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| Foto: Fotomontaje SEMANA

ANÁLISIS

¿Por qué Estados Unidos no ha podido controlar el problema de las armas?

Cuando la policía entró a la habitación del asesino de Las Vegas encontró que tenía en su posesión más de 30 armas de fuego. El terrible hecho revivió el debate entre quienes defienden el derecho a la defensa propia y los que abogan por un país libre de armas.

3 de octubre de 2017

Cuando los oficiales de la fuerza SWAT irrumpieron en la habitación del hotel Mandalay Bay donde se hospedaba Stephen Paddock, quien sería responsable de la muerte de 59 personas en Las Vegas, se encontraron con una sorpresa. Los uniformados quedaron perplejos cuando encontraron 23 armas, de bajo y alto calibre, en la habitación del hotel.

Paddock, un hombre jubilado de 64 años y adicto al juego, era un contador jubilado fanático de las armas. Después del tiroteo, las autoridades registraron su casa en el sector de Mesquite, Nevada. Allí, se encontraron con que tenía otras 19 armas, así como diferentes explosivos y municiones.

Los cientos de víctimas que causó Paddock, tanto fallecidas como heridas, hacen de este ataque el más mortal en la historia reciente de Estados Unidos. Pero la aparente facilidad con la que adquirió su arsenal —42 armas y miles de municiones, según la policía— han reabierto un debate tan viejo que se remonta a la independencia del país norteamericano, ¿Por qué los Estados Unidos no pueden hacer un control de armas?

Desde el ángulo de los defensores del porte de armas la respuesta es complicada. La Asociación Nacional del Rifle (NRA) es una de las organizaciones con mayor poder de lobby en el Congreso y cuentan con el apoyo de gran parte del Partido Republicano y algunos del Demócrata. Otro argumento de los que abogan por permitir el uso y porte de armas es que los tiroteos en masa, aunque terribles, representan solo una pequeña parte de las muertes por arma de fuego en Estados Unidos.

Pero además, gran parte de sus argumentos se basa en la segunda enmienda de la constitución gringa, en la que se establece el derecho al porte de armas.

Pero para quienes se oponen al porte legal de armas la respuesta es simple: prohibir o restringir el acceso a las armas de fuego. De esa forma, según ellos, la tasa de muertes violentas por arma de fuego se reduciría considerablemente, como lo han afirmado en múltiples ocasiones personajes como Barack Obama y Hillary Clinton.

El tirador que mató a 59 personas e hirió a más de 500 es uno de los 7,7 millones de estadounidenses que posee entre ocho y 140 armas. Aunque de momento se desconoce dónde adquirió el armamento o si su posesión era legal, lo que sí se sabe es que Nevada es uno de los estados con las regulaciones más laxas en cuanto a la compra y el porte de armas.

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El entonces presidente estadounidense Barack Obama lamentó entre lágrimas el naufragio de la ley que promovía un mayor control. Foto: AP

De hecho, de acuerdo con cifras del Centro Legal para la Prevención de la Violencia con Armas de Fuego, los estados con leyes más laxas poseen promedios más altos de muertes por armas de fuego: California se sitúa en el número uno en su ranking de estados con leyes más duras y Misisipi en el último puesto.

Pero volviendo al gobierno de Barack Obama, en el cual ocurrieron 31 incidentes de tiroteos masivos, el entonces presidente no pudo cambiar la legislación a pesar de sus múltiples intentos por exigir un control más estricto en el porte de armas. "Si la opinión pública no exige cambios en el Congreso, esta situación no cambiará", dijo Barack Obama en junio de 2014.

“Las armas que fueron diseñadas para los soldados para la guerra no pertenecen a nuestras calles”, dijo Barack Obama tras la matanza de Sandy Hook.

De hecho, así como lo expuso Obama en su momento, uno de los grandes obstáculos para reformar las leyes en contra del porte de las armas está en los mismos estadounidenses. La mayoría de los propietarios de armas estadounidenses —el 74 por ciento— considera que el derecho a poseer un arma es "esencial" para su libertad, según la firma Pew Research. Además, sólo el 44 por ciento cree que la facilidad con la cual se pueden adquirir armas contribuye a que haya un mayor riesgo de tiroteos masivos.

El discurso por la “libertad” ha sido adoptado por la NRA, que considera que cualquier intento de regular el porte de armas en Estados Unidos es un “atentado contra la libertad sobre la que se fundó su país”. La asociación fue una de las organizaciones que apoyó activamente al presidente Donald Trump durante su campaña por la presidencia.

A raíz de los más mortíferos disparos en masa en los Estados Unidos, aquí están las características clave del debate sobre el control de armas en Estados Unidos.

La indignación no es suficiente

El tiroteo de Sandy Hook, en el que murieron 20 niños de seis y siete años, sembró el miedo dentro de quienes se oponían a un mayor control en el porte de armas en el 2012. La indignación en Estados Unidos fue intensa y varios congresistas que anteriormente no estaban interesados en medidas de control de armas de repente lo estuvieron.

Dos senadores, el demócrata Joe Manchin y el republicano Pat Toomey, promovieron un proyecto de ley en el que se proponía una verificación universal de antecedentes para la compras de armas comerciales, tanto en tiendas como en Internet. De acuerdo con The Guardian, más del 84 por ciento de los estadounidenses estaban a favor de esa ley.

Pero después de participar en las conversaciones iniciales sobre el proyecto de ley, la Asociación Nacional de Rifle se opuso fuertemente y difundió el falso rumor de que la ley provocaría un registro nacional de armas. Cuatro demócratas se bajaron del bus, los republicanos no fueron suficientes y la legislación naufragó. "El lobby de armas y sus aliados mintieron intencionalmente sobre el proyecto de ley", dijo entre lágrimas Barack Obama en un fuerte discurso en 2012.

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La Asociación Nacional del Rifle apoyó publicamente la campaña de Donald Trump por la presidencia. Foto: AP

Los tiroteos no son la regla

Después de cada tiroteo masivo, la atención nacional se intensifica sobre el control de armas. Sin embargo, este tipo de hechos representan solo una pequeña proporción de las más de 30.000 muertes violentas por arma de fuego al año. La mayoría de los hechos violentos que tienen que ver con armas se concentra en los barrios más pobres y segregados del país. Los afroamericanos, el 13 por ciento de la población total, representan más de la mitad de las víctimas de muertes por armas de fuego en Estados Unidos.

La fortaleza de la NRA

Como demostró el fracaso de la ley que promovía la verificación de antecedentes para la compra de armas, la NRA demostró ser una organización con gran capacidad para hacer lobby. "Todo esto se trata de política. Les preocupa que esa minoría de los propietarios de armas se pusieran en su contra en las próximas elecciones", dijo Obama sobre aquellos senadores que no se atrevieron a apoyar el proyecto de ley.

La NRA tiene más de media docena de lobbistas federales de tiempo completo y cuenta con 5 millones de miembros, una base nada despreciable en materia política. Además, los miembros de la NRA son conocidos por ser políticamente activos. Aparecen en reuniones públicas, están presentes en las oficinas del Congreso con llamadas telefónicas y más importante aún, salen a votar.

¿Cuántas armas hay en Estados Unidos?

Se calcula que hay alrededor de unos 265 millones de armas, más de una por cada adulto estadounidense. Esto significa que, más allá de que se implemente un efectivo control de armas, la realidad es que el país está inundado de armas de fuego. Esta es una de las razones que los defensores del porte de armas de fuego utilizan a su favor, pues afirman que una nueva legislación no aumentaría la seguridad pública pues se crearía un mercado negro y sería difícil rastrear quiénes son los portadores.

¿Qué tan fácil es portar un arma en Estados Unidos?

A pesar de que, en general, la mitad de los estados de Estados Unidos tienen regulaciones laxas en cuanto al control de armas, se han producido algunos avances en los últimos años. En 29 estados, los permisos para adquirir y portar un arma deben ser emitidos por el gobierno federal a los solicitantes a menos que sean criminales o mentalmente incompetentes. 12 estados han abolido los permisos por completo. Mientras que en 24 estados no se requiere ningún tipo de entrenamiento en armas para llevar, por ejemplo, una pistola.