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Terremoto político en Alemania por sobornos pagados por el hombre más rico del país

3 de diciembre de 1984


Comprar toda la clase política de su país, tal es la "proeza" realizada en Alemania Federal por Friedrich Karl Flick, multimillonario, Flick se encuentra a la cabeza del holding familiar más importante de país. Su grupo, cuya cifra de negocio se acerca a los 3 mil millones de dólares, reposa principalmente sobre tres factores: Dinamit Nobel, que produce municiones y explosivos; Buderusss, cuyas filiales se ocupan del acero y de armamento, Felmudle-papeterie, especializada en papel. El grupo Flick cuenta, así mismo, con una multitud de sociedades financieras que tienen participaciones en sociedades alemanas y extranjeras: 28% en la sociedad norteamericana W.R. Grace; 51% en el grupo de seguros Gerling y un importante porcentaje en el capital de Daimler-Benz (Mercedes Benz).

El origen de su fortuna se remonta a antes de la Segunda Guerra Mundial y durante ésta, el padre de Flick llegó a convertirse en el hombre más rico de Alemania. Durante el juicio de Nuremberg fue condenado a 7 años de cárcel, acusado de utilizar mano de obra de prisioneros de guerra. Empero, después de su liberación reorganizó su imperio y recuperó el status de primer millonario del país.

El "affaire" Flick comenzó por casualidad. En 1975, el industrial Mullenbach puso una demanda por un robo de 40.000 dólares. Intrigados por la procedencia de ese dinero, los investigadores terminaron descubriendo que el Partido Demócrata Cristiano utilizaba esa empresa para recibir fondos. La empresa suministraba, a cambio, falsas facturas permitiendo así a los generosos donantes declarar esos dineros al tesoro público. El escándalo no fue, sin embargo, destapado. A cambio, el inspector encargado de la investigación Klaus Forster, fue desplazado en 1980. Investigaciones sucesivas mostraron que las relaciones clandestinas entre los partidos políticos y los medios financieros --incluido Flick-- eran importantes y de talla: entre 1969 y 1980, la democracia cristiana y el Partido Liberal (FDP) recibieron, por diversos medios, 70 millones de dólares. Según la prensa alemana, los inspectores del fisco descubrieron la "pista Flick" gracias a una visita al convento Sank Agustín, cerca de Bonn. Allí los misioneros habían concluido un pacto original con el grupo Flick: recibir millones de marcos a cambio de falsas facturas. Los "servidores de Dios" se guardaban el 20% de cada transacción y despachaban el resto hacia las cajas negras que Flick había creado para comprar a los políticos.

El sistema-Flick se precisó en noviembre de 1981 gracias a los documentos encontrados por los investigadores en las oficinas del administrador del grupo, Eber Hard Von Brauchitsch y del jefe contable, Rudolf Dielhl. Los dos anotaban minuciosamente los nombres de los políticos que se beneficiaban de la generosidad del grupo, las sumas entregadas y la manera como se desarrollaban las relaciones.

Este último punto es esencial. Los apuntes escritos por los dos ejecutivos de Flick han mostrado que el grupo no se limitaba a sobornar políticos aislados sino que intervenía en decisiones fundamentales para el Estado alemán. El seminario alemán Der Spiegel describe en su edición del 22 de octubre, cómo el reemplazo en 1972 de Rainer Barzel por Helmuth Kohl, a la cabeza de la CDU, fue de hecho pagado por el grupo Flick. Barzel aceptó dejar su puesto, en efecto, únicamente después de ser empleado por un gabinete de abogados de Francfort a través del cual transitaba dinero del grupo Flick. ¿Su trabajo? Entregar de vez en cuando, notas sobre la legislación fiscal. Por esas "copias mediocres de estudiante", el grupo Flick le pagó, entre 1973 y 1980, el equivalente a 60 millones de pesos colombianos. Los documentos publicados por Der Spiegel prueban igualmente que el grupo Flick impuso, en 1977 el nombramiento del mismo Rainer Barzel como presidente de la Comisión Económica del parlamento alemán. "Como fue lo convenido --escribe Brauchitsch a Flick el 19 de noviembre de 1976-- tuve una larga conversación con Helmut Kohl. La acción concertada entre Schleyer --patrón del empresario alemán asesinado por el Ejército Rojo-- y nosotros se reveló útil". Resultado: Khol aceptó nombrar a Rainer Barzel a la presidencia de la Comisión Económica del Bundestag.

El semanario de Hamburgo reveló, en su edición del 29 de octubre, que el grupo Flick utilizaba el mismo método con todos los partidos. Los social-demócratas de Willy Brandt recibieron, entre 1975 y 1982, 1.5 millones de dólares. Der Spiegel agrega que el grupo Flick tenía "consejeros al lado del SPD para influir sobre la política gubernamental" de Helmuth Schmidt. Iniciado en diciembre de 1982, con una publicación en Der Spiegel (Ver SEMANA N° 32), el escándalo-Flick ha acabado ya con varias carreras políticas y puesto en entredicho otras: Otto Lamsdorff acusado de haber otorgado importantes exoneraciones de impuestos al grupo Flick a cambio de ayudas substanciales a su partido, tuvo que abandonar la cartera de Economía en junio pasado y fue inculpado oficialmente de corrupción el 2 de julio.

El caso más sonado fue con motivo de la venta por Flick del 23% de las acciones de la Mercedes Benz, con lo cual el empresario obtuvo una utilidad neta de cerca de 700 millones de dólares. De acuerdo a la ley alemana habría tenido que pagar cerca de la mitad de esa ganancia en impuestos. Debido a esta circunstancia, Flick intentó presionar un acomodo de la legislación fiscal que le permitiera reinvertir el total de las utilidades.

Rainer Barzel, Presidente del Bundestag desde 1982, "renunció" a su cargo el 25 de octubre, 72 horas después de las acusaciones formuladas por Der Spiegel. Richard Von Wezsacker, el actual Presidente federal que los alemanes consideraban como "el hombre más íntegro del país" deberá explicar si es verdad que el grupo Flick lo ayudó, con cerca de dos millones de pesos, a convertirse en Alcalde de Berlin. En la lista de políticos "ayudados" por el grupo figuran antiguos ministros de Economía, Friedrich y Hesse, el jefe del grupo parlamentario de la CDU-CSU Alfred Dregger, el presidente bávaro Franz Josef Strauss, el antiguo tesorero social demócrata Nau y el actual canciller Helmuth Khol, quien según el magazin Stern recibió 200 mil dólares en los diez últimos años.

A pesar de esto, el jefe de gobierno --que debe presentarse ante la comisión investigativa este 7 de noviembre-- no abandonará su cargo en los próximos meses. Primero, porque contrariamente a Rainer Barzel, Khol parece haber entregado a su partido los dineros recibidos y, enseguida, porque la oposición social demócrata --involucrada en el escándalo-- no podrá atacarlo sobre ese terreno. En realidad, los únicos beneficiados con el escándalo son "Los Verdes". Las últimas elecciones parciales en varias regiones muestran que los electores votaron más que de costumbre por los amigos de Petra Kelly. ¿Reacción de humor o tendencia de fondo ante la corrupción de los políticos tradicionales? Aún no se sabe.--
José Hernández, corresponsal de SEMANA en París