. La más importante politiza la elección del Consejo de la Magistratura al hacerla en conjunto con la del Parlamento. 

A esto se suman las presiones sobre los medios de comunicación independientes, en primer lugar, sobre el Grupo Clarín. Además, diputados kirchneristas han presentado un proyecto de expropiación de Papel Prensa, que produce el papel periódico, lo cual significaría un nuevo apriete hacia los medios independientes.

Nubarrones 

De cualquier manera, Cristina cuenta a su favor con la falta de una alternativa de la oposición, cuyos principales dirigentes, como Mauricio Macri, el intendente de Buenos Aires, también son muy cuestionados. “Si hay algo que ha demostrado el gobierno, es tener una capacidad de reacción y de maniobra importante, pensando en las próximas elecciones parlamentarias de octubre. 

Cristina ha caído y se ha recuperado varias veces, pero tiene una capacidad muy grande de instalar temas en la agenda. La conclusión es que hay una pérdida de imagen de Cristina, pero que la oposición no la logra capitalizar”, resume Graciela Römer. 

Jorge ‘sin miedo’ Lanata

Exagerado, excesivo y algo dogmático, este es el periodista que tiene temblando al kirchnerismo. 

El periodista Jorge Lanata a nada le teme. Ya rozó dos veces la muerte cuando trató de suicidarse al comerse el botiquín de la casa a los 12 años y cuando casi se pega un tiro en 1997. Su salud es lo de menos, pues aunque es diabético, duerme con una máscara de oxígeno y tiene insuficiencia renal crónica y un sobrepeso notorio, fuma 60 cigarrillos diarios. 

Tampoco le teme a los excesos. Hace unos años competía con Charly García y Fito Paéz para ver quién conseguía más mujeres y aspiró toda la cocaína de los Andes antes de terminar en rehabilitación en Estados Unidos. Ni tampoco se asusta con el fracaso. Creó todo tipo de proyectos editoriales que quebraron en medio de una pelea con sus socios. Ni se inquieta con el ridículo de hablar de él en tercera persona.

Y mucho menos se espanta con  las contradicciones. Fundó a los 26 Página/12, un diario irreverente y combativo de izquierda y es ahora el principal opositor del gobierno de Cristina. Gran crítico del grupo Clarín, a quien acusó de “hacer grandes negocios con los militares”, trabaja ahora para ellos. 

Pero sobre todo Lanata no tiembla frente al gobierno. En los noventa se fue lanza en ristre contra Carlos Ménem, atacó a Fernando de La Rúa y ahora siembra el miedo con sus revelaciones sobre la posible corrupción de los Kirchner. Desde hace un año conduce el programa Periodismo para todos con una mezcla de stand up comedy e información, y  en el cual denuncia todos los baches del gobierno. 

Hoy, él y su ego sobredimensionado son los verdaderos jefes de la oposición, y es tan aborrecido como admirado. Lo han acusado de plagio, de amarillismo, de faltar a la verdad. Pero él, que dice que “hacer un programa político haciendo ‘fuck you’ es una actitud muy roquera”, es desde hace 30 años ineludible en Argentina.