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| Foto: Fotomontaje SEMANA

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En las cinco primeras propuestas de Uribe no están las víctimas

Mediante un comunicado publicado en redes sociales, el expresidente entregó cinco ideas para que las conversaciones entre Gobierno y Farc finalicen con un acuerdo.

9 de octubre de 2016

Desde que ganó el No el plebiscito, al expresidente Álvaro Uribe se le ha criticado que no tuviese un plan de propuestas para concretar un acuerdo con las FARC. De hecho, Uribe había dicho en una entrevista en Caracol Radio que su intención no era ahora ponerse de "creativo" cuando el Gobierno, según él, nunca lo había escuchado.

Con el don de convicción que lo caracteriza, Uribe le había hecho el quite a poner en común ideas específicas para discutir con las FARC y reformar los acuerdos, salvo aquellas que tenían que ver con el indulto a los guerrilleros rasos y con que se le garantizara la seguridad a todos los miembros del grupo alzado en armas.   

Pues bien, en horas de la mañana de este domingo, y desde Twitter, Uribe publicó un comunicado titulado “Votamos No, seguimos por la paz. Urgencia y Paciencia. Algunas proposiciones”. El documento de más de una cuartilla reitera las observaciones que hicieron desde la campaña del No a varios de los puntos suscritos en La Habana.

Como antesala a las propuestas, Uribe señaló que el No se impuso en una contienda electoral con desventaja y que desde el primer momento el país ha conocido sus observaciones. En esta ocasión utilizó dos términos que tendrán que ser analizados a profundidad en el entorno como “urgencia” y “paciencia”.

El expresidente volvió a poner sobre la mesa su más grande caballo de batalla: el de la justicia. "La impunidad total a los mayores responsables de delitos atroces, que se convierte en mal ejemplo, creador de nuevas violencias, además de generar incertidumbre jurídica futura. Insistimos en la reclusión efectiva, pena privativa de la libertad, entre 5 y 8 años, no obstante que sea en sitios alternativos como granjas agrícolas".

Uribe no quiso quedarse sin referirse al hecho de que los guerrilleros puedan llegar al Congreso. Y sugirió que, de darse, habría que pensar en otros que se sometieron a la justicia y perdieron el derecho a hacer política. "Los privilegios al partido de las FARC y la elegibilidad de responsables de delitos atroces. De no excluirse, debería meditarse en el efecto sobre quienes no gozan de derechos políticos como condenados por proceso 8 mil y parapolítica, los paramilitares, aquellos que han perdido investiduras de representación y los 140 mil presos", escribió. 

En total son cinco las propuestas con las que Uribe comenzará a agitar los debates. Aunque habrá más, llama la atención que en ninguno de los primeros puntos estén las víctimas. Por el contrario, allí aparecen otros actores, como los dueños de las tierras en Colombia, por quienes siempre ha abogado. Estas son las propuestas de Uribe:

1. Se debe privilegiar la erradicación manual de drogas ilícitas, sin que el Gobierno pierda la facultad de fumigar cuando lo estime conveniente, siempre con el cuidado de no hacer daño al ser humano, a los animales ni a otros recursos naturales.

Esta proposición está muy en sintonía con lo que ha venido señalando el fiscal Néstor Humberto Martínez desde que asumió su cargo.

2. Los acuerdos no deben afectar propietarios o poseedores honestos, cuya buena fe debe dar presunción, no desvirtuable, de ausencia de culpa. El apoyo al campesino no implica desconocer la necesidad de la empresa agropecuaria transparente.

Esta, más que una propuesta, es casi una línea roja de la derecha para oponerse al punto de tierras que quedó consignado en el acuerdo final. No es gratuito que los grandes terratenientes del país hayan apoyado a Uribe irrestrictamente. La elite agraria es y seguirá siendo una de las prioridades del expresidente.

3. Los compromisos con la FARC deben cumplirse dentro de las posibilidades fiscales y financieras del país; esto es, sin afectar la regla fiscal, la confianza de inversión del sector privado, la competitividad, los programas sociales como educación universal y de calidad, sin afectar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos.

Se viene una reforma tributaria muy difícil de sacar adelante por parte del Gobierno. Esta propuesta de Uribe es apenas la antesala de lo que será un duro debate en el Congreso. Pero además, lleva implícita aquella preocupación de los promotores del No, respecto los beneficios económicos a los que tendrían derecho quienes se sometan a la justicia.

4. Los compromisos con FARC no pueden limitar la descentralización ni la obligación de alcaldes y gobernadores de atender con equidad las necesidades de todos los ciudadanos.

Esta es la propuesta de Uribe que más preguntas deja. Es una proposición un tanto ambigua, que busca que los mandatarios locales sean más autónomos y no dependan tanto de políticas del Gobierno.

5. Las consultas a comunidades podrán ser limitadas en el tiempo por decretos reglamentarios del Gobierno, a fin de que no entorpezcan el desarrollo equilibrado de la Nación.

Esta propuesta se adelanta a un posible mecanismo de refrendación de los acuerdos que entraría a debatirse: los cabildos abiertos. Este es un experimento que, desde la Constitución del 91 nunca se ha ensayado y que, por ende, genera dudas y temores por parte de los promotores del No.