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Nuevas marchas e incidentes violentos en Bolivia en segunda jornada de huelga

Desde fines de marzo, los médicos, los trabajadores de la salud pública, además de los estudiantes de medicina, son los sectores más beligerantes en las protestas que afronta Evo Morales.

10 de mayo de 2012

El viceministro de Régimen Interior de Bolivia, Jorge Pérez, recibió este jueves una pedrada en uno de los incidentes más graves de la segunda jornada de una huelga general convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) para exigir al presidente Evo Morales mejores salarios.

Las protestas fueron multitudinarias en varias ciudades, sobre todo La Paz y Cochabamba, donde hubo choques de manifestantes con policías que usaron gases lacrimógenos y detuvieron a algunos de ellos, pero la huelga de 72 horas tuvo escaso eco en los centros de trabajo.

También hubo manifestaciones y bloqueos callejeros en Santa Cruz, Sucre y Potosí.

Una marcha de sindicalistas y estudiantes rodeó la Plaza Murillo de La Paz, donde están el Palacio Presidencial y el Parlamento custodiados por barricadas de policías, pero allí no hubo hoy choques ni lanzamiento de cargas de dinamita, al contrario de la víspera.

En cambio, a las puertas del ministerio de Salud estudiantes de medicina vestidos con batas blancas agredieron a pedradas a los policías y una alcanzó en la cabeza al viceministro cuando daba declaraciones a los medios.

Además de Pérez, seis agentes fueron heridos por pedradas, según informes oficiales, y los antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos.

Pérez dijo que tiene una contusión en la cabeza, pero no muy grave, y que los agresores no son universitarios o médicos en huelga, sino políticos que quieren sembrar "caos y violencia" en medio de las protestas sociales, que cumplen su séptima semana consecutiva.

Medios locales informaron de al menos tres detenidos.

Pese a que las manifestaciones fueron concurridas, hubo escaso seguimiento de la huelga general en los centros de trabajo, pues se cumplió solo en las universidades y en los hospitales públicos (estos ya en paro desde hace siete semanas).

Desde fines de marzo, los médicos, los trabajadores de la salud pública, además de los estudiantes de medicina, son los sectores más beligerantes en las protestas que afronta Morales, a quien exigen que anule un decreto que aumenta su jornada laboral de seis a ocho horas, sin mejorarles el salario por ello.

El líder de la COB, el minero Juan Carlos Trujillo, encabezó la manifestación de La Paz, que reclama en primer lugar un aumento salarial general superior al 8% decretado por Morales el pasado 1 de mayo.

Decenas de mineros secundaron la protesta e hicieron detonar pequeñas y medianas cargas de dinamita, llamadas "cachorros" en Bolivia.

Con el decreto de Morales, el salario medio de Bolivia, uno de los menores de América, sube de 546 a 590 dólares al mes, y el mínimo legal hasta 145 dólares, pero los sindicatos quieren más.

"Aclaramos que aquí nadie está viniendo a desestabilizar al Gobierno. Lo que sí estamos haciendo es reivindicar nuestras demandas", declaró Trujillo, ante las acusaciones del Gobierno de intencionalidad política tras las huelgas.

Las marchas de la COB, precedidas por un paro de transportistas que paralizó totalmente La Paz el lunes y el martes, fueron reprimidas con dureza por la policía el miércoles, cuando los manifestantes intentaban pasar por la fuerza hacia las sedes del Gobierno y el Parlamento.

Morales dijo este jueves, en una reunión con periodistas, que no entiende cómo la COB puede defender privilegios, en alusión al apoyo de esa entidad a los médicos y sanitarios.

El mandatario anunció la semana pasada la suspensión del aumento de la jornada, pero no convenció a los sectores movilizados, que desconfían de su palabra.

La COB pide a Morales que tome en cuenta lo que llaman la "canasta familiar básica", que los sindicatos calculan en 1.192 dólares mensuales, y el mandatario replica que tienen "mucha ambición".

La huelga general concluye este viernes, pero continúan el paro médico y una marcha de indígenas amazónicos contra una carretera en el parque natural Tipnis.

EFE