Obama promete reforma de salud, con o sin republicanos

El presidente Barack Obama prometió el miércoles que el sistema de salud será reestructurado antes de fin de año y destacó que éste no necesariamente tiene que ser un esfuerzo bipartidista.

Ben Feller y Ricardo Alonso-Zaldivar
5 de agosto de 2009

Los comentarios del presidente reflejaron una percepción creciente entre los demócratas, quienes consideran que su única alternativa será sacar adelante, sólo con los votos de su partido, la legislación que busca ampliar la cobertura de salud, tratando de controlar los costos médicos. En el mejor de los casos, apenas un puñado de republicanos aprobaría el proyecto.

Al visitar Indiana, cuya economía ha sido profundamente afectada y donde anunció exoneraciones tributarias de 2.400 millones de dólares para crear automóviles eléctricos y decenas de miles de empleos, Obama también prometió un final exitoso para la ambiciosa reforma del seguro de salud que afirma estabilizará la salud fiscal del país.

"Les prometo que aprobaremos la reforma a fines de este año porque el pueblo estadounidense lo necesita", dijo enfáticamente el presidente.

Eso tomará algo de trabajo: los pasos para aprobar la legislación, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, se han tornado lentos por las discusiones de las políticas más controversiales.

Los líderes republicanos se oponen a la estrategia demócrata y dicen que el Congreso debería comenzar todo de nuevo.

Pero en una entrevista después de su discurso, Obama indicó que no está empeñado a toda costa en un proyecto respaldado tanto por los republicanos como por los demócratas. Señaló que se siente alentado con el hecho de que los republicanos estén negociando con los demócratas en el comité financiero del Senado, pero expresó impaciencia con la prolongación de las negociaciones que aún no han producido ninguna ley.

"En algún momento de septiembre vamos a tener que hacer una evaluación" sobre si debemos seguir tratando de negociar con los republicanos, le dijo a MSNBC.

Obama agregó que él "preferiría que los republicanos cooperen con nosotros", pero que es más importante lograr concretar sus principales prioridades sobre el cuidado de salud. Ello representa un cambio notable respecto del énfasis que Obama puso en el bipartidismo en marzo, cuando lanzó su campaña por una reforma de salud, durante una cumbre en la Casa Blanca.

El cambio en la postura del presidente se refleja también en los senadores demócratas.

"El plazo se agota", dijo el senador demócrata Jay Rockefeller. "No podemos terminar este año sin aprobar una gran reforma de salud. Es nuestro deber sagrado ante el pueblo estadounidense".

Rockefeller dijo que las negociaciones con los republicanos sólo han derivado en una iniciativa que se vuelve "más y más débil".

"¿Todo se concentra en si tres republicanos cooperarán o no?", preguntó Rockefeller.

Los demócratas necesitarán 60 votos para superar las tácticas dilatorias y para aprobar una iniciativa en el Senado. Aunque hay 60 senadores demócratas, dos han estado ausentes por enfermedad y no todos apoyan la legislación que ha surgido hasta ahora.

AP