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En la capital de bolívar está servida la polémica entre una la vieja costumbre de pasear en coche y el maltrato animal que provocan los responsables. | Foto: Tomada de Vanguardia Liberal.

SOLICITUD

El alcalde de Cartagena desoyó a la Procuraduría

El Ministerio Público había solicitado suspender la actividad de coches tirados por caballos en el centro histórico.

10 de julio de 2014

“Hasta allá tampoco. Es una tradición que debe respetarse. Pensar en suspender el servicio de coches es exagerado”. Con esas frases el alcalde de Cartagena Dionisio Vélez le cerró la puerta a la Procuraduría que había solicitado suspender una de las actividades más románticas de la ciudad: paseo en coche tirados por caballos por el centro histórico.

Para la administración se trata de una actividad turística y tradicional de suma importancia para la ciudad. El procurador delegado para asuntos ambientales y agrarios, Oscar Darío Amaya, le había enviado una carta al mandatario, donde puso de presente la problemática de los caballo en esa ciudad. Todo por los últimos acontecimientos donde los turistas han presenciado escenas donde los animales que se desploman por exceso de trabajo y deshidratación.

En el documento de siete páginas el Ministerio Público le pidió al mandatario la suspensión “hasta tanto se hayan adoptado las medidas contingentes y necesarias para proteger la salud y la vida de los equinos”. De la misma forma, pidió “la inmediata reorganización de la actividad contando efectivamente con aquellos que de allí derivan de su sustento”.

Pero para la alcaldía el tema es excesivo y por ello decidió mantener la actividad que estará regulada por el reciente decreto 0656 del 3 de junio que, en suma, reglamenta el peso de los caballos, el cupo máximo por coches y advierte que los cocheros tengan un certificado de identificación de cada animal. También establece que cada coche debe tener dos caballos y que el horario de circulación debe ser de las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche.

Todo esto porque hace pocas semanas, y luego de que un joven caballo llamado ‘Luchador’ se desplomara en pleno centro de la ciudad, la organización Ángeles con patas, evidenciara que estos equinos tenían excesivas jornadas de trabajo en pésimas condiciones.

Por ejemplo constataron que un caballo de estos debe recorrer 25 kilómetros desde las afueras de Cartagena donde viven sus dueños hasta el centro de la ciudad. La entidad reveló además que los animales trabajan ocho horas diarias sin agua ni alimentación.

Pero además, cuando el conductor del coche no lleva clientes, recorre la ciudad para buscarlos. Esto se traduce en menos descanso para el animal que, al terminar la jornada, el cochero vuelve a recorrer los 25 kilómetros de regreso hasta las pesebreras que, según la Procuraduría, se encuentran en pésimas condiciones físicas.

El tema no es de poca monta porque se trata de una actividad de mucha tradición pero además porque es fuente de financiación de decenas de familias. El debate está servido.