Lo que dejaron los primeros dos días del paro del ELN

El ELN está empeñado en mostrar su poder de cara a las conversaciones preliminares de paz que mantiene con el Gobierno. Desde este domingo, el grupo guerrillero empezó un paro armado y esta vez la excusa fue la conmemoración de los 50 años de la muerte del sacerdote Camilo Torres.

Van dos días en los que los elenos han querido tomar el control de municipios de Arauca, Norte de Santander, Santander, Cesar, Chocó, Nariño y Bolívar.

Las acciones no han sido pocas. En Bocas de Satinga (Nariño) los guerrilleros hicieron este lunes un atentado en el que murieron dos auxiliares de Policía y un menor de 17 años resultó herido. En el corregimiento de Otaré en Ocaña (Norte de Santander) activaron un ‘plan pistola’ contra esa institución y resultó un uniformado muerto y otro herido.

En estos días, el ELN también volaron algunas torres de energía en Cesar, incineraron un bus en Chocó y detonaron artefactos explosivos Arauca.

Y aunque esta guerrilla ha intentado cometer sus acciones en todos esos departamentos, Arauca es, sin duda, el más afectado. No solamente porque es el epicentro del mayor número de acciones, sino porque es tanta la presión del ELN que la secretaría de Educación Departamental tuvo que suspender las clases de los centros educativos, tanto por seguridad, como por la falta de transporte. Una decisión que afectó a cerca de 50.000 estudiantes.

Sin embargo, las autoridades no han detenido la ofensiva. Según el general Juan Pablo Rodríguez, comandante de las Fuerzas Militares, lograron controlar cerca del 95 % de los ataques de esa guerrilla.

“No podemos dejarnos intimidar. Mi llamado es para que la población denuncie, y reconozca la actitud y la solidaridad con el Ejército”, señaló el alto oficial.

Para eso, ofrecieron una recompensa de hasta 100 millones de pesos, para quienes ayuden a prevenir algún atentado contra la población, la infraestructura energética, las petroleras y las carreteras.

Semana.com enumera algunos de los ataques que se han presentado en estos dos días, según información de las Fuerzas Militares y la Defensoría del Pueblo:

Domingo 14 de febrero:

- En Saravena (Arauca) activaron dos artefactos explosivos contra un puesto de vigilancia de la Policía. No resultaron heridos.

- En Puerto Rondón (Arauca) se reportó una detonación. Y en el centro de la capital de Arauca hubo un intercambio de disparos.

- En el barrio 20 de Julio de Arauquita (Arauca), el Ejército logró desactivar dos artefactos explosivos del frente Domingo Laín Sáenz. Ese municipio también amaneció con grafitis y banderas del ELN en varios lugares públicos.

- En el corregimiento La Floresta de Pailitas (Cesar) activaron unos artefactos en una alcantarilla ubicada en la carretera. Según la Defensoría, la detonación causó daños menores y la restricción del paso vehicular.

- En la vía que conduce de Medellín a Quibdó incineraron un bus de la empresa Rápido Ochoa. Y en el municipio de Lloró (Chocó) izaron una bandera del ELN.

- En el corregimiento Villa de San Andrés de Aguachica (Cesar) volaron una torre de energía, el ataque de dejó sin energía a los habitantes de ese municipio, de Gamarra y Morales (Bolívar).

- En el corregimiento de Otaré de Ocaña se presentó un posible plan pistola contra varios policías. Los disparos dejaron como resultado un uniformado muerto y otro herido. Este caso es más que alarmante. Según la Defensoría del Pueblo, después de casi cuatro horas no se había realizado el levantamiento del cuerpo, ni se había trasladado al herido. Sumado a que no estaba el Ejército en la zona.

Lunes 15 de febrero:

- En Bocas de Satinga (Nariño) hombres del ELN llevaron a cabo un atentado en el que murieron dos auxiliares de Policía y un menor de 17 años resultó herido.

- A las 10:15 a. m., se reportaron hostigamientos a la inspección de Policía de Puerto Echeverry en el Alto Baudó (Chocó).

- En Curumaní (Cesar) y Paz de Ariporo (Casanare), la Policía capturó a cuatro personas que cargaban armamento y portaban propaganda alusiva a la conmemoración de la muerte del sacerdote Camilo Torres.