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UNA CRISIS TELEDIRIGIDA

Los antecedentes de las intervenciones de los regímenes de Siria y Libia en la OLP se remontan a 1964. Una especialista italiana analiza para SEMANA este fenómeno

1 de agosto de 1983

El conflicto actual en el seno de AlFatah, la agrupación mayoritaria en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), parece como una crisis pilotada desde afuera por dos países árabes: Siria y Libia, que replantea el problema de las alianzas internacionales y de las actitudes frente a la causa palestina en el mosaico del Medio Oriente.
Precisamente para escapar a la tutela de los regímenes árabes y darse una organización autónoma es que Yasser Arafat con un grupo de nacionalistas palestinos fundó, en 1956, "Al Fatah" .
Como respuesta, los países árabes crearon la Organización para la Liberación de Palestina, en 1964, confiando la presidencia a Ahmed El Shuqeiri, ligado a Egipto y a Arabia Saudita.
Recién en 1968 "Al Fatah" entró a formar parte de la OLP y Arafat se convirtió en su presidente. Son los años en los que se asiste a la proliferación de otros grupos de la resistencia palestina, como el "Frente Popular" de George Habbash, de orientación marxista y que, posteriormente, se revelaría extremista; la "Saika", organización de guerrilla controlada por Siria; el "Frente Popular-Comando General", guiado por un ex oficial sirio, Ahmed Kibril; el "Frente Democrático", de orientación progresista y marxista guiado por Nayef Hawatmeh y el "Frente Arabe de Liberación", apoyado por Irak.
Son grupos minoritarios que, en su conjunto, representan aproximadamente el 20% de la OLP. Esta condición de minoría los ha empujado a aceptar financiamiento y apoyo de los países árabes, según los momentos, convirtiéndose, a menudo, en dóciles instrumentos de maniobras de los regímenes árabes dentro de la OLP .
La proclamada autonomía de la OLP bajo la guía de Arafat y su crecimiento llenaron de sospechas a los regímenes árabes que veían irse de sus manos un instrumento, el de la causa palestina, que sirvió muchas veces para desviar a sus propios súbditos de problemas internos o interárabes. Así como sucede hoy con Libia y Siria, dos países aislados en el plano internacional y árabe y con grandes problemas internos.
LA AYUDA QUE NUNCA LLEGO
Durante 1970 y 1971, en el llamado "Septiembre Negro", reunieron las masacres jordanas que causaron 20 mil muertos, con la complicidad de los regímenes sirio e irakí. Damasco y Bagdad, que con fines diversos, habían alentado a los grupos ultrarradicales como el "Frente Popular" y el "Frente Democrático" a derribar la monarquía ashemita en Jordania, asegurando "intervenciones" en apoyo de la resistencia palestina, en el "momento decisivo" dieron marcha atrás.
Es precisamente el año en que en Damasco el entonces ministro de Defensa y general de la aviación, Hafez Al Assad, organizó un golpe que lo llevaría luego al poder justamente para impedir el envío de tropas sirias a Jordania en ayuda de la resistencia palestina amenazada de liquidación por el rey Hussein.
Por otra parte, la guerra de 1973, además de representar un éxito para Egipto, que aprovecha la ocasión para encaminar negociaciones con Israel, marcó también la recuperación del prestigio de los ejércitos regulares frente a la popularidad de las organizaciones de la resistencia palestina, y la importancia de esta última comienza a disminuir.
Arafat se dio perfectamente cuenta de esto y también sus colaboradores más cercanos, quienes comienzan una ofensiva diplomática-política de vasta escala, sobre todo hacia Occidente.
Un año determinante para la política realista de Arafat fue 1974. Es cuando la cumbre árabe de Rabat reconoce a la OLP como la representante única y legítima del pueblo palestino.
Es cuando el Consejo Nacional Palestino propone la constitución de un Estado palestino en los territorios ocupados por Israel en 1967, o sea, Cisjordania y Gaza. Ciento un países entablaron entonces relaciones diplomáticas con la OLP y la Organización fue invitada a asistir a las sesiones de las Naciones Unidas sobre el tema del Medio Oriente.
El 13 de noviembre de 1974, Arafat pronunció ante la asamblea general un discurso de jefe de Estado, de jefe de la nación palestina, que llenó de emoción y orgullo a este pueblo disperso y suscitó desaliento y temor en Israel.
SURGE EL "FRENTE DE RECHAZO"
Pero el cambio realista de Arafat suscitó también no pocos traumas en la coordinación y provocó la constitución del Frente de Rechazo compuesto por el "Frente Popular" de Habbash y por otros que, en general, están ligados a Libia, Irak y Siria, y que retiraron sus delegados del Comité Ejecutivo de la OLP .
Por otra parte, la nueva línea de Arafat, que comportó también una suspensión del método del terrorismo en favor de una serie de luchas de masas dentro de los territorios ocupados, preocupó gravemente a Israel quien intensificó las incursiones y los ataques contra la presencia palestina en el Líbano.
También Estados Unidos se alarmó.
Después de la resolución de Rabat, el entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, empeñado en concluir una serie de acuerdos separados entre Israel y los Estados árabes, convenció en octubre de 1975 al presidente egipcio Anuar Sadat a firmar un acuerdo bilateral con Israel. Con ello, Washington provocó una ruptura entre El Cairo y Damasco, al mismo tiempo que alentó a Assad a compensar su consiguiente aislamiento tratando de apoderarse de la carta palestina, "redimensionando" y poniendo bajo su tutela a la OLP.
Dentro de este contexto, Assad, advirtiendo a la entonces Primera Ministra israelí, Golda Meir, decidió intervenir en el Líbano contra la resistencia palestina y las fuerzas progresistas libanesas, intervención que cambiaría completamente la guerra civil.
La agresión militar siria en el Líbano a favor de los falangistas se dio en un momento en el que Arafat estaba ocupado en su batalla diplomática-política por un lado, y por el otro, en la lucha de masas que alcanza en aquellos meses niveles sin precedentes dentro de los territorios ocupados.
Hacia finales de 1976, Assad recibió en Damasco un delegación palestina encabezada por Abu Iyad, brazo derecho de Arafat, con estas palabras: "Nosotros decidimos no tomar más en cuenta a los responsables de la OLP. Desde hace tiempo me pregunto sobre la seriedad y capacidad de ustedes para dirigir el movimiento palestino". "Ustedes--agregó Assad--, condujeron alpueblo a la matanza de Jordania en los sucesos de septiembre de 1970.
Lo mismo hicieron el el Líbano. No son ustedes bien vistos por los regímenes árabes. Estoy preocupado por el futuro de la causa palestina, para mí muy cara. Ustedes no están a la altura de la situación ".
EL PALADIN FALSO
Los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel mezclaron de nuevo las cartas del mosaico del Medio Oriente y Arafat fue obligado, aun con toda su autonomía, a reacercarse a Siria. Pero al mismo tiempo, retomó contactos con el rey Hussein de Jordania.
La invasión israelí del 6 de junio del año pasado al Líbano demostró aún con mayor evidencia como el presidente sirio es un "desinteresado paladin" de la causa palestina: cinco días después de la invasión israelí, Siria firmó el cese de fuego con Israel, y dejó a los palestinos combatiendo solos contra uno de los ejércitos más potentes del mundo.
En consecuencia, para poder conservar su autonomía operativa en el movimiento de evacuación de Beirut, Arafat eligió ir a Túnez y no a Damasco. Así, el presidente sirio Assad vio desvanecer su sueño de convertirse en el "padrino" incontestado de la resistencia palestina.
Desde entonces, Assad comenzó a trabajar no sólo a través de los otros grupos que, en cambio, eligieron a Siria como sede, sino sobre todo dentro de Al Fatah para buscar disminuir el prestigio de Arafat.
"Si Assad es la mente--me declaró un exponente palestino cercano a Arafat--Khadafi es el brazó" -
-Dina Nascetti, Roma -