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Marcha contra la violencia en Buenaventura el 19 de febrero, 2014. A la derecha, el camarógrafo Yonny Caicedo.

CRIMEN

Sicarios asesinan a camarógrafo en Buenaventura

Yonni Caicedo, de 21 años, había recibido amenazas por ejercer su trabajo. La Unidad Nacional de Protección pide a la Fiscalía investigar el crimen.

21 de febrero de 2014

Un camarógrafo que había recibido amenazas de muerte fue asesinado a tiros por dos sicarios en la ciudad de Buenaventura, denunció hoy en Bogotá la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).

Según esta ONG, Yonni Steven Caicedo, de 21 años, fue asesinado a tiros cuando se desplazaba por una calle del barrio Caldas de Buenaventura (Valle del Cauca), el principal puerto de Colombia, situado en el Pacífico.

En un comunicado que se publicó en su página electrónica, la FLIP señaló que Caicedo fue tiroteado cuando realizaba una visita personal.

La Fundación agregó que Caicedo había trabajado para cadenas locales de televisión como TV Noticias y Más Noticias, pero tuvo que salir de la ciudad "por amenazas de muerte en su contra".

La FLIP agrega que las amenazas ocurrieron siete meses atrás cuando Caicedo tomaba imágenes de un asesinato y fue abordado por unos hombres que lo increparon por su trabajo y le exigieron dejar de grabar, además de prohibirle volver a la zona.

"Los hombres lo retuvieron por la fuerza hasta que Caicedo logró escapar aprovechando la presencia de una patrulla de la Policía", dice la FLIP.

El organismo agrega que agentes de la Policía le brindaron protección hasta su casa y aconsejaron a sus familiares que el joven saliera de la ciudad.

"La familia aceptó la recomendación y reubicó a Yonni en otro lugar hasta principios del 2014, cuando regresó a Buenaventura. Durante ese periodo de tiempo Caicedo no ejerció la profesión", añade la ONG.

La FLIP expresó preocupación por la falta de atención de las autoridades después de conocer las amenazas en contra del reportero.

Ante la muerte de Caicedo, la organización recordó que el periodista Edinson Molina fue asesinado en Puerto Berrío (Antioquia), el 11 de septiembre de 2013 "después de haber advertido amenazas de muerte en su contra y no recibir la atención suficiente por parte de ninguna autoridad".

La Unidad Nacional de Protección (UNP) lamentó y condenó "enfáticamente el asesinato del camarógrafo". Además, sostuvo que no tuvo "conocimiento de amenazas en su contra por el ejercicio periodístico, así mismo que esta entidad no tenía solicitudes de protección a su nombre presentadas de manera personal, a través de su familia, o alguna de las organizaciones que trabajan para que se garantice la libertad de prensa".

La UNP también hizo un llamado a la Fiscalía "para que investigue los hechos, no sin antes reiterar nuestra firme voluntad de compromiso y respaldo a la labor de los periodistas en Colombia".

La FLIP anota que en lo corrido del año se han registrado otros ataques contra la prensa, entre ellos uno contra dos reporteros del diario Q'Hubo y Más Noticias, quienes fueron amenazados por supuestos miembros de la banda criminal Los Urabeños.

"A pesar de que los periodistas y la FLIP solicitaron protección para ellos, esta nunca se realizó y su reportaje nunca salió al aire", dice el organismo.

Según datos de la FLIP, en lo corrido del año se han presentado en Buenaventura 41 homicidios y recordó que horas antes del asesinato de Caicedo, cerca de 15.000 personas marcharon por la paz, clamando para que se "entierre la violencia".

La FLIP exigió una investigación por este crimen y solicitó que se tenga en cuenta que Caicedo "había ejercido el periodismo hasta el momento de las amenazas en su contra".

Por su parte, la UNP aseguró que "actuará inmediatamente paraevitar estas situaciones, siempre que nos comuniquen que existe al menosun indicio de riesgo o amenaza para un periodista o comunicador".

Crisis de seguridad

Buenaventura, enfrenta desde hace tiempo una grave situación de inseguridad por la guerra entre bandas herederas del paramilitarismo que luchan por el control del narcotráfico.

Los enfrentamientos se desataron el año pasado con la entrada de Los Urabeños a la ciudad, territorio cuyo control estaba en manos de una facción local de la banda Los Rastrojos conocida como La Empresa, ambas sucesoras de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

A lo anterior se le une la presencia de estructuras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las puertas de la ciudad y en la pugna por el control en algunos barrios.

Con EFE.