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“El interés de uribe para presentarse a las elecciones en 2010 puede desinflar la voluntad política de Obama”

ENTREVISTA

"Washington no puede escoger quién actúa en América Latina"

Julia Sweig, la directora de estudios latinoamericanos del prestigioso Council on Foreign Relations, visitará Colombia para discutir la política exterior de Obama en la cátedra Fulbright Uninorte 2009. Habló con SEMANA sobre las bases militares, el TLC y los vientos de guerra en la región.

22 de agosto de 2009

SEMANA: Usted ha estudiado el tema del antinorteamericanismo. ¿Le sorprendió el rechazo en la región al convenio militar de Colombia con Estados Unidos?

Julia Sweig: No. El tema de bases militares, no sólo en América Latina, sino globalmente, es muy sensible y siempre lo ha sido porque es la manifestación concreta del poder del norte, en este caso de Estados Unidos. Sobre todo cuando tenemos polarización ideológica y política en la región andina y también tenemos en América del sur países como Brasil, que aspira a un liderazgo. El tema de las bases militares es un regalo político para todo el mundo.

SEMANA: La secretaria de estado, Hillary Clinton, dijo que era un asunto entre los dos países y no había razones para preocuparse...

J. S.: Hay una ambivalencia. No sólo de Hillary Clinton, sino de Lula y Amorim en Brasil, de Bachelet, de Kirchner... después de unas semanas dijeron más o menos lo mismo: que es un tema soberano de Colombia y que iban a tranquilizarse un poco. Pero en América Latina, con la creación de Unasur y con la búsqueda de cierta independencia política, diplomática y militar de las dinámicas tradicionales en que Estados Unidos es el centro del mundo, utilizar bases militares en Colombia no puede ser visto sólo en cuanto a la relación bilateral. Además es contradictorio, porque el propósito es vigilar y neutralizar el flujo de la droga en el Pacífico y en la región. En lugar de pronunciamientos sobre soberanía, yo preferiría ver que los jefes de Estado y los cancilleres busquen formas regionales de cooperar en esos temas. No se puede tener operaciones exclusivamente bilaterales para neutralizar esas amenazas.

SEMANA: Chávez habló de "vientos de guerra"...

J.S.: Realmente no veo un conflicto militar con participación de Estados Unidos. Es la imaginación fantástica de Chávez que otra vez demuestra su interés en aprovecharse de actos de Washington que pueden ser polarizantes, y él exagera para sus propios intereses. Estados Unidos está involucrado en dos guerras, está perdiendo sangre y dinero y el Presidente está manejando conflictos domésticos y en otras partes del mundo. Lo último que puede interesarle es un conflicto en la región andina.

SEMANA: Hay nuevos actores en América Latina, como Irán, Rusia y China. ¿Eso preocupa a Washington?

J.S.: Yo creo que el consenso ahora es que la doctrina Monroe se acabó. En los últimos 20 años el mismo gobierno estadounidense ha avanzado en el tema de los beneficios de la globalización y la apertura política y económica de América Latina hacia el mundo, y viceversa. Y Washington no puede seleccionar cuáles poderes externos tiene derecho de actuar en América Latina y cuáles no.

SEMANA:¿Bogotá ha sabido ajustar su política a la llegada de Obama al poder?

J.S.: Antes de la visita de Uribe a Washington habría dicho que no. Todavía hay una desconexión en cuanto al análisis de la cultura política del partido Demócrata que tiene las mayorías. Sin embargo, en los temas de seguridad la relación me parece aún más intima.

SEMANA: ¿Colombia todavía debe aspirar al TLC?

J.S.: El interés de Uribe para presentarse a las elecciones en 2010 puede desinflar la voluntad política de la administración Obama para buscar que se vote a favor del tratado. Sin embargo, el contexto más amplio de la crisis global financiera ha impuesto una serie de realidades importantes más grandes que la relación Colombia-Estados Unidos. En ese contexto, y Obama lo ha dicho, Estados Unidos no quiere ser un país proteccionista. Por lo tanto, a raíz de la crisis misma se puede crear una posibilidad, si pueden manejarlo políticamente, de apoyo en el Congreso. Será más fácil si estamos tratando con la probabilidad de otro presidente en Colombia en el año que viene.