Estados Unidos
Robo millonario en Washington: ladrones con papeles falsos se llevan 12.000 botellas de whiskey Westland valoradas en un millón de dólares
Las botellas sustraídas incluyen ediciones limitadas de la línea Garryana, piezas únicas que la destilería considera irreemplazables.
Léenos en Google Discover y mantente un paso adelante con SEMANA

Un sofisticado robo mantiene en alerta a las autoridades y a la industria de bebidas espirituosas en Estados Unidos. Un grupo de delincuentes llegó hasta las bodegas de la reconocida destilería Westland, ubicada en el estado de Washington, y con documentación aparentemente legítima logró retirar un cargamento de 12.000 botellas de whiskey, entre ellas ediciones limitadas de la línea Garryana, valoradas en casi un millón de dólares.
El cargamento nunca llegó al destino de entrega pactado y la maniobra dejó en evidencia la vulnerabilidad de los controles en la cadena logística.
La alerta se encendió cuando la empresa de transporte vinculada, Mecca Worldwide Logistics, reportó la ausencia de la mercancía al solicitar confirmación en el punto de entrega. Ante la falta de respuesta, se notificó de inmediato a la Oficina del Sheriff del condado de Skagit, que abrió una investigación formal. Hasta el momento no hay sospechosos identificados y las botellas no han sido recuperadas, lo que aumenta la preocupación en el sector.

Las ediciones robadas incluyen la exclusiva Garryana 10º aniversario, elaborada con roble nativo del noroeste del Pacífico y considerada un producto único por coleccionistas y críticos especializados.
Según el director general de Westland, Jason Moore, la pérdida es extraordinaria, no solo por el valor económico, sino porque se trata de botellas que no pueden reemplazarse. “Son piezas irrepetibles que forman parte de nuestra historia como destilería”, aseguró en declaraciones a medios locales.
Expertos señalan que los ladrones enfrentarán enormes dificultades para vender el cargamento. En Estados Unidos, la comercialización de alcohol está estrictamente regulada bajo un sistema de tres niveles que obliga a que los productores vendan a distribuidores, estos a minoristas y, finalmente, al consumidor.
Esto dificulta que un lote robado pueda infiltrarse en el mercado legal sin levantar sospechas. Además, las botellas de Westland son fácilmente reconocibles y cualquier oferta irregular podría ser detectada rápidamente. Según Mark Gillespie, creador del pódcast especializado WhiskyCast, “lo que se llevaron es tan raro que todo el mundo lo conoce”.

El robo, sin embargo, no deja de generar temor entre los pequeños productores de whiskey artesanal, quienes ven en este caso un recordatorio de la necesidad de reforzar la seguridad.
En la última década ya se habían registrado incidentes similares, como el conocido robo de botellas de Pappy Van Winkle en Kentucky, lo que muestra que los destilados de alta gama se han convertido en un blanco atractivo para el crimen organizado.
Mientras la investigación sigue abierta, Westland trabaja en estrecha coordinación con las autoridades y hace un llamado a distribuidores, coleccionistas y consumidores a denunciar cualquier intento de venta sospechosa. El caso se ha transformado en un símbolo de advertencia. Pues incluso en un mercado con fuerte regulación, la codicia por el whiskey de lujo puede burlar controles y dejar una huella difícil de borrar.