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Las protestas habían sido en un principio pacíficas. | Foto: Xinhua - Agencia Anadolu

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El gobierno de Honduras decreta el toque de queda para frenar violencia desatada por supuesto fraude electoral

El gobierno ordenó la suspensión de varias garantías constitucionales para frenar la violencia que se ha vivido en los últimos días tras la tardanza en publicarse los resultados de las elecciones y las denuncias de fraude electoral por parte de la oposición.

Alianza BBC
2 de diciembre de 2017

La violencia escaló este viernes en Honduras ante el retraso de los resultados de las elecciones presidenciales celebradas la semana pasada. Lo que llevó al gobierno a decretar un toque de queda para intentar frenarla.

Este viernes comenzó un plazo de 10 días durante los cuales los hondureños no podrán salir a las calles entre las seis de la tarde y las seis de la mañana.

Las Fuerzas Armadas y la policía nacional podrán detener a cualquiera que encuentren fuera del horario de circulación establecido o que sea sospechoso de haber causado daño a otras personas o bienes.

En contexto: Incertidumbre en Honduras por los resultados definitivos de las presidenciales

La nación centroamericana celebró elecciones presidenciales el pasado domingo, pero el ente que se encarga de contabilizar los votos, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), aún no ha anunciado el vencedor.

La tardanza y los fallos en el sistema a los que el TSE aludió esta semana provocaron protestas en diferentes puntos del país que, si bien en un principio fueron pacíficas, luego se tornaron violentas.

Los opositores acusan al TSE de querer manipular los resultados para dar la victoria al actual presidente, Juan Orlando Hernández, que se presenta a una polémica reelección.

Enfrentamientos y saqueos

En los últimos días, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

Incluso se produjeron actos vandálicos. En San Pedro Sula, una ciudad al noroeste conocida como la capital industrial del país, grupos violentos bloquearon carreteras y saquearon comercios, según informó la prensa
local.

Al menos 50 personas fueron detenidas en la zona comercial de esta urbe por "alterar el orden y cometer delitos", según un comunicado de la Policía Nacional.

En todo el país, más de un centenar de personas fueron detenidas en flagrancia por delitos como robo, asociación ilícita y daños, según indicó en su cuenta de Twitter esta institución.

La policía mostró fotos de agentes heridos durante las operaciones y aseguró que el saqueo de comercios puede ser castigado con más de 30 años de cárcel.

Al menos cinco personas fallecieron, unas veinte resultaron heridas y más de cien fueron detenidas, según medios de comunicación locales.

En Choluma, individuos prendieron fuego a automóviles y, en Siguatepeque, bombas molotov fueron lanzadas contra la sede de la Municipalidad, según estas mismas fuentes.

En la capital, Tegucigalpa, también se registraron ataques a negocios y bloqueos de carreteras.

La crisis ha ocasionado un desabastecimiento de combustible en ciertas zonas que "puede extenderse en muy corto plazo a nivel nacional", según advirtió la Asociación Hondureña de Distribuidores de Productos del Petróleo.

El TSE tenía previsto anunciar el ganador de los comicios este viernes tras realizar un "escrutinio especial" de 1.031 actas inconsistentes frente a representantes de partidos políticos.

Las actas en cuestión representan el 5,69% del total, lo que significa que la ventaja de 46.586 votos (1,5%) que el presidente Juan Orlando Hernández tiene sobre su principal rival, el candidato de la Alianza de Oposición de la Dictadura, Salvador Nasralla, todavía podría revertirse.

No obstante, la formación de Nasralla, coordinada por el expresidente Manuel Zelaya, no lo consideró suficiente y exigió el recuento de 5.174 actas para respetar los resultados.

"Hay diferencias notables entre lo que el Tribunal Electoral está computando y lo que nosotros tenemos en las actas físicas de nuestros representantes en las mesas, no podemos llevar en este momento a la gente", explicó el candidato opositor en referencia a los representantes de su partido que fueron convocados para asistir al escrutinio especial.

Un conteo irregular y muy ajustado

Las elecciones terminaron el domingo con dos ganadores, pues tanto el presidente del país, Juan Orlando Hernández, como el candidato opositor Salvador Nasralla, se declararon vencedores, antes incluso de que se hiciera público el primer informe oficial.

El lunes, los primeros datos publicados por el TSE dieron una ventaja de casi cinco puntos a Nasralla frente a Hernández.

El sistema que actualizaba los datos entonces se detuvo por casi 36 horas y, cuando volvió a funcionar, esa ventaja comenzó a desaparecer hasta dar la delantera al actual presidente.

En base a la última actualización, con el escrutinio del 94,35 % de las actas, Juan Orlando Hernández lidera la contienda con el 42,92 % de los votos, mientras que Nasralla suma el 41,42 %.

Unas elecciones muy controvertidas

Estas han sido unas elecciones muy polémicas desde el principio, por diferentes motivos.

Primero, por el árbitro, pues los críticos acusan al TSE de responder al gobierno, incluso antes de los comicios.

En segundo lugar, por la búsqueda de la reelección por parte del actual presidente del país, pues la Constitución prohíbe un segundo mandato.

Hernández pudo presentarse gracias a un fallo del Tribunal Supremo de 2015 que inhabilitó los artículos de la Carta Magna que prohibían la reelección.

Observadores internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) pidieron al Tribunal Supremo Electoral que no declarase vencedor hasta procesar todas las actas.

La OEA, además, incidió en la necesidad de que, una vez finalizado el escrutinio, el TSE dé "a los partidos políticos la posibilidad de presentar impugnaciones", las cuales deben ser atendidas de "forma imparcial en un plazo razonable y siguiendo el debido proceso".