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¿Por qué Nicolás Maduro quiere a Guyana? ¿Qué tiene que ver Trump? Tres puntos para entender lo que se juega en las elecciones
El país es el más rico en petróleo por metro cuadrado y está alineado con la Casa Blanca.

Pequeño país de América del Sur con las mayores reservas de crudo per cápita del mundo, Guyana intenta jugar su papel entre las amenazas de Venezuela, que reclama dos tercios de su territorio, y su nuevo aliado, Estados Unidos, cuya compañía ExxonMobil lidera el boom petrolero.
Guyana apoya el despliegue de barcos estadounidenses en el Caribe.
El petróleo y el Esequibo, la región rica en recursos minerales reclamada por Venezuela, estuvieron omnipresentes en la campaña de las elecciones generales del lunes, cuyos resultados oficiales están pendientes.
1. El diferendo
La frase “Essequibo is Guyana’s”, o “Essequibo ah we own” (El Esequibo pertenece a Guyana, en inglés o criollo) se muestra en varios lugares del país en carteles desde hace más de un año.
Casi todos los candidatos presidenciales abordaron el tema, incluido el actual presidente Irfaan Ali, que adoptó como eje central de su campaña su postura firme frente a Caracas.

El gobierno de Maduro reactivó sus reclamos sobre el territorio desde 2019. En 2023 hizo un referendo para buscar apoyo popular para su cruzada. Este 2025 eligió un supuesto gobernador y diputados para esta región de 159.500 kilómetros cuadrados, sobre la cual Caracas no ejerce ningún poder.
Guyana sostiene que el trazado de su frontera, que data de la época colonial inglesa, fue ratificado en 1899 en el Laudo Arbitral de París, y solicita a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que lo ratifique.
Venezuela, que no reconoce la competencia de la CIJ, asegura que el río Esequibo debe ser la frontera natural, como en 1777, cuando era una colonia española.
2. Washington-Georgetown
El domingo, Guyana declaró haber sido atacada con “disparos provenientes de la orilla venezolana” del fronterizo río Cuyuní. Noticia falsa, según Caracas.
Este tipo de denuncias son recurrentes, pero avivan la tensión permanente entre ambos países, que prometieron no recurrir a la fuerza, durante un encuentro excepcional entre Ali y Maduro, en San Vicente y las Granadinas, en diciembre de 2023.
Si bien Ali aseguró el lunes que las fuerzas guyanesas estaban “en alerta y listas”, Guyana tiene poco peso frente a su gigantesco vecino de 30 millones de habitantes y un ejército de mayor tamaño.

“Los enemigos de mis enemigos son mis amigos”, el dicho se aplica perfectamente a Guyana, que se ha acercado a los Estados Unidos a pesar de un pasado orientado a la izquierda.
Estados Unidos, que lleva años intentando desalojar a Maduro del poder, ha reafirmado repetidamente su apoyo a Guyana.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmó en marzo en Georgetown: “Si ellos (los venezolanos) atacaran a Guyana o atacaran (a la petrolera estadounidense) Exxon Mobil (...) Para ellos, terminaría mal”.
3. Pragmatismo
El Esequibo “siempre ha sido parte de Guyana. Venezuela (lo reclama) por el petróleo”, afirma en Georgetown Ocendy Knights, de 33 años, convencida de que Caracas ha reactivado sus pretensiones tras el descubrimiento de petróleo en alta mar frente a las costas del territorio en disputa.
El petróleo está en el núcleo del problema. No solo pesa mucho en las relaciones de Estados Unidos con Venezuela (Washington aplicó a Maduro un embargo petrolero con licencias de explotación para Chevron), sino que muchos estiman que Washington aprovecha el miedo de Guyana hacia Venezuela para dictar sus condiciones.
Chris Ram, activista de la sociedad civil, opina que el Estado guyanés otorgó contratos petroleros demasiado favorables a ExxonMobil, porque “hay cuestiones más amplias. El Gobierno trata a Exxon con guantes de seda”.
“De alguna manera, Guyana es pragmático. No podemos igualar a Venezuela, Maduro y su ejército. Necesitamos a los estadounidenses”, subraya.
Maduro, de hecho, acusa regularmente a Ali de ser un “títere” de la Exxon Mobil.
Elías Ferrer, especialista en petróleo y fundador de Orinoco Research, también cree que Georgetown aceptó menores ingresos de la explotación pensando en una posible ayuda estadounidense.
También destaca que si bien “las reservas per cápita son las más grandes del mundo”, “siguen siendo” menores que “las de los grandes productores”. Con un estimado de más de 11.000 millones de barriles, el país “no pesa mucho” en el mercado, añadió.
*Reportaje de AFP.