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La que iba a ser la ‘Cumbre de la Paz’ arranca en Cartagena

La crisis de Venezuela y el limbo tras el triunfo del No en el plebiscito serán protagonistas de las conversaciones entre los jefes de Estado que asisten a la XXV Cumbre Iberoamericana.

28 de octubre de 2016

En su discurso cuando se firmó el acuerdo final entre el Gobierno y las FARC, el presidente Juan Manuel Santos bautizó a Cartagena como la "Ciudad de la paz”.

Los cancilleres de la región lo secundaron y todos comenzaron a referirse a la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado que este viernes arranca en la Heroica como la “Cumbre de la paz”. El encuentro se avizoraba como el escenario para celebrar el fin del conflicto armado más viejo del continente.

Pero después del inesperado triunfo del No en el plebiscito, la cumbre perdió lustre. El evento celebra sus 25 años con una evidente pérdida de interés. Muestra de ello es la ausencia de 10 de los 22 jefes de Estado y gobierno convocados, entre ellos, como ya es costumbre, el venezolano Nicolás Maduro y varios de sus aliados en la región. Sí acudirán el rey Felipe VI de España y otros altos dignatarios, en los que se destaca la nutrida participación de Portugal.

Maduro enfrenta una escalada de la profunda crisis política y económica en su país a raíz de la reciente decisión de la autoridad electoral de bloquear el proceso que buscaba activar un referendo revocatorio de su mandato y que derivó en que el Congreso, dominado por los opositores, abriera la ruta para un juicio político.

La comunidad iberoamericana posiblemente se pronunciará sobre la situación en Venezuela y algunos bloques, como el Mercosur, también lo harían al margen de la cita. La incertidumbre sobre la paz en Colombia también podría estar en la declaración final.

"Es probable que los mandatarios se limiten a reconocer la labor de Santos por la paz y apoyar las negociaciones para lograr un nuevo acuerdo", dijo Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de análisis con sede en Washington.

Respecto a Venezuela, "no hay consenso en la región acerca de qué hacer", señaló. "Seguramente los mandatarios se limiten a enviar una exhortación al diálogo y la solución pacífica de las diferencias".

El antecesor y mentor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez, participó activamente en las cumbres iberoamericanas y protagonizó choques verbales memorables, el más recordado de todos su encontronazo con el rey de España, que le espetó su famoso “¿Por qué no te callas?”

Al margen de los temas tradicionales que se tratan en estos encuentros -cooperación cultural, educativa y científica- los organizadores de la cita en Cartagena habían anticipado la celebración de un momento histórico para Colombia. Pero el reñido triunfo del No cambió el escenario sobre la hora.

"Esta iba a ser la cumbre de la paz, ahora va a ser la cumbre por la paz", dijo hace unos días la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, al asegurar que la reunión "será una oportunidad extraordinaria para que los gobiernos de la región reiteren su apoyo al pueblo colombiano y a la paz".

Santos, quien se verá con varios dignatarios por primera vez desde cuando obtuvo el Nobel de la Paz, busca puentes con los promotores del No para alcanzar un nuevo acuerdo con las FARC en medio de un alto el fuego prorrogado hasta fin de año. Este viernes dijo en una entrevista a la agencia EFE que esperaba concretar el nuevo acuerdo antes de que acabe noviembre, y que no descarta un nuevo plebiscito.

Santos también tendrá la oportunidad de intercambiar ideas sobre el acuerdo de paz con el nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, quien relevará en enero a Ban Ki-moon y asistirá a la cumbre. Ese acompañamiento es crucial, pues la ONU verifica al alto el fuego, la desmovilización y el desarme.

Por segunda vez en las tres últimas ediciones la cumbre tendrá marcadas ausencias de dignatarios, algunos por razones mayores como el jefe del gobierno español Mariano Rajoy, que estará pendiente a una sesión de investidura, y otros líderes que optaron por enviar a sus cancilleres, como los de Argentina y Brasil.

Eso sí, estarán todos los mandatarios de la Alianza del Pacífico, que agrupa a Colombia, Perú, Chile y México. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, incluso precedió su llegada a la cumbre con una visita de Estado a Bogotá.

"La importancia de las cumbres iberoamericanas es limitada y España y Portugal son mucho menos influyentes que en el pasado", opinó Shifter en alusión en parte a las dificultades económicas recientes en esos países que hicieron que Latinoamérica mirase en otra dirección. De hecho, la Alianza del Pacífico es en gran medida una apuesta por poner el foco en los mercados asiáticos.

Formalmente, esta XXV Cumbre Iberoamericana, la primera bajo el nuevo esquema bienal y la segunda en la que Colombia es anfitriona, fue convocada con el lema "Juventud, Emprendimiento y Educación".

Pero las miradas apuntan a la coyuntura de la región. Al término de esta cita, el sábado, se hará pública la tradicional declaración política. Este año se espera especialmente alguna referencia al conflicto político en Venezuela y la esquiva paz en Colombia.

*Con información de agencias