Estados Unidos

El sistema secreto que podía estar siguiéndolo en Estados Unidos: así opera la nueva vigilancia de la Patrulla Fronteriza

Una red silenciosa de cámaras y algoritmos analiza los patrones de viaje de millones de vehículos, para marcar como sospechosos ciertos trayectos, desencadenando tensiones disfrazadas de infracciones de tránsito.

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Margarita Briceño Delgado

Margarita Briceño Delgado

Periodista en Semana

24 de noviembre de 2025, 12:12 p. m.
La patrulla fronteriza de Estados Unidos monitorea la frontera con drones.
Agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan rutas interiores como parte de un programa secreto de monitoreo vehicular. | Foto: Juliana Gil Gutiérrez / Semana

Lejos de la frontera, en plena carretera, millones de ciudadanos estadounidenses pueden estar siendo rastreados sin saberlo.

La Patrulla Fronteriza ha extendido su vigilancia hacia el interior del país, usando tecnología oculta para identificar patrones de viaje que considera sospechosos.

Varios vehículos han sido marcados por un algoritmo y luego, las patrullas locales los interceptan por faltas mínimas, para proceder con interrogatorios y registros.

¿En qué consiste el programa de vigilancia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos?

La Patrulla Fronteriza, una agencia cuya misión tradicional ha estado centrada en la línea fronteriza, ha construido un mecanismo silencioso que trasciende esos límites.

Según una investigación revelada por La Prensa Gráfica, basada en reportes de la Associated Press, un sofisticado programa secreto de inteligencia predictiva está observando las carreteras estadounidenses, no solo para vigilar inmigración irregular, sino para analizar y predecir comportamientos de los conductores dentro de todo el territorio.

El sistema opera a través de una vasta red de cámaras y lectores de matrículas diseminados por todo el país.

Dichos dispositivos escanean en tiempo real las placas de los vehículos, capturando datos sobre su punto de partida, su destino y la ruta que están tomando, y luego alimentan un algoritmo que identifica anomalías o patrones que la agencia interpreta como potencialmente sospechosos.

La controversia se ha generado debido a que una vez que un vehículo es marcado por ese algoritmo, no necesariamente interviene directamente la Patrulla Fronteriza.

En muchos casos, se alerta a las fuerzas locales de seguridad, que detienen a los conductores bajo pretextos triviales de tránsito, como ir muy rápido, usar vidrios polarizados, no activar las luces direccionales o incluso llevar un ambientador colgando que “obstruye la vista”.

Al detener al conductor, los interrogatorios y registros son intensos, pese a que la persona no tiene idea de que su detención no fue aleatoria, sino el resultado de una alerta generada por un algoritmo federal.

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La Patrulla Fronteriza amplía su vigilancia en carreteras del país con tecnología oculta. | Foto: TNS

¿Qué opina la gente sobre este sistema?

Expertos en privacidad y constitucionalistas advierten que esta forma de vigilancia masiva, que recopila datos sobre hacia dónde van y de dónde vienen los ciudadanos, podría violar la Cuarta Enmienda, que protege contra registros e incautaciones arbitrarias.

Para muchos, las calles del país se están convirtiendo en una red de espionaje disfrazada de seguridad.

A su vez, hay señalamientos de secretismo institucional. Exfuncionarios afirman que la agencia ha minimizado o eliminado menciones con respecto al programa en documentos legales e incluso, en algunos casos, se han retirado cargos antes que revelar dónde están ubicados los lectores clandestinos.

La Patrulla Fronteriza, por su parte, defiende la operación argumentando que existe un marco legal que la autoriza y que estas herramientas son vitales para desmantelar redes criminales.

La expansión silenciosa de esta tecnología revela un cambio profundo en la forma en que el gobierno estadounidense entiende la seguridad interior.

La vigilancia predictiva ya no es una herramienta limitada a escenarios de alto riesgo, sino un sistema cotidiano que observa desplazamientos comunes y convierte trayectos ordinarios en posibles alertas de inteligencia.

Mientras la Patrulla Fronteriza insiste en que estas medidas son esenciales para combatir el crimen, el debate sobre los límites entre protección y vigilancia masiva apenas comienza, y promete intensificarse a medida que más ciudadanos descubran que sus rutas, horarios y hábitos de viaje pueden estar siendo analizados en tiempo real sin su conocimiento.