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| Foto: Archivo particular

JUDICIAL

Apareció el capitán Ányelo Palacios

El oficial de la Policía Nacional, que había sido raptado en Norte de Santander, escapó de sus captores.

14 de marzo de 2016

En todo un misterio se convirtió la desaparición del capitán de la Policía Ányelo Palacios, el mismo que denunció la llamada ‘Comunidad del anillo’, una red de prostitución masculina que supuestamente operaba dentro de ese organismo castrense. Un día después de que miembros de su familia denunciaron el secuestro, la Policía Nacional informó que el oficial apareció.

Hasta ahora, las autoridades han entregado pocos detalles del confuso hecho. Sólo se sabe que el oficial escapó de sus presuntos captores en la vereda Caliche de Ragonvalia (Norte de Santander).

De acuerdo con Caracol radio, Palacios presenta signos de hipotermia y es trasladado a Cúcuta donde será sometido a exámenes médicos. Posteriormente le tomarán declaración para conocer detalles del sitio donde aparentemente lo tenían y quiénes fraguaron su secuestro.

Para esclarecer los hechos, las autoridades también tendrán en cuenta las versiones de los campesinos que lo habrían auxiliado.

Días antes de su desaparición, Palacios dijo en una entrevista que el periodista Gonzalo Guillén hizo para Univisión que había sido amenazado y que era objeto de seguimientos ilegales.

Para el oficial, era muy probable que la persecución y el hostigamiento fueran consecuencia de las denuncias que hizo respecto a la forma de operar de la supuesta red de prostitución masculina en la institución.

El uniformado le dijo a la Procuraduría que había sido inducido por el coronel Jaír Castellanos a participar en un grupo creado para satisfacer los deseos sexuales de altos oficiales de la institución y de algunos senadores de la República.

Como prueba de su participación en la ‘Comunidad’, entregó un video que habría sido grabado en el 2008, en el que se refleja cómo él y el entonces senador Carlos Ferro planeaban tener un encuentro sexual.

En menos de 24 horas el escándalo derivó no sólo en la renuncia del hombre que fungía como viceministro del interior, Carlos Ferro, sino también en la dimisión del director Nacional de la Policía, general Rodolfo Palomino, después de que la Procuraduría anunció una investigación en su contra.