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SOLUCIONES EN EL CLOSET

La recesión económica es severa pero los candidatos Presidenciales carecen de un programa serio para la reactivación

26 de diciembre de 1983

El próximo 4 de diciembre los venezolanos elegirán nuevo Presidente de la República. El candidato que resulte vencedor será el sexto mandatario desde la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en 1958, y ejercerá su gobierno durante los próximos cinco años.
A un mes de los comicios el debate político está enmarcado por la crisis económica del país: la devaluación del bolívar, la inflación, el reconocimiento del despilfarro institucional, la elevada deuda externa y el incierto futuro del petróleo, han producido una depresión psicológica colectiva, una crisis de confianza, en la que el venezolano corriente se pregunta si estos 25 años de democracia han dejado verdaderamente un saldo positivo, porque durante ellos se cometieron una serie de errores, que condujeron al país a un estado de incertidumbre económica.
Las acusaciones y contra-acusaciones de los partidos y los candidatos entre sí, sobre la responsabilidad de la situación. son el pan de cada día.
"Fracasaron en la abundancia, fracasarán en la escasez", dice una leyenda colocada sobre una pared cualquiera de la ciudad de Caracas, en una abierta alusión al partido Copei al que pertenece el actual Presidente Luis Herrera. Entre tanto, el ex presidente Rafael Caldera, candidato de Copei, ha acuñado esta frase de regular factura gramatical: "Si crees que hay crisis, confiamos en Caldera". Y para mencionar otro aspirante, el socialista Teodoro Petkoff, terminó la interverción en la que expuso su programa de gobierno, son estas palabras: "...Para enfrentar la crisis, para pelear a brazo partido con la crisis, para vender la crisis, cuenten conmigo... ".
El problema económico está, pues, en el centro de la mesa de discusión.
Las medidas gubernamentales de febrero, que se tradujeron en una baja de la cotización del bolívar frente al dólar (de 4.30 a 12.90), han tenido algún resultado positivo, pero no fueron lo suficientemente efectivas para la reactivación que Venezuela requiere. Como expresión de la necesidad de un cambio de rumbo, Jaime Lusinchi, candidato del principal partido de oposición, Adco, ha centrado su campaña con el slogan "Pongamos al país en marcha".
Las perspectivas inmediatas no son, en todo caso, halagueñas: aunque la guerra Irán Irak, entre otros factores, han logrado mantener en un buen nivel el precio del petróleo, el presidente de la empresa estatal de comercialización del producto, Petróleos de Venezuela, Humberto Calderón Berti, hizo recientemente pronósticos muy poco optimistas: "El mercado petrolero internacional va a continuar incierto durante varios años más... Creo que el país responsablemente no debería estar pensando en las posibilidades de aumento de precios en un futuro inmediato". En otras palabras, cualquiera que sea el candidato vencedor, va a corresponderle una situación bastante compleja, si se considera que el petróleo representa cerca del 75% de los ingresos fiscales del Estado y el 90% de la generación de divisas. Coincidencialmente, en este año se celebra el primer decenio de la explosión de los precios petroleros que produjo un impacto profundo en los países industrializados y de contera en los países productores.
El otro factor para el "despegue" venezolano, la financiación externa, es también un punto neurálgico. El monto actual de la deuda externa asciende a 32 mil millónes de dólares, casi cuatro veces la deuda colombiana. Desde luego que Venezuela no es excepción dentro del Pacto Andino, donde el conjunto de los paises deben destinar el 48% de sus divisas de exportación al servicio de la deuda exterior, segun la declaración de Pedro Carmona Estranga, representante de la Junta del Acuerdo de Cartagena, ante la Junta de Contralores del Grupo Andino, reunida recientemente en Caracas. De los 32 mil millónes, aproximadamente 10 mil millónes corresponden al sector privado, que ha solicitado al gobierno que se le reconozca la deuda a un tipo de cambio preférencial de $4.30. Un comite inter-institucional estudia la proposición. Quizás como una respuesta anticipada, el presidente del Banco Central, Leopoldo Díaz Bruzual, denunció que el mismo sector privado había sacado del país más de siete mil millónes de dólares.
La crisis fiscal del Estado no es menos dramática. Aunque el Banco Central ha manifestado que no hay problemas de liquidez (hay 11 mil millónes de dólares de reservas), el magisterio, ante la negativa a sus reivindicaciones económicas, ha entrado, con éxito incuestionable en un paro total. Dada la proximidad de las elecciones, los defensores del gobierno han señalado el carácter político de la huelga. Pero simultáneamente los contratistas del Estado, por otra parte, han presentado, con beligerancia menor, la solicitud de pago de 11.000 millónes de bolivares que se les adeuda, según el informe de la Cámara de Construccion. Lo cierto es que en el país hay sintomas inequivocos de recesión y de parálisis.
No hay ningún programa serio para la reactivación. Tal vez Lusinchi es el único que ha mencionado la necesidad de estimular el sector agrícola tradicionalmente abandonado por un pueblo que, gracias al exceso de divisas extranjeras, importaba del exterior los artículos de primera necesidad. Los venezolanos, en todo caso, parece que van a votar contra el partido del gobierno. De tal manera que la bonanza petrolera coincidió con el decenio copeyano y que, segun se vislumbra, el próximo lustro, por lo menos, será Adeco. -
Alberto Gómez Mejía desde Caracas, especial para SEMANA -