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Según Ejército el perpetrador de la masacre pudo ser el Clan Úsuga. | Foto: SEMANA

CONFLICTO

En Masacre de Amalfi se usaron 94 disparos de fusil

En la casa en la que asesinaron a familiares de alias “Mario” hallaron proveedores, granadas y propaganda del ELN.

13 de diciembre de 2014


Ninguna de las siete personas asesinadas en la vereda Silencio Monos, de Amalfi, vestían prendas militares como se dijo en un principio: estaban en pijama, en estado de indefensión. Esa es la información que entregaron los policías de la Sijín de la Policía, que llegaron a adelantar la inspección técnica a los cadáveres.

Sin embargo, el reporte oficial dice que en otros rincones de la casa, en la que vivía la familia Castrillón Herrera, parientes de Daniel Rendón Herrera, alias “Mario”, había armamento y elementos alusivos al Eln.

Entre una larga lista de material de intendencia, el informe oficial dice que se encontró “un radio de comunicaciones marca Motorola; dos proveedores con 62 cartuchos calibre 5,56; seis cartuchos calibre 38 largo; tres granadas de mano I-M26”.

La Policía también reportó el hallazgo de un cartel con el nombre de “Zarco”, un proveedor de pistola 9 milímetros, dieciocho panfletos del ELN y dos libretas con información de extorsiones.

En toda la inspección se recogieron 94 vainillas, o cascos de bala que fueron disparados. Por su calibre (5,56 y 7,62) se infiere que los asesinos usaron fusiles de asalto. Eso habla por sí mismo de la intensidad del ataque, en el que murieron cinco adultos y dos niñas, una de ellas de 11 años de edad. Muchos de los disparos fueron dirigidos a las caras de las víctimas. Vale recordar que los cartuchos 7,62 están prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario, desde 1998.

Aunque no se ha llevado a cabo la identificación plena, por información de familiares se sabe que dos de los fallecidos son Margarita Herrera Rendón, de 55 años, prima hermana de alias “don Mario” y su esposo Adelmo Castrillón, de 65 años. Una de las niñas muerta era nieta de ellos.

También se confirmó que en la masacre sobrevivió una bebé de brazos, a la que un hombre (algunos campesinos dicen que era el papá) se llevó en un bus escalera. Las autoridades no saben dónde está la menor.

Un dato relevante es que en la familia Castrillón Herrera hay dos mujeres que se encuentran en prisión desde principios de este año, acusadas del delito de rebelión. Ellas son conocidas en la zona como Sonia y Eugenia. La Fiscalía las relaciona con la red de apoyo al terrorismo.

Los hechos que rodean la masacre, sin embargo, siguen siendo confusos. La tesis que maneja la Policía Antioquia es que pudo haberse tratado de una pugna entre el frente capitán Mauricio del ELN y el Clan de los Úsuga, grupo del que alias “don Mario” fue prácticamente su fundador. Y eso es lo que justamente hace más extraño el caso.

En la tarde del viernes, el comandante del Ejército, el general Jaime Lasprilla, declaró que rechazaba tajantemente las versiones que insinúan la participación del Ejército en el crimen. “Versiones irresponsables acusando a los integrantes del Ejército en esta masacre buscan deslegitimar a la institución”.