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General Javier Alberto Flórez y Carlos Antonio Losada

ARMAS

Losada y Flórez: de la guerra al armisticio

Hace una década estaban enfrentados a muerte en el campo de batalla. Ahora le han entregado al país una fórmula conjunta para ponerle fin a la guerra.

25 de junio de 2016

Aunque combatieron desde bandos opuestos, Julián Gallo, más conocido como Carlos Antonio Losada, y el general Javier Alberto Flórez vivieron la guerra de forma muy parecida, de frente y con intensidad. Ambos conocieron de primera mano las dificultades propias de las trincheras en medio de la selva y vieron morir a compañeros y amigos en el campo de batalla. Su experiencia de lucha y el trabajo de inteligencia que han desarrollado por más de 20 años al frente de sus respectivos cuerpos de combate, los llevó a conocer las fortalezas y debilidades del otro y a combatirse sin tregua, aun sin conocerse.

Desde hace año y medio, Losada y Flórez lideran la subcomisión técnica para el fin del conflicto, que llegó a un acuerdo sobre el punto tres de las negociaciones el jueves pasado. En esta subcomisión se trataron temas fundamentales como el cese bilateral, la definición de hostilidades, el diseño de las zonas de concentración y quizá los más importante, el cronograma de la dejación de armas.

Losada ingresó a las Farc a los 17 años. En su primera etapa en las filas insurgentes hizo parte de la fundación del octavo frente en la cordillera Occidental, y de ahí en adelante ascendió muy rápidamente en la estructura militar de la organización. Dedicó la mayor parte de su labor a cumplir misiones logísticas en áreas urbanas del país, y luego como responsable de la Red Urbana Antonio Nariño, que mantuvo un asedio constante sobre Bogotá y sus alrededores. A finales de los noventa la red prácticamente desapareció y Losada terminó como uno de los voceros de las Farc en los diálogos del Caguán. Cuando estos fracasaron, se convirtió en uno de los estrategas de ese grupo armado para hacerle frente al Plan Patriota, la mayor ofensiva del Estado contra la guerrilla. En la primera fase de ese plan, la Operación Libertad I, Losada tuvo que replegarse de Cundinamarca hacia los Llanos del Yarí para salvar a sus tropas. Al otro lado de las trincheras, estaba un general tropero llamado Javier Flórez, a quien conocería una década después, buscando la paz.Desde su ingreso a la Escuela Militar de Cadetes en 1977, Flórez se ha caracterizado por estar siempre en el frente de batalla. Antes de que el presidente Juan Manuel Santos le asignará la tarea de negociar el cese al fuego, el general participó en los golpes militares más importantes contra la guerrilla en su historia reciente. Comandó el ataque en el que murió el Mono Jojoy, participó en el operativo contra Raúl Reyes y dio con el paradero de Alfonso Cano en Suárez, Cauca, por la época en la que hasta ahora comenzaban los acercamientos para las negociaciones.

Flórez estuvo al frente de la Fuerza de Despliegue Rápido, Fudra, y de la Fuerza de Tarea Omega, dos de las elites armadas más importantes que tenían las Fuerzas Militares para derrotar al bloque Oriental de las Farc. En estos operativos, los campamentos en los que se encontraba Losada fueron bombardeados varias veces. En uno de ellos murieron casi 40 de sus hombres. En otra oportunidad recibió un tiro en la espalda por el que casi no vuelve a caminar.

Losada y Flórez se vieron por primera vez, frente a frente, en la Mesa de Negociaciones de La Habana para discutir el fin de un conflicto que desde siempre los mantuvo cerca. Desde el primer momento se mostraron el respeto propio de quienes han sido guerreros y reconocen en el otro el valor de haber combatido, cada uno por lo que consideraba correcto.

Del campo de batalla pasaron a los libros, a los mapas y a la deliberación. Ambos han leído ahora más que nunca en sus vidas. No están solos. Detrás de Flórez hay un grupo de generales, coroneles y civiles que han trabajado arduamente. Detrás de Losada, guerrilleros como Edilson Romaña y Joaquín Gómez. Este grupo de personas, que conocen la guerra como posiblemente ningunos otros en la Mesa de La Habana, fueron los arquitectos del acuerdo que le pondrá fin a la guerra.