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Petro Poroshenko ha sido descrito como “un hombre racional y un realista que prefiere la negociación a las hostilidades”. | Foto: AP.

INTERNACIONAL

El magnate de golosinas que podría gobernar a Ucrania

Petro Poroshenko ha sido criticado por carecer de ideología, lo cual lo hace un enigma en momentos en que Ucrania parece carecer de rumbo.

22 de mayo de 2014

En el recalentado escenario político de Ucrania, el favorito en las encuestas, Petro Poroshenko, hace gala de una notable frialdad.

El magnate de las golosinas se inclina por el pragmatismo y está dispuesto a los acuerdos, lo cual puede beneficiar a Ucrania para distender la situación con Rusia, a la vez que busca relaciones más estrechas con Europa.

Desde la independencia en 1991, la política ucraniana ha estado dominada por figuras aferradas a posiciones dogmáticas, hasta el punto de autodestruirse. Poroshenko, en cambio, recibe críticas por carecer de ideología, lo cual lo convierte en un enigma en momentos en que Ucrania padece de falta de un rumbo claro.

Pero en medio de una crisis compleja y a menudo violenta, los votantes parecen creer que lo mejor para el país en estos momentos es un hombre flexible. Las encuestas de opinión dan amplia ventaja a Poroshenko, de 48 años, entre la veintena de candidatos a los comicios presidenciales del domingo.

El 35 % de votos no le bastaría para ganar en la primera vuelta, pero las encuestas lo tienen como favorito para la segunda, tres semanas después.

La elección es un paso crucial para Ucrania. Rusia, que según las potencias occidentales fomenta el malestar en el oriente del país, sostiene que el gobierno interino es una junta. Una elección fiable le daría un grado de legitimidad al gobierno y socavaría el argumento de Moscú de que debe intervenir en los asuntos de su vecino.

El presidente, Ruso Vladimir Putin, ha respaldado cautamente la elección al calificarla de ser un "paso en la dirección correcta".

Pero Moscú no apoya a candidato alguno porque considera ilegítimo el derrocamiento del presidente prorrusso Viktor Yanukovych.

Poroshenko es un firme partidario de la Unión Europea, pero sostiene que es importante normalizar rápidamente las relaciones con Rusia. Las relaciones con Moscú deben ser en pie de igualdad y no deben atentar contra el deseo de los ucranianos de estrechar los lazos con la Unión Europea, afirma.

"Debemos construir una relación con nuestro vecino, Rusia, en forma tal que asegure ante todo la seguridad de los ciudadanos rusos", dijo días atrás en un discurso de campaña. "Pero para hablar con Rusia de igual a igual, debemos construir un estado fuerte".

Lo que parece generar esperanzas en Ucrania es, sobre todo, la sensatez de Poroshenko, luego de años de un ambiente casi de telenovela.

"Poroshenko es un hombre racional y un realista que prefiere la negociación a las hostilidades", dijo el analista Vadim Karasyov. "Es un industrial, no un hombre de ideología".

Una vez elegido, dice Karasyov, hablará con el Kremlin y con los hombres más ricos de Ucrania, Rinat Ajmetov e Ihor Kolomoisky, para tratar de distender la situación y poner fin a la violencia en el este.

A diferencia de otros multimillonarios ucranianos, Poroshenko no hizo su fortuna -calculada por Forbes en 1.600 millones de dólares- con las privatizaciones postsoviéticas, sino que construyó su imperio del chocolate ladrillo por ladrillo. Su reino no es el de las minas de carbón con trabajadores explotados y malas condiciones de seguridad, sino chocolates y golosinas que se venden en todos los kioscos del país.